miércoles, 30 de diciembre de 2009

MENUO PERCAL

He escrito un comentario sobre el desagüe del pantano de Benínar, pero lo leo, releo y lo vuelvo a leer y presiento que no debo publicarlo, puesto que “puede levantar ampollas”. En mi zona (Campo de Gibraltar) existen dos pantanos y siempre eliminan el exceso de agua cuando están llenos del todo por el aliviadero y muy pocas veces por las compuertas de abajo del todo, las piqueras. No entiendo que de una capacidad de 63 Hm3, en la actualidad con el agua que ha llovido no llegue a 20 Hm3. Claro que como me pueden decir y con razón que soy un profano en la materia sobre llenados de pantanos, en vez de seguir escribiendo sobre dicho tema escribiré sobre lo que he estado observando en el súper. Termino de llegar de la compra.

Me he encontrado con una pareja conocida, ella, iba empujado el carro y quien lo llenaba era Eusebio. Ella buscando desesperadamente algún conocido con quien charlar y él apareciendo con algo en la mano, lo depositaba, ponía cara de simpático, (para él, para mí de sieso manio) y volvía a desaparecer.

Creo que si fuese a las oficinas del pantano de Benínar, a preguntar sobre las razones de estar tirando el agua al mar mientras el pantano tiene un tercio de su capacidad almacenada, el responsable, el que da las órdenes de cerrar o abrir las compuertas actuaría como Eusebio. Colocaría a alguien que entretuviese al personal que termina de llegar (con ganas de preguntar de encontrar argumentos convincentes de la razón del desagüe) mientras el mandamás, estaría entrando y saliendo de la oficina para estar pendiente de lo que ella (secretari@) está diciendo y a su vez colocarse frente a una estantería o un armario “como el que está ordenando (…). Controlando”.

Nada. Lo que me pide el cuerpo es encontrar razones convincentes, (me expulsaron de mi pueblo, lo convirtieron en escombros casas, calles e iglesia con el argumento de la construcción de un pantano) que en vez de estar almacenando el oro líquido de Almería lo están tirando al mar. Conociendo como conozco las escasas veces que llueve por la zona de la Alpujarra, una vez que el Cielo regala agua, la desperdician.

¿Sabrán algo sobre el tema del desagüe los consumidores, los presidentes de las comunidades de regantes del Poniente Almeriense?. No creo que compartan lo que están haciendo los mandamases del pantano. Es que los que dan las órdenes están actuando como estaba actuando Eusebio en el supermercado, lo de tirar la casa por la ventana, para luego pasar penalidades, poniendo parches, cabreándose, (…) cuando llegue la cuesta de enero.

No me digan que lo escrito sobre el desagüe del Pantano de Benínar no es políticamente correcto (sin despotricar o hacer la pelota) para que las autoridades (en la parte que me afecta) sigan sin soltar prenda sobre las riadas que llegan a Adra. Riadas controladas por supuesto.

viernes, 25 de diciembre de 2009

IMÁGENES, MANIFESTACIONES Y LO AÑADIDO.

Antes de ayer tarde de forma casual me encontraba sentado en la catedral de Sevilla presenciando un acto tradicional en el cual el arzobispo bendecía la figura del Niño Jesús que cada uno de los sevillanillos llevaba en su mano con la intención que aquella imagen fuese colocada en cada uno de los portales de Belén que estaban colocados en cada una de sus casas.

Aparte de la majestuosidad del edificio, de la cantidad de gente que estábamos presentes en aquel acto, se escuchaba las voces blancas de un coro de niñ@s uniformados, acompañando sus cantos, un órgano, unas cuantas guitarras, flauta, palillos, (…). Un coro de ángeles como diría un beninero.

Estando escuchando y contemplando todo aquello que embriagaba los sentidos me llegó a la memoria dos escritos recientes, uno colocado en el blog Plaza de Benínar, por Rafael Bailón y un comentario de Juan Gutiérrez en el foro de dicho pueblo. En el primero se hacía referencia a “la posibilidad que en un momento de la historia la Alpujarra hubiese cuajado como país, como por ejemplo en la actualidad es Portugal”. Es de suponer que de haber prosperado el reconocimiento de una identidad (…), ¿en la actualidad la Alpujarra fuese un estado soberano, se podría pronosticar que sería musulmán?. Juan provocado por lo escuchado (que abiertamente la meta de cada musulmán es visitar una vez en su vida la Meca) en una tertulia, sin el menor rubor nuestro paisano decía “que su meta era visitar los Santos Lugares marcados por Jesucristo”.

Yo que me considero alpujarreño y lo justifico perteneciendo a generaciones de antepasados que nacieron y murieron en Benínar, (donde yo nací) pueblo de la Alpujarra, si en la actualidad dicho territorio fuese un país musulmán aquella tarde del martes pasado en la catedral de Sevilla para mí no tendría sentido al ser musulmán. Si fuese musulmán los cuadros pintados por Velázquez y Murillo, (…) todas las imágenes que puedo contemplar dentro de nuestros templos desde las humildes ermitas a las catedrales espectaculares, carecerían de sentido. Me sonaría a ruido, (con cierta armonía) toda la música sacra que se puede escuchar en todos los templos como en este caso en la catedral de Sevilla.

Si fuese musulmán por supuesto no me hubiese aprendido: “paro mira como beben los peces en el río, ni noche de paz, (…), ni el ropopompo, ropopompo”, que cantábamos Maricarmen (cuando empezaba a tocar la guitarra, que no recuerdo si era una adolescente o ya una moza) y la familia de los canadienses en la puerta de Juan el de María cuando mi pueblo estaba pegando sus últimas bocanadas de vida.
En lo último escrito me ha llegado una catarata de recuerdos que tengo que desviar de mi mente puesto que el tema principal es la posibilidad del que está escribiendo perteneciese a otra cultura, a otra religión.

Durante siglos y generaciones se han ido tejiendo una serie de manifestaciones en la que han querido ir participando todas las artes y cuando las fechas aparecen en el calendario independiente de nuestro estado de ánimos nos encontramos sumergidos, este tiempo en sonidos de zambombas, almireces, (…) como dentro de poco en todos los medios de comunicación aparecerán sin que lo podamos evitar las letras picantes de los carnavales donde ponen patas arriba, lo social, lo político y lo recurrente, el sursum cordan.

Es evidente que al vivir en Algeciras más tarde o más temprano se establece amistad con los musulmanes. Todo funciona perfectamente hasta que aparecen sus celebraciones y mis celebraciones.

Hasta ahora no me he planteado vivir el Ramadán ni la Fiesta del Cordero ni a mis amigos los musulmanes les voy a proponer que se aprendan Adeste Fideles para cantarlo todos juntos la noche pasada al sentarnos en la mesa el día veinticuatro de diciembre en el año 2009.

lunes, 21 de diciembre de 2009

GLORIA BENDITA.

Cuando llegan estas fechas los de mi generación nos tenemos que acordar de aquellas Navidades vividas en nuestra niñez y juventud en Benínar, cuando estamos contemplando en el salón de nuestra casa un belén lleno de figuritas, un árbol lleno de lucecitas que se encienden y se apagan, una buena bandeja repleta rodeada de unas cuantas botellas en la mesa del comedor. Productos propios que se consumen en estos próximos días. Las viandas: ¡Gloria bendita!. Es que si no fuese así, los que nos visitan nos colocarían el calificativo de “bichos raros”.

L@s abuel@s diciendo: !Comer!. !Comer!. !Comer hasta que no os conoscais!.

Creo que si visitásemos cualquier pueblo alpujarreño lo de los belenes y adornos navideños quien los monta será el ayuntamiento. A los alpujarreños aún no nos han convencido los americanos para adornar nuestras casas (…).

No creo que sea el momento que una vez reunidos toda la familia comenzar a decir: En estas fechas todo lo que ven vuestros ojos de adornos y ornamentaciones, todo lo que estáis comiendo y bebiendo no existía o al menos no lo conocíamos.
Creo que a ninguna generación beninera se le ocurrirá bendecir la mesa y dar gracias a Dios que a nuestra casa ha llegado la abundancia. Por su parte los no creyentes con la copa en la mano decir: “Gracias a las manifestaciones del proletariado, a las huelgas y a las reivindicaciones ha llegado la abundancia a todas las casas del pueblo”.

La mayoría de los benine@s de mi edad, hemos ido entrando en toda esta parafernalia que representa la Navidad y encima si los más jóvenes comienzan a cantar un villancico, como no nos sabemos ninguna letra, se nos pone cara de una hogaza de dos kilos y nos dejamos llevar por algo especial que tienen estas fechas y disfrutamos al ver a toda la familia reunida, que aunque estemos “en crisis” somos los patriarcas-matriarcas de todo un conjunto de sentimientos y bienes, que nosotros somos el eje en pequeñito como el eje que tiene el Globo Terráqueo, que no se ve pero que se palpa. Está científicamente demostrado que todo lo que gira tiene un eje y a nosotros nadie nos discute que todo gira a nuestro alrededor.

Para que mis paisanos, los de mi edad canten en estos días. Que los más jóvenes saquen una copia del villancico que aparece a continuación y cuando comience la fiesta tengan la letra, las gafas, y: ¡Qué cantemos!.


Vamos al campo por tomillo,
vamos al campo por romero,
que llegó la Navidad
y el belén hay que ponerlo.
Vamos al campo por tomillo,
dile a la abuela que venga,
que venga corriendo el abuelo a cantarle villancicos y a tocar con el pandero. Bis

Olé, olé ya vienen los pastores,
olé con olé, llegó la Navidad.
Olé, olé ya vienen los pastores,
olé con olé, llegó la Navidad.

Vamos a llevarle candela
que está la noche muy fría
y está a punto de nacer
el chiquito de María.
Vamos a cantarle en el mundo
al que mas lo necesita,
vamos a llevarle alimentos,
vamos a llevarle papilla.

Olé, olé ya vienen los pastores,
olé con olé, llegó la Navidad.
Olé, olé ya vienen los pastores,
olé con olé, llegó la Navidad.

viernes, 18 de diciembre de 2009

EL ABRAZO DEL MACACO

“Abrazo del oso ruso, término acuñado, es de suponer en la guerra fría, cuando la antigua URSS intenta controlar de forma asfixiante a todos las naciones de su zona de influencia”.

En las imágenes que estoy viendo en TVA veo como la máxima autoridad de los llanitos abraza de forma rara. Rara no, rarísima, a una joven la más guapa del mundo mundial que llega a su casa.

No me imagino al primer ministro (por supuesto a ningún de los primeros ministros de los estados de la UE) de su graciosa majestad de la grandísima GB, abrazando de dicha forma a alguna de sus súbditas después de haber sido coronada como Miss Mundo.

Se puede leer en la prensa de los llanitos:
“Miss Mundo corona Gibraltar... ¿Cómo país?”
“La joven gibraltareña Kaiane Aldorino ha conseguido la victoria en Miss Mundo”.

Continuo con las imágenes que estoy viendo en la pantalla del televisor que nada más ser soltada la joven miss “por el oso”, ve las cámaras de Andalucía Directo, se sale de la alfombra y acude a la entrevista de su vida.

¡Que sí!. Que los llanitos antes de meterse en la política o en otras cosas por el estilo, sintonizan muchísimo más la TV de Andalucía que las demás cadenas de habla inglesa.

¡De verdad!. Que cuando estaba siendo entrevistada la miss mundo hablaba español con el deje que hablan los del Campo de Gibraltar.

Si esa moza cuando salió de la roca, tanto ella como su familia soñarían (entre otras cosas) con que al llegar del viaje, en el mismo aeropuerto fuesen entrevistada por la tele, la que se ve en su bloque de viviendas, la que están viendo todas las tardes todas sus vecinas.

Mucho me temo que la joven oficialmente más guapa del mundo en vez de dedicarse a los menesteres propios del año que le ha tocado vivir, el que le dio el abrazo nada más bajarse del avión en estos momentos le está proponiendo:
“El negocio es el negocio, las libras son las libras y nosotros los gibraltareños, estamos metidos en el negocio que toda la Bahía de Algeciras nos pertenece y tú con tu cara bonita, en este año de tu reinado lo tenemos que conseguir. Tú tienes una familia que le tenemos que montar una tienda en la calle Real y te olvidas de las pasarelas, (…), que el 2010, tiene que ser el año, …”.

Arreglada va “la pobre llanita” como no sea capaz de escapar de las carantoñas del oso de Gibraltar. Perdón. ¿He escrito oso?. Me he equivocado. En el peñón no hay osos lo que hay son macacos.

martes, 15 de diciembre de 2009

¿GRAFFITEROS EN BENÍNAR?.

Retomo un trozo sobre lo que publiqué el año pasado por estas fechas en Benínar.com sobre la primera Navidad que pasaba en el pueblo don Francisco, el último cura que pertenecía a la diócesis de Granada. Tan solo fueron dos años, !pero que dos años (…), en los que puso al pueblo “patas arriba”!.
Después nos llegó don Antonio (Dios le doto de muchos dones pero no para el cante y menos en latín) ya de la Diócesis de Almería. Este don Antonio debería firmar un pacto (con la mejor voz que había en aquellos momentos que era Lola Ruiz), puesto que, cada vez que había que entonar una canción, el pobre cura carraspeaba para que entonase nuestra paisana lo que correspondía en aquellos momentos del oficio religioso. Vamos que don Antonio “cantaba (el adjetivo se lo puso el cura que le sustituyó) tan mal, que era capaz de desafinar un carro sin frenos cuesta abajo y por el empedrado de una de las calles del pueblo”.
Para potenciar el cante en la iglesia estaba el reverendo. Si se cantaba, se cantaba, y si no se cantaba carraspeo que se ahorraba.

Al tema de la Navidad con el cura recién llegado a finales de los años cincuenta.

Don Francisco convoca a los monaguillos para el sondeo preliminar de cuanta gente sabe cantar, cuantos tocar instrumentos, que villancicos se conocen, etc.
Conclusión:
- Tocar las campanas (dice el cura a los acólitos) y que todo el pueblo acuda a la iglesia.
- ¿De qué forma sr. cura?.
El cura se les queda mirando y pensando que él personalmente les había dado un curso teórico-práctico a sus discípulos sobre cómo había mover el gajo de la campana si se trataba de un entierro, tocar a fuego, tocar a (…). En cura contesta:
- ¡Agloria!.

Al ser convocados por el cura a toda la gente del pueblo a la iglesia para organizar la Navidad, cuando ya el recinto estaba lleno y todos en silencio puesto que en aquel sitio todos tenían que estar callados, - era en el único lugar del pueblo donde todos los benineros permanecían callados, para asombro de propios y extraños, y donde nada más entrar las mujeres se cubrían la cabeza con un velo y los hombres se quitaban la bilbaína, - aparece el cura por la puerta de la sacristía y en ese momento un beninero se levanta y comienza a entonar:
Que revolución, madre, que revolución, / que el Dios Soberano correr paisanos que ha nacido Dios. (Bis).
Le llevaron polvorones, turrones y caramelos, / paquetes de mostachones y tocinitos de cielo (Bis).

Se calla el beninero y el cura le pregunta:
- ¿Dónde aprendiste el villancico?.
- Señor cura.
Con permiso. Termino de llegar al pueblo y he estado haciendo la mili en Jerez de La Frontera. En caballería. Allí es donde lo he aprendido y muchos más.
- Buena tierra para los villancicos, - le contesta el cura, - sobre todo en el Barrio de Santiago, donde los gitanos les ponen un toque especial.
- ¿Le canto otro?.
- De acuerdo.

Señora María, venga usted corriendo, / que el niño chiquito se está entreteniendo, / se está entreteniendo, se está entreteniendo, / en pintar la mula de blanco y de negro.
- ¡Por Dios!. ¡Qué letra, más incitante para los niños del pueblo!. Esa descartada. Graffiteros en Beninar. No.

Bueno era aquel cura para no tomar medidas drásticas.

Se coloca en la puerta de salida de la iglesia y le va diciendo uno a uno que entonen la canción que sepan y de esa forma, los va dejando dentro a los dotados para el cante y a los demás les dice que vuelvan a la mesa camilla a sentarse al calorcico del brasero.

En aquella noche comienza los ensayos para las navidades únicas e irrepetibles en Benínar, puesto que en las siguientes, el cura se había enfadado con todos los benineros, porque el día de San Roque habían estado bailando, “!pecaminosamente(…)!. ¡Pecaminosamente bailando!” en mitad de la plaza.

viernes, 11 de diciembre de 2009

TARAREO SIN DARME CUENTA.

En Benínar recuerdo a un hermano de mi abuela que siempre que nos cruzábamos por la calle me llamaba tremendamente la atención que siempre iba tarareando alguna que otra coplilla. Me llamaba la atención por ser una de las pocas personas que encontraban en el pueblo una razón para ir y volver del trabajo en el campo tarareando. Me paraba delante de él le miraba fijamente y me decía: “!Venga!. ¡Canta conmigo!”.

Ahora que nos llegó el tiempo de ir tarareando las canciones antiguas, en este caso los estribillos de villancicos cuando voy paseando por la calle sin prisa pero sin pausa, a pasito lento, sin menos preciar una conversación en un encuentro fortuito con algún conocido, he caído de golpe en la cuenta que solo me acuerdo de las nanas que se cantan por estas fechas al Manuel, al que nació en el pesebre pero no las de mi pueblo la de mi comarca, la Alpujarra, tarareo las propias de la tierra donde estoy viviendo.

Que árida la tierra que me vio nacer y que fértil en la que vivo en el tema de las tradiciones, sin ir más lejos la Navidad.

Desde que se arranca del almanaque el mes de noviembre y aparece diciembre, en todos los medios de comunicación se anuncia que cada día a determinadas horas se puede asistir a la actuación de un determinado grupo que canta a la Navidad. Cada grupo con sus canciones, con sus estribillos, con sus dejes y entonaciones, con sus instrumentos de toda la vida y con su grupo de personas que incondicionalmente acompaña a los cantantes (a la pastoral) allí donde acuden a actuar.

Todos estos grupos tienen de denominador común que le siguen cantando al Mesías y que la mayoría por muchas actuaciones que tengan ninguna está prevista hacerla en un templo, en su parroquia, o delante del belén que se montan en todas las iglesias de Algeciras.

En Benínar se ensayaban los villancicos con el fin último de cantar todos ellos en la iglesia, sobre todo en la Misa del Gallo y en los días claves que empezaba la noche del veinticuatro y terminaba el día de los Reyes Magos.

Es de suponer que en la tierra donde vivo, en aquellos tiempos allá por los años cincuenta y terminando con los setenta también sería de dicha forma y manera, en la que dichos villancicos primero se cantaban delante de los belenes en cada parroquia y lo de la calle se consideraba como añadidura. La liturgia sería parecida a lo que ocurre en los carnavales, primero se cantan en el Gran Teatro Falla y cumplido dicho trámite es cuando coros, comparsas y chirigotas se lanzan a las calles para ser de las calles de la Tacita de Plata.

Las gentes se han ido retirando de la Iglesia pero no de cantar villancicos al mismo protagonista, quizás porque en cada grupo existen unos jóvenes como María y José y recién nacidos muy cercanos a los que se ponen a cantar.

Se ha perdido el culto a todas las imágenes de los belenes, el acudir toda la familia trajeada a la Misa del Gallo, pero no se ha perdido la sensación que despierta una madre dando de mamar a un recién nacido y ponemos todo nuestro empeño que no desaparezca lo que dice la estrofa del villancico: “Dile a la abuela que venga, / que venga corriendo el abuelo, /a cantarle villancicos / y a tocar con el pandero”.

A los abuelos seguro que en estos días siempre (donde ha permanecido la tradición) se les escapa un villancico en la bulla que se forma en torno a la mesa o alguien de la casa le pide que coja la pandereta y tararee un villancico. La pandereta que pertenece a la familia y el villancico que lo saben cantar todos.

No sé si el que está leyendo le ocurre como me pasa a mí, sobre todo en estos días cuando veo a un niño en brazos de su madre. Le suelo tararear: “Es muy chiquitito el niño Jesús, /una virgencita y rayo de luz / ya le veo jugando el crio en la calle /pero es muy pequeño no quiere su madre”.

En esta fecha, sin dar explicaciones trascendentales al ir paseando, siempre encuentro un motivo para tararear un villancico que su estribillo me suele durar hasta que tropiezo con otro motivo para tararear otro.

lunes, 7 de diciembre de 2009

VIAJES CON IDAS Y VUELTAS

Cierro los ojos para recordar mejor los artículos que tenía el negocio, mejor diríamos los negocios de Doloricas la de la Tienda, abiertos las veinticuatro horas todos los días del año. La mayoría de las ventas se pagaban cuando se vendía la cosecha – el trueque - o el marrano. Todas las deudas anotadas en un montón de papeles de estraza, que se convertía en un verdadero drama, cada vez que pasado un tiempo se ponían encima del mostrador para ir sumando el importe de los artículos retirados, unas veces ella, otras los retirados por sus niños, lo que le encargó a su vecina: “Ya que vas, ¿me tres el encargo?, (…)”.

Los nietos de Doloricas antes de llegar a los treinta años – los de un hijo - han estado en Canadá, Cancún, Francia, Alemania, Italia, New Jersey, etc. Los nietos del otro hijo tendríamos que ir tachando de cada continente aquellos países que les faltan por recorrer, puesto que ya han estado en un buen puñado.
Si aquella beninera la primera que se subió en un motocarro levantase la cabeza (…), pero no llegó a subirse en un tren, un barco, ni en un avión.

Una vecina donde estoy viviendo en el Campo de Gibraltar, el día que cumplió los ochenta, al decirle sus dos hijas que cerrasen los ojos y pidiese un deseo, contesta Elisenda:
- “Quiero que vendáis el piso donde vivo y el importe nos lo gastemos las tres en visitar todos los santuarios de la cristiandad que yo me acuerdo”.
- “¿Como estuvo tu marido en la División Azul, no estarás pensando – le dice una de sus hijas – comenzar por Moscú, recorrer toda Europa y el Oriente Medio y terminar en la Ermita de Nuestra Señora de la Luz en Tarifa?.
- Si hija.
Sí.
Comencemos por la catedral del Kremlin. La de San Basilio”.
- ”¿Qué hacemos con tus nietos y nuestros maridos?”.
- “Le daremos una vuelta de vez en cuando. Todos son mayores de edad y ya es hora que se las arreglen como puedan”.

Si antes se decía que los niños llegan al mundo con un pan debajo del brazo, no se la leche que han mamao estos hijos nuestros, - que entran y salen de casa que muchas veces me cuestiono si realmente llegan a ver a sus mayores o a visitar el frigorífico, - que el pan se lo han cambiado por unos cuantos tacos de talonarios de noches de hotel.

Cualquiera controla los viajes de esta gente joven que cada vez son más frecuentes y más largos. A la puñeta escribir sobre los viajes de los hijos de los que nos bautizamos en Benínar. Prefiero escribir:
- De la decisión que tomó Elisenda mi vecina y de todos aquellos que mucho antes de llegar a los ochenta, justo en el momento de la jubilación, supieron tomar la decisión de visitar balnearios de verdad, no como las visitas que realizaban los benineros a beber agua a Cuesta Viñas.
- Me da lo mismo que mis paisanos decidan visitar santuarios cristianos o comunistas, pero que viajen.
- De Eugenia Doucet, que a sus ochenta y siete años, para regresar otra vez a su país ha tenido que enlazar con tres vuelos en el mismo día cruzando en uno de ellos el Atlántico.
- Todos aquellos paisanos que están pendientes de todos aquellos viajes del Inserso para encajar en ellos, él con su parienta y volver a bailarse todas las noches unos cuantos pasodobles con las mismas ganas que bailaban en Benínar.

Lo que más les encantan cuando he hablado de viajes con mis paisan@s, ellas son las primeras que saltan para destacar lo que el hombre casi siempre no sabe apreciar. Me decía nuestras paisanas Lola con unos ojillos tremendamente expresivos aunque el marco esté lleno de arrugas.
¡Niño! :
“Merece la pena viajar tan solo por ver que nos ponen la comida por delante. Ni he preguntado ni pregunto, quien decide la comida que se pone en el fuego ese día, quien recoge la mesa, quien friega los platos, (…), ni quien hace las camas”.
“Tan solo me falta en los viajes – no entiendo machaconería de mi marido que no me puedo llevar – mis agujas de croché o mi puntito de cruz”. “Tampoco me deja este gruñón que de la cabezadita después de comer allí donde me encuentre”.

De los tres viajes que aparecieron en el enunciado del principio, uno de ellos estaba destinado a escribir sobre los viajes de los nietos de los que salieron de Benínar. Pues va a ser que no.

Como decía mi compadre: “Los viajes de la gente joven es un despilfarro total. Nosotros en las mismas circunstancias ese dinerillo lo destinábamos para ahorra”.

jueves, 3 de diciembre de 2009

DE BENÍNAR A CATALUÑA. SEGUNDO VIAJE.

El que nació en la Alpujarra y permaneció parte de su juventud, muy pocos decidieron especializarse, estudiar, investigar alguna materia relacionada con la agricultura.

Nadie como ellos para interpretar el lenguaje de las plantas, conocer el PH de la tierra sin tener que analizarla en un laboratorio, saber construir un balate, trazar el recorrido de una acequia y sobre todo nada más con la mirada analizar como nadie el estado de humedad del suelo en función de lo que le está mostrando la planta que está sembrada, saber si la tierra está encharcada o está seca. Expertos agricultores que lo han mamado desde chiquititos, al estar tutorados por verdaderos doctores en la materia, con ficheros en la memoria de lo aportado por los pueblos que estuvieron asentados en dicho espacio único. A pesar de ello un porcentaje muy pequeño, posiblemente no llegue ni a un uno por ciento sean ingenieros técnicos agrícolas, ingenieros agrónomos o alguna de las especialidades de FP relacionada con la agricultura.

Heredaron una cultura riquísima en el saber sobre tierra, agua, siembra y cuidados de un huerto y cuando llegó el momento de elegir una carrera, (primero los padres que nacieron en los años cincuenta y después los hijos de dichos cincuentones) una especialización, una formación profesional, prefirieron ser mecánicos ajustadores, electricistas, administrativos (…) o estudiar carreras relacionadas con el mundo de las letras, de las ciencias y de la tecnología.

L@s beniner@s se pronunciaron por ser emigrantes, tanto si eran peones, torner@s o ingenier@s. Todos los embaucadores que salieron en los incipientes medios de comunicación convencieron no solo al joven también a toda su familia y vecin@s para que aquel alpujarreñ@, decidieran que los habitantes de aquel entorno dijesen: “Hasta luego Lucas”.

Recuerdo muchas veces a l@s moz@s preguntarse una y otra vez sentados en el quiosco de Antonio el de Rosendo, con un refresco de avellana en la mano:
- “¿En vez de tener que marcharse a trabajar a Cataluña todos los que se fueron de Benínar, no deberían montar dicha empresa-s en nuestro pueblo?”.
- “¿Aceptamos una parcela en San Agustín para seguir haciendo más de lo mismo, sembrar tomates, pimientos (…) seguir labrando la tierra?”.
- “A mi madre y a mi padre cuando le digo que quiero ser electricista o fresador, se le ilumina la cara, me miran embobados aunque ellos ni saben cuál es el oficio ni tienen a su alcance alguien que les explique en qué consiste dicho trabajo”.

En aquel pueblo alpujarreño solo existía el oficio de agricultor todos los demás habían desaparecido si es que alguna vez existieron.

La tentación que les brindaba a l@s beniner@s que llegaban de vacaciones que ya habían logrado un oficio fuera, lo que se escuchaba en la radio, lo que mostraba la televisión. A Benínar llega mutada la mosca del sueño que describe García Márquez en Cien años de Soledad, (que todos no saben si matar moscas o matar sueños), les altera el sueño y creen que la solución estaba en viajar donde fuese o como fuese con la intención de lograr otra forma de vida.

La forma de viajar era:
- En un tren con asientos de madera que salía de Almería con una chimenea que al meterse en un túnel inundaban las pavesas todos los vagones, que se sabía la hora de partida pero no la de llegada.
- En un autobús que tardaba casi dos días en llegar a Cataluña.
- Viajar como lo hacía nuestro paisano Titón con la intención de encontrar aquel pueblo donde todas las mujeres fuesen las más guapas y las más hermosas.

Nuestro paisano en uno de sus viajes encontró el pueblo de sus sueños. Tengo la duda si los demás llegamos a encontrarlo cuando decidimos viajar (con maletas de cartón) a nuestra Icaria o el lugar que habíamos idealizado.

Una cita: http://elultimoviajeaicaria.blogspot.com/2009/06/icaria.html