sábado, 14 de noviembre de 2009

MENOS CHICHAS QUE LA RODILLA DE UN JILGUERO

Ya sé que me corresponde colgar lo de mis neuras dos, pero resulta que ha llegado mi hijo el mayor que lo destinaron a principio de curso a un instituto en Valverde del Camino, (¿os suena por lo de los botos, como Ubrique por las petacas?), le he colocado un borriquete (de los que se pescan por temporada en Barbate), a la plancha con champiñones y ha surgido el tema de lo que mi niño suele comer donde está trabajando en dicho pueblo de Huelva.

Resulta que la zona donde se encuentra es dentro de la Comarca del Andévalo, donde dice que se encuentran los mejores productos del cerdo ibérico y se bebe el vino de Bollullos del Condado que entra solo, es decir para hincharse sin levantarse de donde estás sentado y ya una vez hasta la campañilla preparado para una buena siesta.

Cuando he abandonado el sofá después de recuperarse uno, de los argumentos y convencimientos de Morfeo he mirado a mi hijo de arriba abajo y tiene menos chicas que la rodilla de un jilguero. Mi reacción ha sido:
- ¡Este niño no me come!. ¿Para qué le mando yo los tupperware de las comidas que le gustan?.

Le he preguntado qué es lo que come y me ha dicho que no le vuelva a mandar comida alguna, puesto qué:
Se ha comprado una paletilla de cerdo ibérico que le cuesta (…), pone a la brasas una costillita de cerdo ibérico que le cuestan el kilo a (…), que el chorizo, el lomo, el morcón, etc. que están al precio (…) y que por ello todo lo que le he mandado congelado se lo está comiendo su perro molo, me deja con la boca abierta y
al final le pregunto:
- Pero so mamón ¿porqué no engordas?.
- Porque los productos que estoy comiendo todos los días, procede del cerdo de donde se sacan los jamones de pata negra; están todo el día haciendo senderismo en el campo; comen hierba que tiene cero grasa; comen bellotas que es buenísima de colesterol del bueno y (…). Trabajo mucho.

No hago más que preguntarme que mi hijo tiene la misma profesión que yo he tenido, es decir profesor de instituto y con la misma edad que él tiene, ya me comenzaba a salir la barriguita, comenzaba a coger volumen la cara, a inflarse mis papadas (...)y en cambio mi niño con un metro ochenta y cinco no llega a pesar ni setenta kilos.

De lo que estoy seguro es que mi niño si no engorda no es por culpa del trabajo.
No me queda otro remedio que seguir investigando.

1 comentario:

acuario dijo...

que bien estans todos trabajando y tu sentado en elsillon pues tebeo muicomodon un veso