martes, 21 de febrero de 2012

El Ejido: ¿Un lugar para viejos?.


"El programa prevé actuar en ámbitos como el empleo, la sanidad, los servicios sociales, la vivienda, el voluntariado o el transporte".

21.02.12 - 01:47 El periódico Ideal de Almería.

ALMUDENA FERNÁNDEZ | EL EJIDO.

Por supuesto que El Ejido tiene un tremendo problema con sus mayores, ya que ninguno de ellos (vale, para que no me critiquen del rigor de un dato, un 5% del total) han nacido en dicha población, han sido niños jugando en sus calles o en sus campos. Es más, un tanto por ciento muy elevado, se enamoró, pelo la pava, se casó en dicha población. En resumidas cuentas, muy pocos tienen sus raíces en El Ejido.

El que escribe tiene entre sus recuerdos acompañar a su padre en un motocarro para vender tomates pesados con una romanilla, donde acudían la gente, al lado del edificio de la Alsina, que en muchos de los casos existía una especie de trueque de cambiar hortalizas por quesos.

Me decía mi primo Paco hablando del tema: Si difícil es mantener una conversación con cualquiera de nuestra edad que han nacido en La Alpujarra, imagina, mantener diálogo con los que nacieron en Camerún o en Marruecos, culturas totalmente distintas, obligadas a vivir juntas.

Existe, (que aún no he visto) una película con el título: No es país para viejos es una novela de 2005 escrita por el autor estadounidense Cormac McCarthy, aunque la temática de la película mencionada no se parezca en nada a lo cotidiano lo del vivir día a día en El Ejido o en cualquier pueblo del Poniente de Almería, al pronunciar dicha frase a cada uno de los beniner@s (no metería la pata si en vez de poner el nombre de mi pueblo pusiese el nombre de cualquier pueblo de La Alpujarra) que viven en dicha población, al pronunciar dicha frase, que El Ejido no es una población para viejos, soltarían una sonrisa y confirmarían que es una definición creada para ellos.

En dichas propuestas del ayuntamiento no está recogido: Se crearán en los puestos de trabajo suficientes guarderías para descargar a las abuelas del cuidado de sus nietos. O, no se dará permiso de obra a todas aquellas empresas que no tenga en sus instalaciones (donde la mano de obra femenina es mayoritaria) la guardería. Termino de continuar creando una frase donde relaciono guaderías-mujeres. No la borro, puesto que en estos momentos en dicha población es mayoritaria pensar o relacionar, guardería-mujeres que guardería-padres.

Menciono lo de las guarderías, ya que cada vez que hablo con mi prima Lola, me dice que está hasta el moño de tanto tiempo dedicado a criar a sus nietos ya que sus madres están trabajando (y la pueden llamar a las doce de la noche y volver a las ocho de la mañana), para que se quede al cuidado de sus nietos ya que su madre la han llamado a esas horas para envasar tomates.

En otra ocasión escribiré sobre: Los huertos terapéuticos para la tercera edad en El Ejido o en cualquier pueblo del poniente, ya que las propuestas que han salido de las cabezas pensantes del ayuntamiento son tan amplias y tan ambiguas que al final se queden en agua de borrajas.

lunes, 13 de febrero de 2012

LA PENICILINA LLEGA A BENÍNAR

La llegada de la penicilina al pueblo los benineros la situamos entre la muerte del hijo de Moñico y la sanación de Pedro el de Emilia, bien por dicho antibiótico o la llegada de la imagen de la Virgen de Fátima en el coche de Pedro el de la rubia por la carretera de Darrícal, es de suponer procedente de Ugijar.

Si para la mejor memoria de Benínar, mi compadre Frasquito Rodríguez Romera, invocaba a Facundo por considerar que era la cabeza mejor amueblada de todos los del pueblo, de todos los tiempos, imaginen que Facundo dejo reflejado en su testamento que fuese Moñico su albacea cuando él faltase, el que repartiese la herencia entre sus hijas. Sin duda que para Facundo, Moñico superaba con creces el puesto que desempañaba dentro de la función pública.

Todos los benineros conocíamos a Moñico por ser el aguacil del pueblo. El que con trompetilla en mano, convocaba a todos los paisanos para que acudiesen a su presencia para que escuchasen en forma de cantinela (por orden del Sr. Alcalde, se hace saber, …,) lo que en cada momento decidía la corporación municipal.

Lo que identificaban los beniner@s de Mañico, es que era empleado municipal y que se le había muerto su único hijo, justo antes de marchase a la mili al parecer por culpa de un ataque miserere. Después los benineros supimos que dicha muerte pudo ser por culpa de la peritonitis. Cuando Moñico, su mujer, todos los vecinos (cuando en Benínar se llegaba a la impotencia, a perder la capacidad de tomar una decisión los vecinos te empujaban), el enfermo, todos, no podían aguantar más tiempo soportando tanto dolor. Al enfermo lo subieron en un mulo, lo llevaron a Berja, lo subieron en un coche hasta llegar al Hospital Civil de Almería. En Almería falleció y allí fue enterrado.

Hoy los tanatorios y las empresas funerarias forman parte de nuestro mundo pero hasta los años ochenta donde moría un beniner@ allí se enterraba.

Me decía mi abuela Mamanona que la mujer de Moñico como su hijo murió en sus brazos, no paró ni un momento, ni la más mínima ocasión por encontrase con la muerte, para estar con su hijo.

Puede que fuesen de la misma edad, por la misma fecha, el hijo mayor de Emilia Martín que estrenando juventud cae postrado en la cama, y nadie daba con la solución para que aquel joven volviese a las calles del pueblo con la vitalidad que tenían todos los jóvenes. Por aquella fecha aún no se había empezado a construir la vivienda que ocuparía Don Emilio Durán Mediavilla, el médico que conjuntamente con la Niña Carlota colocarían a Benínar en la alimentación, seguridad e higiene como estarían los españoles capitalinos a final de siglo XX.

Emilia Martín logra que llegase un médico con la penicilina suficiente para que su hijo sanase. Pero no fiándose Emilia que aquella medicación fuese tan milagrosa, se marchó a Granada compró la imagen de la Virgen de Fátima la mejor, la más grande que encontró, alquiló un transporte para dicha ocasión y se encargó que fuese todo un acontecimiento sin parangón la llegada de dicha imagen a Benínar. La Virgen de Fátima fue colocada en uno de los laterales de la iglesia, y el mes de las flores, el mes de mayo, fue dedicado a su culto, mientras que a San Roque solo se le hacía una novena.

Así que la penicilina llega a Benínar a la par que la imagen de la Virgen de Fátima, por ello, los benineros siempre que le ponen unas inyecciones de dicho antibiótico ponen en la cabecera de la cama una imagen de dicha virgen.

Es curioso pero en esa fecha se borra de las cabezas benineras todos los remedios naturales (cataplasmas, plantas medicinales, el que hasta entonces era el chamán) que habían pasado de generación en generación todos los siglos atrás y tan solo quedan como desinfectantes, la cal, el azufre, el zotal y el jabón casero cuyo uno de sus ingredientes es sosa caústica.

jueves, 2 de febrero de 2012

LLEGAN LAS TECNOLOGIAS A BENÍNAR.

Mira que cuesta que llegue “lo que llamamos progreso” hasta La Alpujarra. Tomando como referencia el tren que se puso en funcionamiento por primera vez en el 1834 entre manchester y liverpool, que llegaría a España en el reinado de Isabel II, aun no ha llegado a La Alpujarra. ¿Se les ha pasado por la cabeza?. ¿Se habrán planteado los políticos salidos en las urnas en el año 2011 que el tren puede ser la solución para que llegue el progreso a la otra vertiente de Sierra Nevada la que corresponde a La Alpujarra?. La cara y la cruz. En una sierra, el llamado progreso se desarrollo a tope en una y la marginación en la otra. La otra, la cara sur, permanecio al margen desde siempre y como siempre de la otra, la rica la visitada.

El tema sale a colación al comprobar que visitar dicha zona aún las comunicaciones, la mayoría de los trazados de las carreteras corresponden a los trazados planteados en tiempos de Primo de Rivera, por decir una fecha aproximadamente. Que alguien me desmienta y le acompaño con un metro para medir el diámetro que tienen los árboles que crecen en las cunetas. Por los mismos tramos y curvas por donde pasara Gerald Brenan.

Para que llegue el progreso a cualquier región, primero tiene que llegar la electricidad y para ello me centro en mi pueblo alpujarreño.

Aún no encontré la fecha en concreto de cuando llegó la luz eléctrica a Benínar. Es de suponer que llegase sobre el 1933, que es cuando se fusionan todas las pequeñas compañías de la zona y se forma la compañía encargada del suministro de electricidad con el nombre de Hidráulica de Las Alpujarras.

A pesar de la aparición de la luz eléctrica en Berja el 1899, (a tan solo catorce kilómetros de distancia por carretera con todas las curvas del mundo, que en línea recta serían cinco kilómetros más o menos) no llega la electricidad a Benínar hasta que pasen unos treinta años. Significaba una inversión que aportaría escasísima rentabilidad, puesto qué, los benineros solo necesitaban una bombilla al final de un cable que la trasportaban de un lugar a otro como se llevaba el candil o el quinqués hasta aquellos momentos.

Esta forma de tener en casa corriente eléctrica ha quedado reflejada por un beninero (Juan Gutierrez jubilado a últimos del año pasado) que terminó por marcharse toda la familia a Cataluña a finales de los sesenta. Decía Juan: "Por un agujero en el techo se pasaba la bombilla de la planta baja a la superior".

¿Qué podría pagar el Ayuntamiento de Benínar de luz, cuando poco tiempo antes de la desaparición del pueblo, la facturación de energía eléctrica consistía en una docena de lámparas incandescentes como alumbrado público, dos lámparas en las dependencias municipales, una en lo que se consideraba la cárcel y las dos lámparas de las escuelas, masculina y femenina. Total, 17 lámparas de cuarenta vatios. La casa del que escribe, C/ Real nº 23, que se podía encuadrar como vivienda media cuando se hizo el contrato de la luz con la compañía x, se contrataron cinco puntos de luz y por ello se le colocó un contador, los que solo contrataban un solo punto de luz, se le pasaba una factura fija por una cantidad determinada sin colocarle ningún contador.

Con éste consumo de energía eléctrica por vivienda haber que empresa realizaba una inversión de llevar la luz eléctrica a cada uno de los pueblos de La Alpujarra. Imaginen cuando llegó la luz eléctrica a la mayoría de los cortijos de la Contraviesa o de La Alpujarra.

Los enchufes eléctricos aparecen casi dos décadas y media después en los pueblos alpujarreños, cuando llega la radio y otra década después cuando llega la televisión y puede que llegase a la par el frigorífico. Es decir, en tan solo un diez por ciento de las viviendas de Benínar, tenían enchufes eléctricos, exagerando porcentaje.

En el 2010, el que escribe pudo comprobar que en todos los pueblos que se encuentran en la comarca del Andarax, aun no era rentable montar en los bares o en las tabernas de los pueblos uno a más ordenadores a disposición del público. Cuando pregunté la razón me contestaron que los que llegan de fuera son escasos y los que viven en el pueblo no lo solicitan. En el balneario donde me alojaba cada hora me costaba un euro.

¿Cuándo llegaría la penicilina a Benínar o a La Alpujarra?.

Nota:

Consulté:

- - De Donato Gómez Díaz y José Miguel Martínez López lo publicado.

- - La enciclopedia Wikipedia.

- La biblioteca digital de la Diputación de Almería.



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