miércoles, 30 de diciembre de 2009

MENUO PERCAL

He escrito un comentario sobre el desagüe del pantano de Benínar, pero lo leo, releo y lo vuelvo a leer y presiento que no debo publicarlo, puesto que “puede levantar ampollas”. En mi zona (Campo de Gibraltar) existen dos pantanos y siempre eliminan el exceso de agua cuando están llenos del todo por el aliviadero y muy pocas veces por las compuertas de abajo del todo, las piqueras. No entiendo que de una capacidad de 63 Hm3, en la actualidad con el agua que ha llovido no llegue a 20 Hm3. Claro que como me pueden decir y con razón que soy un profano en la materia sobre llenados de pantanos, en vez de seguir escribiendo sobre dicho tema escribiré sobre lo que he estado observando en el súper. Termino de llegar de la compra.

Me he encontrado con una pareja conocida, ella, iba empujado el carro y quien lo llenaba era Eusebio. Ella buscando desesperadamente algún conocido con quien charlar y él apareciendo con algo en la mano, lo depositaba, ponía cara de simpático, (para él, para mí de sieso manio) y volvía a desaparecer.

Creo que si fuese a las oficinas del pantano de Benínar, a preguntar sobre las razones de estar tirando el agua al mar mientras el pantano tiene un tercio de su capacidad almacenada, el responsable, el que da las órdenes de cerrar o abrir las compuertas actuaría como Eusebio. Colocaría a alguien que entretuviese al personal que termina de llegar (con ganas de preguntar de encontrar argumentos convincentes de la razón del desagüe) mientras el mandamás, estaría entrando y saliendo de la oficina para estar pendiente de lo que ella (secretari@) está diciendo y a su vez colocarse frente a una estantería o un armario “como el que está ordenando (…). Controlando”.

Nada. Lo que me pide el cuerpo es encontrar razones convincentes, (me expulsaron de mi pueblo, lo convirtieron en escombros casas, calles e iglesia con el argumento de la construcción de un pantano) que en vez de estar almacenando el oro líquido de Almería lo están tirando al mar. Conociendo como conozco las escasas veces que llueve por la zona de la Alpujarra, una vez que el Cielo regala agua, la desperdician.

¿Sabrán algo sobre el tema del desagüe los consumidores, los presidentes de las comunidades de regantes del Poniente Almeriense?. No creo que compartan lo que están haciendo los mandamases del pantano. Es que los que dan las órdenes están actuando como estaba actuando Eusebio en el supermercado, lo de tirar la casa por la ventana, para luego pasar penalidades, poniendo parches, cabreándose, (…) cuando llegue la cuesta de enero.

No me digan que lo escrito sobre el desagüe del Pantano de Benínar no es políticamente correcto (sin despotricar o hacer la pelota) para que las autoridades (en la parte que me afecta) sigan sin soltar prenda sobre las riadas que llegan a Adra. Riadas controladas por supuesto.

viernes, 25 de diciembre de 2009

IMÁGENES, MANIFESTACIONES Y LO AÑADIDO.

Antes de ayer tarde de forma casual me encontraba sentado en la catedral de Sevilla presenciando un acto tradicional en el cual el arzobispo bendecía la figura del Niño Jesús que cada uno de los sevillanillos llevaba en su mano con la intención que aquella imagen fuese colocada en cada uno de los portales de Belén que estaban colocados en cada una de sus casas.

Aparte de la majestuosidad del edificio, de la cantidad de gente que estábamos presentes en aquel acto, se escuchaba las voces blancas de un coro de niñ@s uniformados, acompañando sus cantos, un órgano, unas cuantas guitarras, flauta, palillos, (…). Un coro de ángeles como diría un beninero.

Estando escuchando y contemplando todo aquello que embriagaba los sentidos me llegó a la memoria dos escritos recientes, uno colocado en el blog Plaza de Benínar, por Rafael Bailón y un comentario de Juan Gutiérrez en el foro de dicho pueblo. En el primero se hacía referencia a “la posibilidad que en un momento de la historia la Alpujarra hubiese cuajado como país, como por ejemplo en la actualidad es Portugal”. Es de suponer que de haber prosperado el reconocimiento de una identidad (…), ¿en la actualidad la Alpujarra fuese un estado soberano, se podría pronosticar que sería musulmán?. Juan provocado por lo escuchado (que abiertamente la meta de cada musulmán es visitar una vez en su vida la Meca) en una tertulia, sin el menor rubor nuestro paisano decía “que su meta era visitar los Santos Lugares marcados por Jesucristo”.

Yo que me considero alpujarreño y lo justifico perteneciendo a generaciones de antepasados que nacieron y murieron en Benínar, (donde yo nací) pueblo de la Alpujarra, si en la actualidad dicho territorio fuese un país musulmán aquella tarde del martes pasado en la catedral de Sevilla para mí no tendría sentido al ser musulmán. Si fuese musulmán los cuadros pintados por Velázquez y Murillo, (…) todas las imágenes que puedo contemplar dentro de nuestros templos desde las humildes ermitas a las catedrales espectaculares, carecerían de sentido. Me sonaría a ruido, (con cierta armonía) toda la música sacra que se puede escuchar en todos los templos como en este caso en la catedral de Sevilla.

Si fuese musulmán por supuesto no me hubiese aprendido: “paro mira como beben los peces en el río, ni noche de paz, (…), ni el ropopompo, ropopompo”, que cantábamos Maricarmen (cuando empezaba a tocar la guitarra, que no recuerdo si era una adolescente o ya una moza) y la familia de los canadienses en la puerta de Juan el de María cuando mi pueblo estaba pegando sus últimas bocanadas de vida.
En lo último escrito me ha llegado una catarata de recuerdos que tengo que desviar de mi mente puesto que el tema principal es la posibilidad del que está escribiendo perteneciese a otra cultura, a otra religión.

Durante siglos y generaciones se han ido tejiendo una serie de manifestaciones en la que han querido ir participando todas las artes y cuando las fechas aparecen en el calendario independiente de nuestro estado de ánimos nos encontramos sumergidos, este tiempo en sonidos de zambombas, almireces, (…) como dentro de poco en todos los medios de comunicación aparecerán sin que lo podamos evitar las letras picantes de los carnavales donde ponen patas arriba, lo social, lo político y lo recurrente, el sursum cordan.

Es evidente que al vivir en Algeciras más tarde o más temprano se establece amistad con los musulmanes. Todo funciona perfectamente hasta que aparecen sus celebraciones y mis celebraciones.

Hasta ahora no me he planteado vivir el Ramadán ni la Fiesta del Cordero ni a mis amigos los musulmanes les voy a proponer que se aprendan Adeste Fideles para cantarlo todos juntos la noche pasada al sentarnos en la mesa el día veinticuatro de diciembre en el año 2009.

lunes, 21 de diciembre de 2009

GLORIA BENDITA.

Cuando llegan estas fechas los de mi generación nos tenemos que acordar de aquellas Navidades vividas en nuestra niñez y juventud en Benínar, cuando estamos contemplando en el salón de nuestra casa un belén lleno de figuritas, un árbol lleno de lucecitas que se encienden y se apagan, una buena bandeja repleta rodeada de unas cuantas botellas en la mesa del comedor. Productos propios que se consumen en estos próximos días. Las viandas: ¡Gloria bendita!. Es que si no fuese así, los que nos visitan nos colocarían el calificativo de “bichos raros”.

L@s abuel@s diciendo: !Comer!. !Comer!. !Comer hasta que no os conoscais!.

Creo que si visitásemos cualquier pueblo alpujarreño lo de los belenes y adornos navideños quien los monta será el ayuntamiento. A los alpujarreños aún no nos han convencido los americanos para adornar nuestras casas (…).

No creo que sea el momento que una vez reunidos toda la familia comenzar a decir: En estas fechas todo lo que ven vuestros ojos de adornos y ornamentaciones, todo lo que estáis comiendo y bebiendo no existía o al menos no lo conocíamos.
Creo que a ninguna generación beninera se le ocurrirá bendecir la mesa y dar gracias a Dios que a nuestra casa ha llegado la abundancia. Por su parte los no creyentes con la copa en la mano decir: “Gracias a las manifestaciones del proletariado, a las huelgas y a las reivindicaciones ha llegado la abundancia a todas las casas del pueblo”.

La mayoría de los benine@s de mi edad, hemos ido entrando en toda esta parafernalia que representa la Navidad y encima si los más jóvenes comienzan a cantar un villancico, como no nos sabemos ninguna letra, se nos pone cara de una hogaza de dos kilos y nos dejamos llevar por algo especial que tienen estas fechas y disfrutamos al ver a toda la familia reunida, que aunque estemos “en crisis” somos los patriarcas-matriarcas de todo un conjunto de sentimientos y bienes, que nosotros somos el eje en pequeñito como el eje que tiene el Globo Terráqueo, que no se ve pero que se palpa. Está científicamente demostrado que todo lo que gira tiene un eje y a nosotros nadie nos discute que todo gira a nuestro alrededor.

Para que mis paisanos, los de mi edad canten en estos días. Que los más jóvenes saquen una copia del villancico que aparece a continuación y cuando comience la fiesta tengan la letra, las gafas, y: ¡Qué cantemos!.


Vamos al campo por tomillo,
vamos al campo por romero,
que llegó la Navidad
y el belén hay que ponerlo.
Vamos al campo por tomillo,
dile a la abuela que venga,
que venga corriendo el abuelo a cantarle villancicos y a tocar con el pandero. Bis

Olé, olé ya vienen los pastores,
olé con olé, llegó la Navidad.
Olé, olé ya vienen los pastores,
olé con olé, llegó la Navidad.

Vamos a llevarle candela
que está la noche muy fría
y está a punto de nacer
el chiquito de María.
Vamos a cantarle en el mundo
al que mas lo necesita,
vamos a llevarle alimentos,
vamos a llevarle papilla.

Olé, olé ya vienen los pastores,
olé con olé, llegó la Navidad.
Olé, olé ya vienen los pastores,
olé con olé, llegó la Navidad.

viernes, 18 de diciembre de 2009

EL ABRAZO DEL MACACO

“Abrazo del oso ruso, término acuñado, es de suponer en la guerra fría, cuando la antigua URSS intenta controlar de forma asfixiante a todos las naciones de su zona de influencia”.

En las imágenes que estoy viendo en TVA veo como la máxima autoridad de los llanitos abraza de forma rara. Rara no, rarísima, a una joven la más guapa del mundo mundial que llega a su casa.

No me imagino al primer ministro (por supuesto a ningún de los primeros ministros de los estados de la UE) de su graciosa majestad de la grandísima GB, abrazando de dicha forma a alguna de sus súbditas después de haber sido coronada como Miss Mundo.

Se puede leer en la prensa de los llanitos:
“Miss Mundo corona Gibraltar... ¿Cómo país?”
“La joven gibraltareña Kaiane Aldorino ha conseguido la victoria en Miss Mundo”.

Continuo con las imágenes que estoy viendo en la pantalla del televisor que nada más ser soltada la joven miss “por el oso”, ve las cámaras de Andalucía Directo, se sale de la alfombra y acude a la entrevista de su vida.

¡Que sí!. Que los llanitos antes de meterse en la política o en otras cosas por el estilo, sintonizan muchísimo más la TV de Andalucía que las demás cadenas de habla inglesa.

¡De verdad!. Que cuando estaba siendo entrevistada la miss mundo hablaba español con el deje que hablan los del Campo de Gibraltar.

Si esa moza cuando salió de la roca, tanto ella como su familia soñarían (entre otras cosas) con que al llegar del viaje, en el mismo aeropuerto fuesen entrevistada por la tele, la que se ve en su bloque de viviendas, la que están viendo todas las tardes todas sus vecinas.

Mucho me temo que la joven oficialmente más guapa del mundo en vez de dedicarse a los menesteres propios del año que le ha tocado vivir, el que le dio el abrazo nada más bajarse del avión en estos momentos le está proponiendo:
“El negocio es el negocio, las libras son las libras y nosotros los gibraltareños, estamos metidos en el negocio que toda la Bahía de Algeciras nos pertenece y tú con tu cara bonita, en este año de tu reinado lo tenemos que conseguir. Tú tienes una familia que le tenemos que montar una tienda en la calle Real y te olvidas de las pasarelas, (…), que el 2010, tiene que ser el año, …”.

Arreglada va “la pobre llanita” como no sea capaz de escapar de las carantoñas del oso de Gibraltar. Perdón. ¿He escrito oso?. Me he equivocado. En el peñón no hay osos lo que hay son macacos.

martes, 15 de diciembre de 2009

¿GRAFFITEROS EN BENÍNAR?.

Retomo un trozo sobre lo que publiqué el año pasado por estas fechas en Benínar.com sobre la primera Navidad que pasaba en el pueblo don Francisco, el último cura que pertenecía a la diócesis de Granada. Tan solo fueron dos años, !pero que dos años (…), en los que puso al pueblo “patas arriba”!.
Después nos llegó don Antonio (Dios le doto de muchos dones pero no para el cante y menos en latín) ya de la Diócesis de Almería. Este don Antonio debería firmar un pacto (con la mejor voz que había en aquellos momentos que era Lola Ruiz), puesto que, cada vez que había que entonar una canción, el pobre cura carraspeaba para que entonase nuestra paisana lo que correspondía en aquellos momentos del oficio religioso. Vamos que don Antonio “cantaba (el adjetivo se lo puso el cura que le sustituyó) tan mal, que era capaz de desafinar un carro sin frenos cuesta abajo y por el empedrado de una de las calles del pueblo”.
Para potenciar el cante en la iglesia estaba el reverendo. Si se cantaba, se cantaba, y si no se cantaba carraspeo que se ahorraba.

Al tema de la Navidad con el cura recién llegado a finales de los años cincuenta.

Don Francisco convoca a los monaguillos para el sondeo preliminar de cuanta gente sabe cantar, cuantos tocar instrumentos, que villancicos se conocen, etc.
Conclusión:
- Tocar las campanas (dice el cura a los acólitos) y que todo el pueblo acuda a la iglesia.
- ¿De qué forma sr. cura?.
El cura se les queda mirando y pensando que él personalmente les había dado un curso teórico-práctico a sus discípulos sobre cómo había mover el gajo de la campana si se trataba de un entierro, tocar a fuego, tocar a (…). En cura contesta:
- ¡Agloria!.

Al ser convocados por el cura a toda la gente del pueblo a la iglesia para organizar la Navidad, cuando ya el recinto estaba lleno y todos en silencio puesto que en aquel sitio todos tenían que estar callados, - era en el único lugar del pueblo donde todos los benineros permanecían callados, para asombro de propios y extraños, y donde nada más entrar las mujeres se cubrían la cabeza con un velo y los hombres se quitaban la bilbaína, - aparece el cura por la puerta de la sacristía y en ese momento un beninero se levanta y comienza a entonar:
Que revolución, madre, que revolución, / que el Dios Soberano correr paisanos que ha nacido Dios. (Bis).
Le llevaron polvorones, turrones y caramelos, / paquetes de mostachones y tocinitos de cielo (Bis).

Se calla el beninero y el cura le pregunta:
- ¿Dónde aprendiste el villancico?.
- Señor cura.
Con permiso. Termino de llegar al pueblo y he estado haciendo la mili en Jerez de La Frontera. En caballería. Allí es donde lo he aprendido y muchos más.
- Buena tierra para los villancicos, - le contesta el cura, - sobre todo en el Barrio de Santiago, donde los gitanos les ponen un toque especial.
- ¿Le canto otro?.
- De acuerdo.

Señora María, venga usted corriendo, / que el niño chiquito se está entreteniendo, / se está entreteniendo, se está entreteniendo, / en pintar la mula de blanco y de negro.
- ¡Por Dios!. ¡Qué letra, más incitante para los niños del pueblo!. Esa descartada. Graffiteros en Beninar. No.

Bueno era aquel cura para no tomar medidas drásticas.

Se coloca en la puerta de salida de la iglesia y le va diciendo uno a uno que entonen la canción que sepan y de esa forma, los va dejando dentro a los dotados para el cante y a los demás les dice que vuelvan a la mesa camilla a sentarse al calorcico del brasero.

En aquella noche comienza los ensayos para las navidades únicas e irrepetibles en Benínar, puesto que en las siguientes, el cura se había enfadado con todos los benineros, porque el día de San Roque habían estado bailando, “!pecaminosamente(…)!. ¡Pecaminosamente bailando!” en mitad de la plaza.

viernes, 11 de diciembre de 2009

TARAREO SIN DARME CUENTA.

En Benínar recuerdo a un hermano de mi abuela que siempre que nos cruzábamos por la calle me llamaba tremendamente la atención que siempre iba tarareando alguna que otra coplilla. Me llamaba la atención por ser una de las pocas personas que encontraban en el pueblo una razón para ir y volver del trabajo en el campo tarareando. Me paraba delante de él le miraba fijamente y me decía: “!Venga!. ¡Canta conmigo!”.

Ahora que nos llegó el tiempo de ir tarareando las canciones antiguas, en este caso los estribillos de villancicos cuando voy paseando por la calle sin prisa pero sin pausa, a pasito lento, sin menos preciar una conversación en un encuentro fortuito con algún conocido, he caído de golpe en la cuenta que solo me acuerdo de las nanas que se cantan por estas fechas al Manuel, al que nació en el pesebre pero no las de mi pueblo la de mi comarca, la Alpujarra, tarareo las propias de la tierra donde estoy viviendo.

Que árida la tierra que me vio nacer y que fértil en la que vivo en el tema de las tradiciones, sin ir más lejos la Navidad.

Desde que se arranca del almanaque el mes de noviembre y aparece diciembre, en todos los medios de comunicación se anuncia que cada día a determinadas horas se puede asistir a la actuación de un determinado grupo que canta a la Navidad. Cada grupo con sus canciones, con sus estribillos, con sus dejes y entonaciones, con sus instrumentos de toda la vida y con su grupo de personas que incondicionalmente acompaña a los cantantes (a la pastoral) allí donde acuden a actuar.

Todos estos grupos tienen de denominador común que le siguen cantando al Mesías y que la mayoría por muchas actuaciones que tengan ninguna está prevista hacerla en un templo, en su parroquia, o delante del belén que se montan en todas las iglesias de Algeciras.

En Benínar se ensayaban los villancicos con el fin último de cantar todos ellos en la iglesia, sobre todo en la Misa del Gallo y en los días claves que empezaba la noche del veinticuatro y terminaba el día de los Reyes Magos.

Es de suponer que en la tierra donde vivo, en aquellos tiempos allá por los años cincuenta y terminando con los setenta también sería de dicha forma y manera, en la que dichos villancicos primero se cantaban delante de los belenes en cada parroquia y lo de la calle se consideraba como añadidura. La liturgia sería parecida a lo que ocurre en los carnavales, primero se cantan en el Gran Teatro Falla y cumplido dicho trámite es cuando coros, comparsas y chirigotas se lanzan a las calles para ser de las calles de la Tacita de Plata.

Las gentes se han ido retirando de la Iglesia pero no de cantar villancicos al mismo protagonista, quizás porque en cada grupo existen unos jóvenes como María y José y recién nacidos muy cercanos a los que se ponen a cantar.

Se ha perdido el culto a todas las imágenes de los belenes, el acudir toda la familia trajeada a la Misa del Gallo, pero no se ha perdido la sensación que despierta una madre dando de mamar a un recién nacido y ponemos todo nuestro empeño que no desaparezca lo que dice la estrofa del villancico: “Dile a la abuela que venga, / que venga corriendo el abuelo, /a cantarle villancicos / y a tocar con el pandero”.

A los abuelos seguro que en estos días siempre (donde ha permanecido la tradición) se les escapa un villancico en la bulla que se forma en torno a la mesa o alguien de la casa le pide que coja la pandereta y tararee un villancico. La pandereta que pertenece a la familia y el villancico que lo saben cantar todos.

No sé si el que está leyendo le ocurre como me pasa a mí, sobre todo en estos días cuando veo a un niño en brazos de su madre. Le suelo tararear: “Es muy chiquitito el niño Jesús, /una virgencita y rayo de luz / ya le veo jugando el crio en la calle /pero es muy pequeño no quiere su madre”.

En esta fecha, sin dar explicaciones trascendentales al ir paseando, siempre encuentro un motivo para tararear un villancico que su estribillo me suele durar hasta que tropiezo con otro motivo para tararear otro.

lunes, 7 de diciembre de 2009

VIAJES CON IDAS Y VUELTAS

Cierro los ojos para recordar mejor los artículos que tenía el negocio, mejor diríamos los negocios de Doloricas la de la Tienda, abiertos las veinticuatro horas todos los días del año. La mayoría de las ventas se pagaban cuando se vendía la cosecha – el trueque - o el marrano. Todas las deudas anotadas en un montón de papeles de estraza, que se convertía en un verdadero drama, cada vez que pasado un tiempo se ponían encima del mostrador para ir sumando el importe de los artículos retirados, unas veces ella, otras los retirados por sus niños, lo que le encargó a su vecina: “Ya que vas, ¿me tres el encargo?, (…)”.

Los nietos de Doloricas antes de llegar a los treinta años – los de un hijo - han estado en Canadá, Cancún, Francia, Alemania, Italia, New Jersey, etc. Los nietos del otro hijo tendríamos que ir tachando de cada continente aquellos países que les faltan por recorrer, puesto que ya han estado en un buen puñado.
Si aquella beninera la primera que se subió en un motocarro levantase la cabeza (…), pero no llegó a subirse en un tren, un barco, ni en un avión.

Una vecina donde estoy viviendo en el Campo de Gibraltar, el día que cumplió los ochenta, al decirle sus dos hijas que cerrasen los ojos y pidiese un deseo, contesta Elisenda:
- “Quiero que vendáis el piso donde vivo y el importe nos lo gastemos las tres en visitar todos los santuarios de la cristiandad que yo me acuerdo”.
- “¿Como estuvo tu marido en la División Azul, no estarás pensando – le dice una de sus hijas – comenzar por Moscú, recorrer toda Europa y el Oriente Medio y terminar en la Ermita de Nuestra Señora de la Luz en Tarifa?.
- Si hija.
Sí.
Comencemos por la catedral del Kremlin. La de San Basilio”.
- ”¿Qué hacemos con tus nietos y nuestros maridos?”.
- “Le daremos una vuelta de vez en cuando. Todos son mayores de edad y ya es hora que se las arreglen como puedan”.

Si antes se decía que los niños llegan al mundo con un pan debajo del brazo, no se la leche que han mamao estos hijos nuestros, - que entran y salen de casa que muchas veces me cuestiono si realmente llegan a ver a sus mayores o a visitar el frigorífico, - que el pan se lo han cambiado por unos cuantos tacos de talonarios de noches de hotel.

Cualquiera controla los viajes de esta gente joven que cada vez son más frecuentes y más largos. A la puñeta escribir sobre los viajes de los hijos de los que nos bautizamos en Benínar. Prefiero escribir:
- De la decisión que tomó Elisenda mi vecina y de todos aquellos que mucho antes de llegar a los ochenta, justo en el momento de la jubilación, supieron tomar la decisión de visitar balnearios de verdad, no como las visitas que realizaban los benineros a beber agua a Cuesta Viñas.
- Me da lo mismo que mis paisanos decidan visitar santuarios cristianos o comunistas, pero que viajen.
- De Eugenia Doucet, que a sus ochenta y siete años, para regresar otra vez a su país ha tenido que enlazar con tres vuelos en el mismo día cruzando en uno de ellos el Atlántico.
- Todos aquellos paisanos que están pendientes de todos aquellos viajes del Inserso para encajar en ellos, él con su parienta y volver a bailarse todas las noches unos cuantos pasodobles con las mismas ganas que bailaban en Benínar.

Lo que más les encantan cuando he hablado de viajes con mis paisan@s, ellas son las primeras que saltan para destacar lo que el hombre casi siempre no sabe apreciar. Me decía nuestras paisanas Lola con unos ojillos tremendamente expresivos aunque el marco esté lleno de arrugas.
¡Niño! :
“Merece la pena viajar tan solo por ver que nos ponen la comida por delante. Ni he preguntado ni pregunto, quien decide la comida que se pone en el fuego ese día, quien recoge la mesa, quien friega los platos, (…), ni quien hace las camas”.
“Tan solo me falta en los viajes – no entiendo machaconería de mi marido que no me puedo llevar – mis agujas de croché o mi puntito de cruz”. “Tampoco me deja este gruñón que de la cabezadita después de comer allí donde me encuentre”.

De los tres viajes que aparecieron en el enunciado del principio, uno de ellos estaba destinado a escribir sobre los viajes de los nietos de los que salieron de Benínar. Pues va a ser que no.

Como decía mi compadre: “Los viajes de la gente joven es un despilfarro total. Nosotros en las mismas circunstancias ese dinerillo lo destinábamos para ahorra”.

jueves, 3 de diciembre de 2009

DE BENÍNAR A CATALUÑA. SEGUNDO VIAJE.

El que nació en la Alpujarra y permaneció parte de su juventud, muy pocos decidieron especializarse, estudiar, investigar alguna materia relacionada con la agricultura.

Nadie como ellos para interpretar el lenguaje de las plantas, conocer el PH de la tierra sin tener que analizarla en un laboratorio, saber construir un balate, trazar el recorrido de una acequia y sobre todo nada más con la mirada analizar como nadie el estado de humedad del suelo en función de lo que le está mostrando la planta que está sembrada, saber si la tierra está encharcada o está seca. Expertos agricultores que lo han mamado desde chiquititos, al estar tutorados por verdaderos doctores en la materia, con ficheros en la memoria de lo aportado por los pueblos que estuvieron asentados en dicho espacio único. A pesar de ello un porcentaje muy pequeño, posiblemente no llegue ni a un uno por ciento sean ingenieros técnicos agrícolas, ingenieros agrónomos o alguna de las especialidades de FP relacionada con la agricultura.

Heredaron una cultura riquísima en el saber sobre tierra, agua, siembra y cuidados de un huerto y cuando llegó el momento de elegir una carrera, (primero los padres que nacieron en los años cincuenta y después los hijos de dichos cincuentones) una especialización, una formación profesional, prefirieron ser mecánicos ajustadores, electricistas, administrativos (…) o estudiar carreras relacionadas con el mundo de las letras, de las ciencias y de la tecnología.

L@s beniner@s se pronunciaron por ser emigrantes, tanto si eran peones, torner@s o ingenier@s. Todos los embaucadores que salieron en los incipientes medios de comunicación convencieron no solo al joven también a toda su familia y vecin@s para que aquel alpujarreñ@, decidieran que los habitantes de aquel entorno dijesen: “Hasta luego Lucas”.

Recuerdo muchas veces a l@s moz@s preguntarse una y otra vez sentados en el quiosco de Antonio el de Rosendo, con un refresco de avellana en la mano:
- “¿En vez de tener que marcharse a trabajar a Cataluña todos los que se fueron de Benínar, no deberían montar dicha empresa-s en nuestro pueblo?”.
- “¿Aceptamos una parcela en San Agustín para seguir haciendo más de lo mismo, sembrar tomates, pimientos (…) seguir labrando la tierra?”.
- “A mi madre y a mi padre cuando le digo que quiero ser electricista o fresador, se le ilumina la cara, me miran embobados aunque ellos ni saben cuál es el oficio ni tienen a su alcance alguien que les explique en qué consiste dicho trabajo”.

En aquel pueblo alpujarreño solo existía el oficio de agricultor todos los demás habían desaparecido si es que alguna vez existieron.

La tentación que les brindaba a l@s beniner@s que llegaban de vacaciones que ya habían logrado un oficio fuera, lo que se escuchaba en la radio, lo que mostraba la televisión. A Benínar llega mutada la mosca del sueño que describe García Márquez en Cien años de Soledad, (que todos no saben si matar moscas o matar sueños), les altera el sueño y creen que la solución estaba en viajar donde fuese o como fuese con la intención de lograr otra forma de vida.

La forma de viajar era:
- En un tren con asientos de madera que salía de Almería con una chimenea que al meterse en un túnel inundaban las pavesas todos los vagones, que se sabía la hora de partida pero no la de llegada.
- En un autobús que tardaba casi dos días en llegar a Cataluña.
- Viajar como lo hacía nuestro paisano Titón con la intención de encontrar aquel pueblo donde todas las mujeres fuesen las más guapas y las más hermosas.

Nuestro paisano en uno de sus viajes encontró el pueblo de sus sueños. Tengo la duda si los demás llegamos a encontrarlo cuando decidimos viajar (con maletas de cartón) a nuestra Icaria o el lugar que habíamos idealizado.

Una cita: http://elultimoviajeaicaria.blogspot.com/2009/06/icaria.html

lunes, 30 de noviembre de 2009

TRES VIAJES. TRES GENERACIONES CORRELATIVAS.

DE BENÍNAR A MONTEVIDEO. (I).

Estando hablando con un paisano recientemente ya entrado en los noventa años, pero con una lucidez envidiable me contaba lo siguiente:
- “Recién cumplidos los dieciocho años llegaron al pueblo unos cuantos soldados. Nos juntaron en el ayuntamiento a todos los que teníamos la edad de mi quinta en adelante. Nos dieron un tiempo para recoger el hatillo, mientras ellos se comían unos cuantos conejos en casa de (…), y cuando quedaban dos horas de sol, transponíamos todos los mozos del pueblo escoltados por soldados por el cortijillo los gitanos dirección a Berja, andando, donde nos vestirían de soldados y nos llevarían a Almería para repartirnos por los distintos frentes”.

Mi paisano se para un tiempo mientras termina de comer las pocas uvas que le quedaban a un racimo y me dice:
- “¿Quieres que te cuente lo vivido los tres años de guerra, más los otros tres ya como soldado?”.
- No. Lo de la guerra lo dejamos para otra ocasión.

Pensé en aquellos momentos que al condicionarle lo que él quería contar se me cerraría en bandas, se bloquearía y la entrevista ya había terminado. Es la mujer que estaba a su lado la que viendo mi cara con la expresión del que está mordiéndose los labios y diciendo: “La he cagao”, (...), la que continúa el relato:
- “La noche antes que le diesen la cartilla militar ya sellada y por ello de regreso a su pueblo, su mejor amigo le dice: “Ya que estamos aquí en San Fernando (Cádiz), en vez de irnos a nuestro pueblo, donde no vamos a encontrar trabajo, deberíamos coger un barco, ir hasta Montevideo, que me han contado que allí nada más llegar tenemos trabajo seguro”.

Se levanta del asiento aquella paisana, se coloca a escasa distancia de mi cara y me dice:
- “¿Sabes lo que contesto el mozo?: Antes quiero ir al pueblo casarme y después ya veremos”.
Se gira la mujer y le dice al marido:
- “!Dile la verdad!. ¿Se lo digo yo?”.
El marido se ríe pero no dice nada y es la mujer haciendo aspavientos la que contesta que dijo su marido:
- “¿Y si me quitan la novia?”.

Pensando aquel licenciado del servicio militar que terminada la guerra la moza ya estaría cansada de seguir cumpliendo el juramento y por ello era el plazo convenido aquel día cuando se lo llevaron como soldado. Al otro día su amigo después de los sellos en la cartilla militar toma dirección a Cádiz para embarcarse y el beninero dirección Benínar donde se casaría poco tiempo después. Comenzó a fabricar niñ@s y cuando llegó a "agobiarse" de las bocas que tenía que alimentar, busca la dirección de su amigo en Uruguay, se embarca, y se marcha "para hacer las américas".

Este viaje tiene tres partes más:
- El de Benínar a Cádiz, sin un real en el bolsillo.
- El de Cádiz a Montevideo en un barco con caldera de vapor.
- El regreso triunfal. La llega al pueblo, con dinero contante y sonante, se compra una casa y unas cuantas finquitas.

sábado, 28 de noviembre de 2009

DEL TROVO AL HIP HOP (II)

CANCIONES DE PARTIDA.
Las benineras siempre fueron muy cantaoras. La música la utilizaron en primer lugar para las insinuaciones, mientras mostraban su feminidad cantoneándose y de camino para divertirse.
Pasan por tres etapas en tres décadas. Abandonan la música tradicional el trovo en primer lugar; cabe la posibilidad de no estar a su alcance el trovo o ellas quieren hacer otra música diferente. Se inventan otro tipo de música y letra (el que escribe no tiene una base musical para encajar aquellas canciones dentro de un determinado estilo musical) tomando como base lo que aportan los emigrantes que regresan al pueblo y otras canciones de autor@s benine@s.

Cuando llega la radio se dejan invadir, inundar, cautivar por aquella música y Benínar se incorpora a lo universal, (considerando que el universo era solo la canción española) la moda musical del momento donde se expresan los sentimientos básicos que tenían en aquellos momentos a partir de los sesenta.
Sin duda alguna aquellas nuevas canciones son mucho más fáciles que la recolección propia y el trovo.

Desde que se cantaba en Benínar a principios del 1900, lo de: “Venir, venir traidores”, (…) hasta que Paco Ibáñez impone (cuando ya estaba agonizando el pueblo) que todos los andaluces tarareen: "Andaluces de Jaén, (…)", las benineras siempre fueron muy cantaoras lo demostraban en los corros (remolinos) que por navidades se montan en la plaza.

Donde las cantaoras eran únicas era en los cantos de la iglesia, en las procesiones y en los rosarios cantados. Me llegan a la mente los gorgoritos de mis paisanas en determinados momentos de las canciones para destacar determinados matices.

Cuando se juntaban más de tres mujeres empezaban a canturrear algunas coplillas que rebuscaban que tuviese alguna que otra picardía o eran las palabras precisas que sentía necesidad la mujer decir al hombre. Los hombres jamás se incorporaron al tarareo ni siquiera con la boquita cerrada. Quien más quien menos se estrujaban los sesos sobre si las letrillas de dichas canciones era el dardo envenenado dirigido directamente al vareador, al que estaba arrimando las cajas de uva en la faena o ya en el mes de diciembre cuando en la plaza se reunían todas las mozas formando remolinos. Este tipo de iniciativa en muy pocas ocasiones nacía de los hombres se eliminamos la ocasión cuando se subían en una tabla de trillar.

El legado musical si queremos que quede escrito, sin duda alguna es necesario recurrir a las mujeres. Es más en las pasadas fiestas de san Roque, en agosto del 2009, se cantó el himno al patrón, (imaginen el campo de futbol lleno animando, cantando al equipo), y que solo cantan el himno un buen puñado de benineras y tan solo un hombre se incorporó al coro.

Considerando como estribillo: “Venir, venir traidores / regular, regular regulerum / venir venir traidores, regular regular regulón / chin pón. Sin entender en estos momentos la razón que cada vez que se cantaba todas cogidas de la mano comenzaban a correr en círculo, se paraban en seco y comenzaban cantar:
“Estirar, estirar, que el demonio va a pasar”.

Como si en el pueblo solo existiese un solo cd, ahí va:
- “El patio de mi casa, (…)”.
- “Tengo una muñeca vestida de azul, (…)”.
- “La tata miriguela, (…)”.
- “Venga la venga la botella, (…)”.
- “Beninar patria querida, (…)”.
- “Donde están las llaves, (…)”.
- “Madre yo quiero un novio aceitunero, (…)”.
- “El veinticinco de abril, no sabéis que sucedió, (…)”.
- “Ya Carmen fue la comadre y su marido el padrino, (…)”.
- “Pregunta a las Manricas en el paseo que les pasó, (…)”.
Terminado el repertorio se volvía a cantar otra vez lo de: “Venir, venir traidores, (…), para volver a empezar con las canciones anteriores.

La mayoría de las veces al ponerse el sol y estar escasamente iluminada la plaza por cuatro lámparas incandescentes de 40 vatios, las madres acudían una tras otra a lo alto de las escalerillas, (poniendo postura de brazos cruzados o las manos en las caderas) no hacía falta llamar a cada hija puesto que las mozas (“acachando la cabeza”) sabían que tenían que dejar el remolino y seguir a su madre hasta la casa.

La mayoría de los mozos apoyados en las barandillas que rodeaba la estauta de don Eugenio asumían sin pestañear el calificativo de la canción:
¡Traidores!.

lunes, 23 de noviembre de 2009

PESTIÑOS BORRACHOS DE ANÍS

Siempre que quise que alguno de mis hijos aprendiese cualquier idioma estaba convencido que no había otra forma que sumergiéndose: ¿Continua siendo la forma ideal?.

Como le pasa a nuestr@s paisan@s, que se marcharon a Cataluña, los que viven en Vicar, (por ejemplo), nada más llegar se incorporarían a la cultura (en el más amplio sentido de la palabra) donde llegaron, donde nacieron sus hijos y donde se encuentran viviendo. Pertenecemos los benineros irrenunciablemente a la generación de las dos culturas.

No sumergirse donde se trabaja, se vive, sería desperdiciar determinados momentos especiales que a cada cual, en su medida le es necesario para seguir viviendo, para llegar a una estabilidad emocional, sin poder evitar seguir pensando en la tierra que nos vio nacer: Benínar.

En mi caso, poco tiempo después de llegar al Campo de Gibraltar me incorporé a un coro que en cada época del año hacemos lo que podemos, en éste caso, ya es tiempo de ensayar de aprender villancicos nuevos y de recordar los de años pasados. Son veintitantos años ensayando y para cada época del año tenemos la correspondiente carpeta. Es de suponer que de los (más de cien) villancicos que tenemos en la carpeta, (creo), deben estar los que se cantaban en Benínar, pero no logro adjudicar con certeza los que corresponden a los que cantaba por ejemplo una de las personas más queridas por todos los benineros como era LA NIÑA CARLOTA una de tantas cantaoras que teníamos.

No es este año el único que cada vez que estoy llevando el ritmo (y cantando) con una cuchara y una botella de anís me acuerde de aquel grupo que formó don Francisco, (el último cura que nos llegó de la Diócesis de Granada) el mejor coro de villancicos que sonó en Benínar, para lograr que llegase a oídos benineros, casi, “música celestial” en nuestra iglesia edificio emblemático. Se autorizó que las mujeres pudiesen subir hasta la tribuna, (lugar desde que la iglesia fue iglesia en nuestro pueblo) asignado a los hombres.

A cabo, intentando recordar los villancicos que se cantaban terminando la década de los cincuenta y me llega hasta la boca el sabor de cuando terminamos de ensayar, por este tiempo, aquí donde vivo, cuando se destapa la fuente de pestiños con barrillos de matalauva, (matalahúga) borrachos de miel y se abre la botella de anís, en nuestro caso, el del siempre, el del mono, el que nos llega de Badalona.

Esta noche nos toca ensayar. Me acordaré de mis paisanos.

sábado, 21 de noviembre de 2009

DEL TROVO AL HIP HOP (I)

Después de la guerra civil los beniner@s de aquel pueblo alpujarreño sentían la necesidad que siente cualquier pueblo primitivo de expresarse a través del cante y del baile. Quizás en base al refrán: “Canta que las penas espantas” aquella gente en su gran mayoría sin haber podido pasar por la escuela (la escuela que me refiero puede modifica, perfeccionar formas de cantar y de bailar pero no da dichos dones) se ven en el dilema de enfrentarse a expresar sus sentimientos por medio de las canciones tradicionales, el Trovo, pero entre ellos no encuentran a nadie ni que trove ni que les enseñen a bailar. Aquella sociedad, la que tenía que trabajar de sol a sol los trescientos sesenta y cinco días del año, no encontraban tiempo para el aprendizaje ni maestr@s a su alcance y es cuando surge la espontaneidad.

Un ejemplo puede ser como finaliza una canción que se cantaba en Béninar:
“Si Queréis saber señores / quien inventó esta coplilla/ Encarnación la Pinteta / y Rosilla la Jiguita”.

Se tiene que destacar que antes que llegase la radio al pueblo existía un violinista, la guitarra, la bandurria y puede que existiese una o dos acordeones. Tan solo aguanta un poco de tiempo el desafío que representaba lo que se escuchaba en aquella caja mágica. El acordeón intenta coger el ritmo de las canciones que se escuchan en la radio, pero la evolución de la música y el baile hace callar al piano de los pobres.

Si la radio les facilitaba las canciones: ¿Para qué inventarlas?.

De forma sorprendente en Benínar teníamos verdaderos artistas bailaor@s (para el que escribe maestr@s como era Dolores la C. y el tío Manuel el Rubillo), personas que al escuchar la música se trasformaban dejando al público boquiabierto al ver sus interpretaciones cuando llegaba la banda de música de Ugijar tan solo tres días al año. (Sería importante recurrir al archivo que intenta engrandecer y que ya tiene en la actualidad el director de dicha banda). En la plaza del pueblo aquella banda de música lograba que l@s benine@s se moviesen al ritmo del Vals, la Mazurca, el Chotis, (…), pero sobre todo el pasodoble.

La forma de bailar los pasodobles creo que en cada pueblo tenía una forma de bailarse con “el pellizco, la impronta” impuest@ por el-la mejor de dicho pueblo.

Siempre fueron las mujeres las más lanzadas en lo referente al cante y al baile, hasta que llega un cura que cuando ve que dos mujeres están bailando agarradas, formando pareja, lanza la siguiente frase:
“La pareja de baile debe ser hombre y mujer puesto qué, cuando está formada por dos mujeres, se parecen a las cabras cuando entran en celo”.

Esta frase marca otra etapa negra (o distinta) en el baile en Benínar.

Continuará.

miércoles, 18 de noviembre de 2009

TIEMPO DE PLANTAR ÁRBOLES

Mi amigo Antonio Viera el que siembra en Extremadura los acebuches que yo les llevo y en vez de decirle acebuche a dichos árboles los ha rebautizado y para él son “maldonados”. Me llama por teléfono y me dice:
“Tienes que encontrar el libro: EL HOMBRE QUE SEMBRABA ÁRBOLES; te lo lees; me llamas por teléfono y ya hablaremos”.

Me ha faltado tiempo para recorrer las librerías del Campo de Gibraltar y al final en una de ellas le he encargado.

Me he metido en Google he escrito el nombre de dicho libro, he leído lo que he encontrado y la verdad es que me ha llegado de curiosidad y espero que me lo puedan servir cuanto antes. Siempre he pensado que tener un libro en las manos no es lo mismo que leer lo mismo en la pantalla del ordenador.

Si os parece bien pinchar en:
http://www.guelaya.org/textos/el%20hombre%20que%20plantaba.htm

Este comentario lo saca a colación, por el motivo, que a las dos asociaciones que tenemos los benineros, se les ha adjudicado a cada una de ellas un trozo de terreno en el paraje conocido como: Las Viñuelas.

No estaría mal que cada asociación regalase a cada uno de sus socios dicho libro; en primer lugar para disfrutar de dicha lectura; en segundo lugar para que existiese una especie de aprendizaje para la repoblación de dichos lugares asignados; como tercera y última, que ambas asociaciones se empeñen en divulgar que las mejores herencias que podemos dejar a nuestros descendientes, sean o no benineros (no siempre nos tenemos que estar mirando el ombligo) es:

Sembremos árboles con certeza que no van a morir deshidratados y que las generaciones que lleguen de su responsabilidad va a depende (le coloquemos las palabras más bellas, los mejores versos) cuidarlos o utilizarlos en su provecho.

domingo, 15 de noviembre de 2009

MIS NEURAS (II)

¿PUEDO FIRMAR CON EL DEDO?.

En mi época de estudiante cuando regresaba al pueblo no se escuchaban nada más que lamentos. Los argumentos de las personas mayores eran desgarradores. Los que no tenían a nadie que cuidasen de ell@s su rostro se les desencajaba de forma progresiva. La mayoría de las ancian@s me solían coger de las manos y preguntarme:
- ¿Qué va a ser de las personas mayores?. ¿Nos mandarán a un asilo a Almería?. ¿Dónde mandaron a Manolíco, Antonio, etc.?. ¿Para no volver?.

A un número considerable le ponían delante lo que tenían que firmar (y afortunadamente ha desaparecido poner el dedo manchado de tinta en el lugar de la firma), que la persona firmante solía decir después de haber escuchado “lo que supuestamente decía aquel papel” (mostrando cara de entendimiento y la confianza en el ser humano que daban los años viviendo en la Alpujarra), terminaban diciendo:

“Con los años que tengo se me ha olvidado firmar”.

Muchas de aquell@s firmantes jamás habían visto una solicitud ni se acordaban de cuándo fue la última vez que escribieron y por supuesto leyeron si es que fueron a la escuela.

Aquell@s que no estaban de acuerdo por el valor de la expropiación, a la valoración (impuesta por los mandamases) que le habían hecho a su casa, su huerto - y sobre todo las comparaciones de un huerto al lado del otro, con tan solo la separación de un brazal, uno había sido tasado como si fuese propiedad del padre del ingeniero-tasador y el de al lado estaba tasado (...) - y lo que jamás nadie tubo presente (ni pantalones de mencionar) era en poner un precio a su forma de vida, su huerto, sus gallinas, su cabra y en que invertían su tiempo libre. Las personas mayores al ser le castrado su forma de vida, se cruzan de brazos en un lugar de su casa y dejan que la infección que le había producido la mutilación, llegan a la conclusión, que les ha llegado su hora del encuentro con los que les precedieron, con sus muertos.

Much@s se plantean el tazón de leche, el pucherito, la fruta, la verdura (…), la subsistencia, han escuchado la palabra “paguita todos los meses”, buscan desesperadamente entre los conocidos que alguien le dé una contestación, una respuesta, acuden a los mandamases y le hacen la siguiente pregunta:
- “¿Ha cotizado a la Seguridad Social?”.

Acudías a la ventanilla única, (en mi caso por ser un protestón fui llevado hasta Almería capital ante el gobernador civil para ser amonestado) y el funcionario (el que colocan los mandamases de apagafuegos detrás de la ventanilla y para más inri no en Benínar si no en el pueblo de al lado) le habían programado (condición inecuánime para firmar el contrato de trabajo) sus superiores para que dijese: “Tu te limitas a decir”:

- “Esto es lo que hay. Como la carne de oveja, si la quiere la come y si no la deja. Si no firmas tendrás que ir a cobras a Málaga (cuando las personas que tenían que firmar no sabían calcular en distancias si Málaga estaba cerca de Barcelona o Barcelona estaba más cerca por sentirse arropados por alguno de sus vecinos que se fueron a vivir Cataluña), cuando te toque”.
- “El ingeniero no está. Se encuentra reunido y no l@ puede atender. Escriba a puño y letra (la mayoría de ellos durante toda su vida no les fue necesario, surgió la necesidad ni de escribir ni de leer) cuál es su reclamación y la mandaremos a Málaga que es donde se encuentra centralizada la comisión evaluadora. Pero Ud. sabe que es para nada. ¿Alguien le ha dicho que es el silencio administrativo?.

Alguien había lanzado una frase para que la repitiesen “los satisfechos en la expropiación”:
“Si no le da para comprar nada en el Poniente Almeriense compre con lo que se le ha dado la misma casa y tierras en cualquier pueblo de la Alpujarra, etc. etc. etc”.

Me remito a los hechos para justificar mis neuras:

- El pueblo había que desalojarlo puesto que estorbaba para la construcción del pantano.

- La administración franquista fue la que seleccionó a “los mandamases” que después continuaron con la misma la labor, (“los mismos perros pero con distintos collares”) ya en la democracia.
Es de suponer que el que contrató al personal (los jefes) que empiezan con los sondeos y terminan cerrando las compuertas marca unas prioridades que los seleccionados tienen que cumplir:
Inteligentes, sangre fría, que las lágrimas derramadas en su presencia jamás les haga retroceder un ápice en la decisión tomada y que ellos se considerasen “los dioses de Beninar”: Tenían potestad para atar o desatar tanto en lo humano como en lo divino en aquel trozo de la Alpujarra.
Se les indica otra observación: En todos los acontecimientos sociales tenéis que estar presentes aunque seáis identificados como el Diablo. Si no tenéis estómago para digerir los insultos, tiempo tenéis de ir formándolo desde el mismo momento que firméis el contrato de trabajo hasta que cerreis las compuertas.

Los hechos demostraron con creces durante todas las actuaciones tomadas por los seleccionados por la administración, que debían aprender de memoria dos libros:
- La obra de Lope de Vega, Fuenteovejuna.
- Vida y andanzas del bandolero José María el Tempranillo.

En el primer libro “los mandamases" tenían que aprender que en Benínar no se podía volver a repetir en la Historia de España que el pueblo se uniese (Benínar) contra los enviados por la administración central.
Del segundo libro tenían que aprender que lo fundamental "no tener a la mayoría de la población descontenta".

A “los mandamases” se les protege y se les facilita la estancia.
- Las oficinas para realizar cualquier trámite estaba en Berja (pueblo de al lado donde existía un cuartel de la Guardia Civil) donde todos los benineros fuesen a protestar y a firmar su rendición. A los responsables no se les olvida que persuadir es mejor que lamentar.

- A los ingenieros se les construye una pequeña urbanización con una iluminación desconocida en toda la Alpujarra, unos cuantos chalet, justo enfrente del pueblo, al otro lado del río, se les trae agua potable desde varios kilómetros de distancia.
En aquellos tiempos los benineros tenían que ir con la burra, las aguaderas y los cántaros para tener en casa agua potable a la Cañarroda (y pasar por delante de los chalet tanto a la ida como a la vuelta) y la iluminación que tenía el pueblo sería una docena de lámparas incandescentes de 60 vatios colgando de sus casquillos.

Aquellos funcionarios (es de suponer) cuando cerraron las compuertas del pantano se les colocarían todas las medallas distintivas en aquellos tiempos, puesto qué, le habían ahorrado a la administración unos cuantos millones de pesetas:
La construcción de un nuevo pueblo y la preparación de su vega.
Lo más importante, “aquel atropello de la destrucción de un pueblo apenas había aparecido en los medios de comunicación”. “Escándalo, cero”.

En honor a la verdad a los benineros como gastos comunitarios tan solo se les construye las cuatro tapias y unos cuantos nichos de un nuevo cementerio, donde todos los años los pocos habitantes del pueblo que quedan suelen acudir a rezar a sus muertos en el día de todos los santos.

Se puede encontrar información relacionada en el blogs Plaza de Benínar publicado el miércoles 9 de septiembre del 2009.

Al construirse el pantano del Conde del Guadalhorce en Málaga en dicho lugar existía un pueblo llamado Peñarrubia. Tras el desalojo a los vecinos se les ofreció una vivienda a precios muy económicos en un pueblo recién construido que en la actualidad se llama Santa Rosalía. Dicha presa comenzó a almacenar agua en el 1973.
No se puede comparar la posibilidad de que los benineros se pudieron ir a vivir al pueblo del Poniente Almeriense San Agustín, puesto que solo cumplían con las normas establecidas cinco familias.

Una neura que me llevaré a la tumba, (es de suponer también la de muchos benineros), cuando acudimos a reclamar nuestros derechos, “cualquier funcionario nos garraspea y ya estamos (perdón estoy) temblando. Acojonad@s”. Se nos ha educado (perdón se me ha educado) para que a todo aquello relacionado con “el poder”, respondamos (perdón responda) a la sumisión de inmediato: ¡”Si señor funcionario!. ¡Sí señor político!”.

Tendré que buscar en Google los pueblos que en estos momentos se encuentran como estaba Benínar a mediados de los setenta, donde han llegado “los dueños de la tierra" y le han dicho a los indígenas:
“¡Fuera de vuestro pueblo, que necesitamos el agua!”.

En mí caso el libro que tengo en mi mesita de noche (pensando donde reposarán mis restos), es: Edipo Rey, literatura universal, Sófocles, Tragedia Griega.

sábado, 14 de noviembre de 2009

MENOS CHICHAS QUE LA RODILLA DE UN JILGUERO

Ya sé que me corresponde colgar lo de mis neuras dos, pero resulta que ha llegado mi hijo el mayor que lo destinaron a principio de curso a un instituto en Valverde del Camino, (¿os suena por lo de los botos, como Ubrique por las petacas?), le he colocado un borriquete (de los que se pescan por temporada en Barbate), a la plancha con champiñones y ha surgido el tema de lo que mi niño suele comer donde está trabajando en dicho pueblo de Huelva.

Resulta que la zona donde se encuentra es dentro de la Comarca del Andévalo, donde dice que se encuentran los mejores productos del cerdo ibérico y se bebe el vino de Bollullos del Condado que entra solo, es decir para hincharse sin levantarse de donde estás sentado y ya una vez hasta la campañilla preparado para una buena siesta.

Cuando he abandonado el sofá después de recuperarse uno, de los argumentos y convencimientos de Morfeo he mirado a mi hijo de arriba abajo y tiene menos chicas que la rodilla de un jilguero. Mi reacción ha sido:
- ¡Este niño no me come!. ¿Para qué le mando yo los tupperware de las comidas que le gustan?.

Le he preguntado qué es lo que come y me ha dicho que no le vuelva a mandar comida alguna, puesto qué:
Se ha comprado una paletilla de cerdo ibérico que le cuesta (…), pone a la brasas una costillita de cerdo ibérico que le cuestan el kilo a (…), que el chorizo, el lomo, el morcón, etc. que están al precio (…) y que por ello todo lo que le he mandado congelado se lo está comiendo su perro molo, me deja con la boca abierta y
al final le pregunto:
- Pero so mamón ¿porqué no engordas?.
- Porque los productos que estoy comiendo todos los días, procede del cerdo de donde se sacan los jamones de pata negra; están todo el día haciendo senderismo en el campo; comen hierba que tiene cero grasa; comen bellotas que es buenísima de colesterol del bueno y (…). Trabajo mucho.

No hago más que preguntarme que mi hijo tiene la misma profesión que yo he tenido, es decir profesor de instituto y con la misma edad que él tiene, ya me comenzaba a salir la barriguita, comenzaba a coger volumen la cara, a inflarse mis papadas (...)y en cambio mi niño con un metro ochenta y cinco no llega a pesar ni setenta kilos.

De lo que estoy seguro es que mi niño si no engorda no es por culpa del trabajo.
No me queda otro remedio que seguir investigando.

viernes, 13 de noviembre de 2009

MIS NÉURAS (I)

No lo puedo remediar casi siempre (cuando me nombran la palabra progreso) pongo la misma cara que Paco Martínez Soria ponía cuando llega a Madrid por primera vez de un pueblo aragonés. No en el sentido que me asuste el tráfico (he vivido la evolución de vehículos y carreteras), no en el sentido de sentirme descolocado al vivir mis hijos en una sociedad “diferente” de la que yo vivo. Pongo la cara de dicho actor cada vez que escucho un barreno, un trueno, siempre que veo una máquina excavadora o me coloco delante de una ventanilla ante un funcionario que empieza a complicarme la existencia con los papeles que le he entregado.

Cada vez que escucho un barreno o un trueno me pasa como a mi perro uca, acude donde yo esté totalmente atemorizado y si los barrenos son intermitentes tan solo nos falta meternos los dos debajo de la primera cama que encontremos, temblando por el miedo. Los zambombazos nos aterran. Es superior a nuestras fuerzas las explosiones y por más que nos tomen a cachondeo el resto de los que viven en casa, lo que nos ocasionan al perro y a mí, (viendo la no compresión de los que nos rodean) es que los temblores sean cada vez más fuertes. Si algún trueno se propasa mi perro hasta se mea.

Es de suponer que el perro fue rechazado por los cazadores (un buen día llego a nuestra puerta y le dejamos entrar) al asustarse de los tiros de las escopetas y en mi caso los estallidos me recuerdan a cuando yo estaba acostado en mi cama, en mi pueblo, y me despertaban todos los días los barrenos que estallaban en el Cerro del Algarrobo ( que los cascotes llegaban a los terraos de las viviendas del pueblo) para la obtención de piedras para la construcción de la presa para el pantano.

Aquellos años de los barrenos fueron terribles. Se podían calificar: “Tiempos en que enterramos a la mayoría de las personas mayores”.

Como salga por la mañana y me encuentre con una máquina excavadora, doy media vuelta y regreso a casa. Me pasa como le pasaba a mi madre cuando se encontró en el huerto una culebra de grandes dimensiones y jamás volvió a pisar aquella parte del huerto. No lo puedo evitar. Me da yuyo, me entran escalofríos, como diría nuestro paisano Miguel el gitano: “Encontrarse con una cosa como esa era mejor volverse a casa y acostarse puesto que lagarto, lagarto, (abriendo la tijera que llevaba siempre colgadas de la cintura puesto que su profesión era el de esquilador) repitiendo una y otra vez: Esas cosas traen mal fario”.

Ese tipo de máquinas derribaron casa a casa de mi pueblo, destrozaron las calles de mi niñez y convirtieron en escombros la iglesia donde me bautizaron que en su fachada estaba escrita la fecha de 1557.

En cierta medida me estoy acostumbrando a los funcionarios, por haber desaparecido los cristales que separaban al que representaba al dios administración en Benínar (al menos existen hojas de reclamaciones que en la mayoría de las veces no sirven para nada, pero algo hemos progresado, puesto que en la actualidad tenemos “el derecho al pataleo”), existen unos medios de comunicación muchísimo más comprometidos en defender al más débil, pero sobre todo, los benineros nos hemos dado cuentan que existen abogados. En Beninar que yo sepa tan solo uno (de los cerca de quinientos censados) acudió a uno de estos profesionales

miércoles, 11 de noviembre de 2009

BENINEROS ATEMPERADOS

Los beniner@s no sabemos tocar las palmas. No es nada fácil hacerlo, al compás y al son. Muy pocos los públicos que cuando salen en un espectáculo en TV se aprecia que las repiquetean. Eso se mama desde chiquitito.

No recuerdo a ningún paisano que con la guitarra en la mano de ella saliese un toque por fandangos, sevillanas, etc., es decir ningún toque “que se pueden encajar dentro del flamenco” ni mucho menos que ningún beniner@ de su garganta saliese ningún cante flamenco. ¿Andaluces atemporados?.

De la misma forma, no recuerdo ver a nadie de mi pueblo bailar o cantar el canto que en cierta medida es originario de la Alpujarra como es el Trovo o el Robado. Quiero recordar que alguna de las mozas procedentes del Marchar que terminaron viviendo en una barriada de Benínar, haberla visto vestida con el traje regional, los palillos en las manos de donde colgaban unos lazos, pero beniner@s, no.

No recuerdo que a Benínar llegasen unos títeres de aquellos, los antiguos, los que llevaban como destacado el número de la cabra. Nuestro pueblo estaba muy lejos de todo.

Desde siempre había benineros que viajaban y es de suponer que viesen todos aquellos bailes y espectáculos (corridas de toros, zarzuelas, teatro, etc.) y su gran problema era cuando llegaban a Benínar, se tenían que plantear el explicar a un público alpujarreño aquellos espectáculos.

En una ocasión estando un grupo de mozos surgió la apuesta que todos teníamos que cantar lo que supiésemos y cuando le tocó a José Mari, que comenzó a cantar con voz de tenor Matitechu Mia, los benineros estábamos escuchando por primera vez en la plaza del doctor Sánchez Quero un tenor y todos nuestros ojos se salían de la órbita.

Los beniner@s, aquell@s que llegaron a Barcelona con maletas de cartón, con damajuana de aceite, lomo en orza y con cenachos de almendras tampoco saben bailar sardanas, en este caso es como tocar las palmas, no es golpear una mano contra la otra.

Los de mi pueblo no saben jugar al futbol (y un grupo muy escaso montar en bicicleta que si metemos a las mujeres ninguna) puesto qué, los Reyes Magos no sabían que existía Benínar y por ello ni balones, ni muñecas, ni bicicletas tuvieron los beninerill@s por aquellos tiempos, los que ahora son los dueños de unas cuantas hectáreas de invernaderos son empleados en una fábrica, son funcionarios o tienen negocios.

Me ha llegado a mis oídos que el hijo de una beninera está en Madrid estudiando danza clásica. ¡Eso si que tiene mérito!. Su madre estudió una carrera, pero eso se limita tan solo a sentarse delante de unos libros y empollar y empollar. Hoy por hoy una cosa normal. Lo que si tiene mérito el de unos padres, en éste caso una madre beninera, que su hijo le plantee ese tipo de profesión y se saquen del bolsillo sus dinericos y le digan que ellos están en la retaguardia y que adelante.

En éste caso como en tantos otros que desconozco los hijos de los beniner@s menos mal que sus padres salieron de Benínar y entre otras cosas se incorporan a la rueda de una sardana, sin rubor alguno y dejando que la música le entre por los pelos de la cabeza y le salga por los talones habiendo regado de ritmo, compas y arte ese cuerpo serrano.

Éste comentario me ha llegado a la mente cuando estábamos en Tarifa con la canadiense y su nieta, viendo a uno de mis hijos hacer kitesrrf (piruetas, cabriolas y saltos espectaculares sobre las olas) y me preguntaba:
- ¿Si siguieses viviendo en Benínar donde ha vivido desde siempre todos los Maldonados de tu familia, ocurría lo que estamos contemplado?.
- Eugenia los hijos de los beniner@s no han atemperado y en el caso de mi hijo se deja llevar (sin estar afectado por en el pasado) por la cometa y el viento.
La nieta de la canadiense acude al diccionario como en tantas ocasiones para ver el significado de atemperado y entre la nieta y la abuela surgen los comentarios. Yo tan solo entendía de lo que estaban hablando:
- “Como nuestros indios”.

lunes, 9 de noviembre de 2009

ABUELOS BENINEROS

Juan Manuel Será comienza una canción diciendo: “No hago otra cosa que pensar en ti (…)” y en mi caso sí que se me ocurren muchas cosas.
Tanto vosotros Juan y Mari ya tenéis un nieto y Encarna Rubillo una nieta (les ha tocado la más bonita por las fotos que me manda) y ambos sois menores que yo. ¿Se me estará pasando el arroz?.

Casi toda la mañana he estado cortando el césped y centímetro que andaba la máquina, centímetro que yo pensaba que realmente donde debería estar, donde realmente estaría a gusto, es que alguno de mis hijos estuviese cortando el dichoso césped y yo paseando algún nieto en el paseo marítimo que está cerca de mi casa y que además el día es espléndido.

He terminado de cortar la mitad del césped con un dolor de lumbago como el que tiene Encarna y tengo que recurrir a unos cuantos tarros de ungüento del tío del bigote mientras la Rubillo, ha llegado su nieta, le ha preguntado a la abuela que le duele, la criatura le ha colocado la manita donde se centra el dolor y ha sido mano de santo, el dolor seguro que ha desaparecido y para que el dolor disminuya, (como dicen los médicos para reforzar la medicación), un beso y una sonrisa de una cara de dos años.

Tanto a Juan como a María (si es que tenían alguna gotera, puesto que tienen edad que aparezcan, lo digo por experiencia): ¿Ha que os han desaparecieron todos los males, tanto físicos como mentales?.
Con la de cosas y problemas reales o ficticios (que todo el mundo tiene a nuestra edad) que en todos los casos aumentamos, constantemente, rumiamos, nos obligan a dar vueltas y vueltas antes de quedar dormidos, el nacimiento de un nieto creo que para mí sería el agua milagrosa que te desborda por dentro y que la gente suele decir a todos los abuelos:

¡Se les cae la baba!.

Volver a hacer lo yo solía cuando tenía veinte años: Llevar los niños al parque, a comprar de nuevo juguetes, a despertar otra vez el día de los reyes, a celebrar los cumpleaños de la inocencia, llevarlos a clases de natación (…) veinte años en un cuerpo de sesenta.

Juan, María, Encarna, Enrique: ¡Lo siento!. ¡No lo puedo remediar!. Vosotros disfrutando de nietos y mis hijos ni me dan nietos ni me cortan el césped.

Ya que empecé por una canción escogeré otra (en este caso unas sevillanas) que reflejen mi estado de ánimos.

Papa quiero que me digas / porque está triste el abuelo / que ya no juega conmigo ni me lleva de paseo.
Un abrazo.

sábado, 7 de noviembre de 2009

PATRONES

PATRONES DE MEDIDA Y DE COMPORTAMIENTO.

Quien más quien menos se encuentra enganchado con una serie de comportamiento, manías, frases, palabras, olores, sonidos, etc. (que para los benineros tienen nombres y apellidos), que sin poder evitarlo, estemos donde estemos solemos pronunciarnos con idéntico patrón, como se nos imprimió en la mente en Benínar. Somos una tribu con las mismas querencias.

Un ejemplo, cada vez que nos encontramos con una palmera, la medimos con la que se nos quedó grabada en nuestra infancia: Las palmeras para nosotros son las palmeras que tenía Facundo; ¿dan los mismos dátiles (mejores o peores) que las de Facundo; son tan altas o más bajas que las de Facundo?. Los almecinos que nos encontramos; ¿son tan altos y tienen el mismo follaje como los almecinos que estaban en la puerta Juan Cuerdas?. Es el árbol en sí el que hace que acudan a nuestros recuerdos; es la inmensa pantalla donde estamos viendo, (…); son muchas de horas de juego de nuestra niñez asociado a dicha planta.

Sin ir más lejos el que escribe cada vez que va andando por la calle y con la mirada fija en el suelo, cuando se da cuenta de la postura de su cabeza, se acuerda de su madre (¡uh!, los recuerdos de los padres, una comida, …, hasta en los andares, … ¡clavaico! ), detalles diarios como era el hecho que cada vez que salía de casa, ella siempre acudía a la puerta a despedirlo, para ver desaparecer a su hijo por las cuatro esquinas y a los pocos pasos, a media calle, le solía decir:
- “Levanta la cabeza, que te va a salir chepa”.

Cada vez que me estoy metiendo los faldones en los pantalones siempre me acuerdo de mi maestro don Salvador que todos los días a la entrada de la escuela a todos aquellos niños que los faldones se los metía en los calzoncillos y por ello en la cintura terminaba el jerséis, la línea del calzoncillo y los pantalones, (normalmente con cinturón de tomiza), les obligaba a que pegado al cuerpo iban los calzoncillos, después los faldones y a continuación los pantalones.

Ahora que la caspa prácticamente ha desaparecido de todas las cabezas de los europeos, (del resto del mundo no sabría que decir), en Benínar las escamas blancas estaban generalizadas en todas las cabelleras. Recuerdo a una paisana que en todos los velatorios solía ir varias veces a los candelabros, pasar la mano por ellos y con las manos llenas de aceite se las pasaba por el cabello. Le decía a unos ojos de mequetrefe totalmente abiertos pidiendo una explicación:
- “Niño el aceite es lo mejor para eliminar la caspa”.
Cada vez que cojo la alcuza, las gotas de aceite que se desperdician siempre las asocio a aquellos momentos en que mi paisana acudía al remedio para su caspa.

Recuerdo que mi tía Pepa, que de Benínar pasa directamente a un piso en Granada, cuando fregaba los platos en la cocina, el agua la vertía en un cubo para que se reutilizase en el wáter. Cada vez que escucho un gripo abierto o una tubería rota en la calle me acuerdo de mi tía por darle el valor justo que ella me enseñó que tiene el agua.
Recuerdo que cuando Antonio el Sordo visitó la zona donde vivo, una de las primeras frases que dijo fue:
- ¡”Niño en la tierra donde vives la hierba la siegan las máquinas”!.
Cada vez que veo una cuneta con hierba tierna me acuerdo de mi paisano puesto qué, no tengo animales que la aprovechen. La hierba tierna está asociada al recuerdo de Antonio y de tantos otros paisanos que todos los días del año volvían a casa con un haz de hierba a sus espaldas para los animales del corral.

En ésta época de membrillos, cada vez que me encuentro en algún lugar donde se vende, cómo no acordarme de Lola que me daba a probar con el cucharón de palo aquella delicia que estaba haciendo ¡pus!, ¡pus!, … en un puchero de barro encima de las estreves, (utilizando como combustible lo que ahora se llama biomasa) para que yo diese el visto bueno de la terminación de su cocción.

Aun no se lo he preguntado a mis hijos, pero seguro que le preguntaré un día de estos: ¿Qué relación encontráis vosotros, con las almecinas, el agua, la hierba, el fuego, el viento, etc.?. Estoy seguro que el viento jamás lo van a relacionar con el que llegaba a Benínar por el Cejor, el de las eras, el que separaba la paja del trigo.

lunes, 2 de noviembre de 2009

LÁPIDAS QUE BUSCAN NUERTOS

Ya las podemos encontrar en nuestro propio cementerio de Benínar, en el nuevo, el que construyó la antigua confederación (…) que tan solo tiene treinta y pico de años.

Lápidas de emperadores, de señores que fueron muy importantes en sus días pero que en la actualidad lo que realmente es importante, es la fecha, el epitafio, el lugar donde fueron descubiertas (es lo importante lo trascendente, lo que suelen destacar todos los guías), que nos las podemos encontrar en los distinto museos por ejemplo de Roma, Mérida, Baelo Claudia, (Tarifa), (…) y, sin ir más lejos en el cementerio de Benínar. Los muertos que estaban detrás de cada una de las lápidas de su vida y milagros nadie se acuerda.

Pero realmente donde las lápidas piden a gritos su reutilización al ser el número de las desocupadas igual o superior a las que “se sienten útiles”, son las que nos podemos encontrar en Alhaurín, Coin, (…), en todos los cementerios de la Costa del Sol.

“La reconversión o morir” siempre se ha entendió que llegarían más tarde o más temprano al sector del automóvil, (…), en definitiva a todo el mundo industrial, pero en lo referente a las lápidas: ¿Quien iba a pensar que también le llegaría?.
Pero al tema, lo trascendente, lo importante, al contenido de dicho artículo, las lápidas donde aparecen escritos los nombres de los que fueron en su día los protagonistas de la Historia de Benínar, todos: ¿Dónde están?.

En el nuestro ya ha aparecido la primera sin utilidad, la de un tal Juan Sánchez López que murió 7/08/1936 a los 74 años que ya ni tiene nicho ni muerto ni quien le coloque aunque sea un ramito de flores de plástico.

Son tantos los matices que se pueden incorporar al dichoso artículo (por ejemplo, Cuba se consideraba parte de España cuando nuestro paisano era un zagal ), que no logro centrarme en lo esencial, en lo trascendente, en el motivo por el que naciese dicho comentario en mi mente. Haber si me sale en la próxima tentativa:

El cementerio donde se encuentran enterrados el 70% de los benineros (que fueron trasladados en el ataúd común) que se encuentra en el vaso del pantano, donde ha quedado en múltiples ocasiones bajo el agua, en este primero de noviembre, hasta allí ni ha llegado un manojito de flores de plástico (…), ni na de na, y cuando yo lo visite no había ni un alma rezando una oración por el eterno descanso de los cadáveres de los paisanos allí presentes.

Para el próximo año, alguna de las dos asociaciones que tenemos los benineros: ¿Algo deberían organizar?. ¿No?.

lunes, 26 de octubre de 2009

DIGNIDAD

Estoy viendo en TV como una mujer en la ciudad de la Alambra tiene en su mano el número 23. Está en la cola y lleva su carrito de la compra para que le pongan dentro una manzana, un tomate, y muy poquísimos etc. Otra, que termina de salir del lugar donde la señora pretende entrar se ha parado y le está enseñando lo que contiene el carro: Una manzana, un tomate, un litro de leche, … y un polo flan.

No es necesario adivinar que la mujer del número 23 pertenece a una clase social que antaño se le calificaría como una señora. Aquell@s niñ@s que fueron educadas en uno de tantos colegios de órdenes religios@s, que le grabaron a sangre y fuego (como en la Pampa en Argentina marcan a los becerros) lo más importante en la vida: Mantener la dignidad. Palabra que estaba por encima de todas las palabras, de todos los adjetivos calificativos. La que nada más levantarse aquellas generaciones se vestían de dignidad todos los días del año. Palabra que continúa siendo su estandarte, el timón de su velero, su santo y seña para dicho extracto social.

En los tiempos que corren, con la de cosas que ve dicha señora todos los días en la TV, seguro que se habrá planteado una y mil veces si continuar en su casa con la dignidad intacta o se sumaba a la cola donde repartían comida.

¡Jolines con la dignidad! que aún mantiene en sus casas encerradas a un buen puñado de personas y no solo en la capital de los cármenes que por culpa de dicha palabra continúan pasando hambre y con las orejas pendientes, de los pasos que se puedan acercar, que una vecina, un familiar, un alma caritativa llame a su puerta para quitarle el hambre, las hambres por las que está pasando. !Jolines!, que dichas personas que pasan hambre confundan la dignidad con la reignación.

A veces a los políticos con el paso del tiempo se les da la razón. Los primeros políticos que le metieron mano a la primera reforma educativa, (van unas cuantas y las que nos esperan) lo primero que eliminaron fue la palabra que resume el comportamiento de la señora del número 23.

Pregunten a l@s jóvenes que tienen cerca sobre el significado y contenido de dicha palabra haber si la conocen, que contestan. Pronostico que la cara del preguntad@ puede tener dos tipo de expresiones: ¿Será de Ignorancia?. ¿Será picarona?.

Es curioso (me estoy acordando) que dicha palabra, dignidad, aún se utiliza en todas las fuerzas armadas, (pronunciándola se cuelgan o se arrancan medallas) en todos los ejércitos del mundo mundial. En los sistemas educativos, primaria y secundaria, ¿qué pinta dicha palabra?.

jueves, 22 de octubre de 2009

A ESPERAR QUE AMINORE

Hoy me encuentro triste con avaricia.
Me pesa el alma tanto que solo me levanto de la butaca para satisfacer las necesidades más elementales. Como si me hubiese tenido que tragar diez veces la capacidad de sufrimiento y lo peor es que no me puedo meter los dedos en la boca para expulsar lo que me está haciendo daño. Teodoro Rubio que hace unos días nos conocimos en Marruecos tiene un poema escrito sobre éste estado del alma y he recurrido a leerlo.
El poema parece como si me estuviese esperando a que saliese a su encuentro hoy, esta tarde noche, para que cortase y pegase en lo que estoy escribiendo, el escrito que empecé en el mismo momento en que me comunicaron la noticia:
Unos amigos de tiempo pasado, hoy han enterrado a su hija de veinticinco años, cuando ya empezaba a trabajar después de haber terminado la carrera.
El cáncer se ha llevado por delante a una joven de la edad de mi hijo.

viernes, 9 de octubre de 2009

Hortum Sacrum



HORTUM SACRUM.
Seguro que mis padres, mis abuelos y bisabuelos, como casi todos los benineros, se fueron a la tumba sin tener conocimientos que Ugíjar para los romanos era Hortum Sacrum (en latín), que quiere decir Huerto Sagrado.
Seguro que casi todos los de mi generación estudiosos y placeados en todo lo referente a la HISTORIA DE LAS ALPUJARRAS, llegaron a Ugíjar (en coche por supuesto), se dieron una vuelta por lo típico tópico, visitaron la iglesia donde se encuentra su patrona la Virgen del Martirio, acudirían a comer lo típico en cualquier bar, se dieron media vuelta y regresaron de nuevo a donde casi todos regresamos que es el Poniente de Almería.Seguro que se puede entablar una conversación entre paisanos sobre la Guerra de la Alpujarra, sobre vencedores y vencidos, sobre las expulsiones de los moriscos, la repoblación que llegó después y sobre todo de lo que nos queda en todos sus pueblos y en su paisaje de “una identidad morisca”.
De lo que estoy seguro es que todos se tienen que acordar que dentro de unos días, muy pronto se celebra la feria de Ugíjar. Para la mayoría de nuestros hijos dicha fecha se les habrá borrado de la memoria.Los de mi pueblo no llegamos a tiempo de poder incorporarnos a que nos tocase, nos fijasen un trocito del recorrido como benineros para llevar sobre nuestros hombros (como lo hacen todos los pueblos alpujarreños) a la Virgen del Martirio, puesto que si la patrona de Benínar es la Virgen del Carmen, también lo es la patrona de las Alpujarras.
Conozco a unos cuantos benineros (y muchos más alpujarreños) que todos los años hacen el camino hasta la Ermita de Almonte, pero no sé de nadie ni de ningún pueblo que llegue hasta Ugíjar andando para llegar con su estandarte ante su patrona.Ahora que sé el significado de “hacer el camino” desde Sanlúcar, por las arenas, por entre los pinos hasta la Ermita de la Blanca Paloma. Ahora que sé lo que significaba para mis antepasados ir todos los años a Ugíjar en ésta fecha. Ahora que recuerdo el valor que tenía para los benineros salir de madrugada por el río desde Benínar y llegar a la capital de la Alpujarra para homenajearse cada cual todos sus sentidos. Ahora que sé lo que representa y significa la Virgen del Martirio para todos los alpujarreños. Ahora que sé, (…), pocas fuerzas nos quedan a los de mi generación, como para salir de madrugada rio arriba y volver a andar y desandar las huellas de todos nuestros antepasados.
Paco R. Maldonado Ruiz

miércoles, 7 de octubre de 2009

LAS OMISIONES

Es de suponer que las líneas de investigación sobre la utilización del biocumbustible han demostrado que es peor el remedio que la enfermedad por dos razones fundamentales:
No es ético derivar alimentos para que unos cuantos se paseen en sus modernos automóviles mientras que otros se mueren de hambre; y,la segunda, no es ecológico por la cantidad de agua dulce que se necesita para su cultivo y demás productos – fertilizantes y fitosanitarios - que son necesarios aportar a la tierra para el cultivo.
La utilización del hidrógeno como “materia prima”, ya se lleva investigando desde el 1843 por Sir William Grove, se han invertido millones de dólares por determinadas marcas de automóviles y los resultados no son aceptables.
Quizás por ello, hoy, casi terminando el 2009 nuestro presidente Zapatero se ha pronunciado porque dentro de unos cuantos años existan muchos, muchísimos coches eléctricos circulando por nuestras carreteras.
Lo que no se ha dicho o se ha omitido es que la electricidad que utilizarán los vehículos nunca saldrá en su totalidad de la energía eólica ni de las plazas fotovoltaicas, artilugios que están naciendo como hongos a la vera de las autovías. Tampoco ha dicho nada sobre la contaminación de las baterías que utilizarán y seguirán utilizando los coches ni que en las grandes ciudades no todos tendrán a su disposición un enchufe eléctrico.
¿Cuándo dirá nuestro presidente que si queremos seguir viviendo el estado del bienestar que tenemos no queda otra solución que montar unas cuantas, un buen puñado de centrales nucleares?.

jueves, 24 de septiembre de 2009

SEISCIENTOS AÑOS.

El pasado 19/09/2009 unos cuantos tarifeños nos encajamos a Santiponce – Sevilla – para colocar una corona de laurel en la tumba - a uno de los mitos, no solo de Tarifa, también de la España de hace 600 años - de Guzmán el Bueno, en el día señalado, hacía justo seis siglos que dicho héroe perdió la vida en Gaucín cuando regresaba de una batalla en Granada.

Si los que somos o nacimos en Benínar dejamos escrito las consecuencias vividas por su población al ser expulsados de su pueblo, estoy seguro qué, no pasarán los años ni los siglos sin que en esa fecha, “10/10/1982”, alguien, en recuerdo de aquel sacrificio coloque una corona de laurel en el lugar donde estuvo dicho pueblo alpujarreño.

Posiblemente Beninar se hubiese diluido como la sal en el agua o como el azúcar en cualquier taza de herbáceo, - así es como nos entendemos los benineros cuando nos preguntan: ¿una taza de té, de manzanilla, de poleo, etc.?, - pero no fue así. No es así.
Unos cuantos del pueblo, - y otros que no nacieron en Beninar -, sin grandes objetivos, pero de forma reiterativa, se han puesto delante del ordenador y empezaron a escribir cosas de su pueblo.

Esa es la clave. Que cada beninero escriba la parte de la Historia de Benínar que le toca.
La clave está en el reto del folio en blanco. La pantalla en blanco. En la grabadora de voz.

A mis abuelos e incluso a mis padres, no les puedo reprochar que no dejasen por escrito, … ¡Algo!. Ellos no sabían escribir. Eran analfabetos.

Los benineros que entran en el foro, (...) en cierta medida están escribiendo parte de su historia y cuando un hij@s, niet@s, …, quiera encontrase con su pasado, al menos unos cuantos dejaron constancia que: “Lo escrito, escrito está”.

Las nuevas generaciones, tienen el derecho "al reproche", puesto que sus abuel@s, padres-madres no eran analfabetos. Me refiero, apunto, a los de mi generación, más o menos, qué, mas mal o más bien, con o sin faltas de ortografía, - puede que se planteen las nuevas generaciones, - desaparecieron sin dejarles a ellos algo escrito de su HISTORIA
PERSONAL

martes, 15 de septiembre de 2009

FRUTAS DE BENINAR

¡Al kakis bueno!.
¡Al kakis de calidad!.
¡Con el color de la cara de una serrana cuando las calles están llenas de nueve!.
¡Kakis de Benínar con el sabor de los panales de las abejas!.
¡Tan dulces como la almibar!.

El motocarro de Paco el de Ramón estaría aparcado en cualquier calle de los pueblos de Murtas o de Turón con cuatro cajillas de kakis, tan solo una de azufaifas y otra de níspolas, que en nuestro pueblo se decían de pudrir.

Benínar tenía brevas a mogollón pero muy pocos árboles frutales. Los había y los recuerdo donde estaban situados; como recuerdo que los beninerillos hacíamos guardia para poder probar dichos manjares.

Con tan solo probar dos o tres azufaifas de las que tenía Isabel la de Isabel Roda, eran suficiente para que en ese día nuestro paladar imprimiese en la memoria otro de los tantos sabores que se recuerdan de cuando uno era niño.

Las níspolas y la platanera que tenía Guadalupe en aquel huerto debajo del puente. Los beninerillos montábamos toda una estrategia para aprendernos el itinerario de su propietaria desde que se levantaba hasta que se acostaba para poder probarlos.
No se podía escapar cada época del año sin haber probado aquellas frutas.

Hasta que no llegaron los polos que fabricaba Doloricas la de la tienda, los beninerillos no probábamos nada dulce puesto que en el pueblo vender caramelos en las tiendas se consideraba todo un lujo fuera del alcance de la gran mayoría de los críos.

Hoy en cualquier huerto de cualquier beninero – haberlos ailos - nos podemos encontrar tal variedad de árboles frutales, que se puede decir que de cosecha propia se está comiendo fruta todo el año. A punto está que se puedan comer granadas y chirimoyos.

Pero sobre todo las uvas: Clarillas, molineras, del barco, del cuerno, negras y seguro que se me escapa alguna variedad.

En nuestro pueblo recuerdo espantar los gorriones que acudían a comerse las espigas del trigo, pero en el tema de uvas eran tantas que apenas se notaba que los gorriones cobrasen su ración de cada día, puesto que para eso también eran benineros y todos los nacidos en aquel valle tenían que comer. ¿O no?. Sin bautizar, claro está; pero nacer, nacían en nuestro pueblo y, casi todos debajo de las tejas del tejado de la iglesia.

Recuerdo a una paisana cabreada lamentarse, ya que los frutos del árbol que había guardado noche y día esperando que madurasen había desaparecido a lo que otra vecina le decía:
- Se los habrán comido los gorriones.
A lo que contestaba la desolada con las manos en la cintura en plan de guerra.
- ¿Los que caminan dando zancadas o los que caminan dando saltos?. ¡Si los llego a coger, …!.
- Tanto unos como otros no dejan de ser gorriones.

domingo, 13 de septiembre de 2009

El desafío del folio en blanco no deja de ser el reto. La lámina inmaculada me está esperando con toda la paciencia del mundo. Sabe que más tarde o más temprano me sentaré frente a ella. Conoce todos mis puntos débiles y deja que me mueva a mi antojo. Me deja que salga o entre, vaya o venga y todo el tiempo que quiera. Jamás me ha fijado límite alguno.

Es la superficie en blanco la que en todo momento va aceptando lo que quede marcado en ése espacio limitado, pera luego ella examinará, demostrará y convencerá que es ella la triunfadora.

Puede llegar un momento, en que desafiante como desafiado no se hayan puesto de acuerdo en el planteamiento y sea el desafiado el que tenga la potestad de arrugarlo y encorajinado revolearlo a la papelera o a cualquier esquina de la habitación, pero dicho acto no deja de ser un acto de rendición. Acto seguido el desafiado, exclamará: De acuerdo he perdido pero volvamos de nuevo a empezar.

Cada folio en blanco no deja de ser un cron que se presentan en el mercado por paquetes que cada uno se parece al siguiente con una identidad aplastante. Puede que en la contienda entre muertos y heridos apenas si quedan folios en el paquete, pero el triunfo final siempre será de la última superficie en blanco.

Lo que estoy escribiendo sale a colación que al levantarme esta mañana con una idea brillante; he acudido a coger el bolígrafo, a situarme donde normalmente me suelen visitar las musas y colocado el folio en blanco delante de mí, he vuelto a ser derrota en otra batalla memorable y van unas cuantas.

jueves, 10 de septiembre de 2009

BUFÉ LIBRE PARA LOS MONOS

Esta noche podremos contemplar todos los que vivimos en el Campo de Gibraltar los fuegos artificiales como colofón a la celebración del “National Day” que celebra nuestros vecinos los llanitos (los gibraltareños).

Celebran los hijos de la grandísima Gran Bretaña el día del referéndum de 1974 donde se le pedía a la población su pronunciamiento sobre la soberanía española.

Para el resto de los que vivimos en la bahía es la fecha en la que todos los años nos recuerdan que son los vecinos más indeseables - con más cara que una gata parida - que puede tener una comunidad, y, para colmo de nuestro cabreo, hace unos días, los ha visitado nuestro ministro de exteriores.

Es de suponer que hoy los monos tendrán bufé libre para que se atiborren de cacahuetes.

domingo, 6 de septiembre de 2009

EL EQUILIBRIO TENÍA QUE LLEGAR

Cuando en Benínar una riada se lleva por delante toda la vega aparece una toma de conciencia en toda aquella sociedad de agricultores donde padres e hijos, - quiero hacer subrayar sus hijos, - tienen que enfrentarse a la cruda realidad que en la agricultura no se encuentra su futuro.

En la actualidad a los albañiles les ha ocurrido algo parecido; lo mismo. La crisis económica ha sido la riada que se ha llevado por delante toda posibilidad de continuar con el negocio de sus mayores. Ya no es lo mismo enfocar el futuro de toda una vida en un sistema de trabajo que tiene sus cimientos en arenas movedizas. Donde se sustenta su futuro sus cimientos puede llegar cualquier riada – como la que termina de pasar - y limpiar de la faz de la tierra el sustento del día a día.

Puede que los mayores se conforme con cobrar todos los meses la prestación social de subsistencia de los cuatrocientos y pico de euros, cantidad que se aproxima en escasos euros a lo que están cobrando ya los que están jubilados.

No quisiera aplicar el mismo razonamiento a todo lo referente al cultivo bajo plástico de todo el Poniente de Almería, pero “las alegrías de años pasados de manejar euros y coches caros ha cambiado por completo”.

En un principio los mayores y en segundo lugar los que en la actualidad están terminando la ESO, ya nos les vale el razonamiento:
- “Me pongo a trabajar con mi padre como albañil y cobraré todos los meses mucho más euros que lo que cobran los de mi misma edad que han terminado una carrera universitaria”.
“Lo mismo se puede decir que deben estar pensado la mayoría de los jóvenes que en la actualidad están dentro de una unidad familiar que lleva la explotación de un invernadero”.

La crisis de las universidades que en su gran mayoría se estaban quedando sin alumnos en sus aulas ha tocado fondo; o lo que es lo mismo los jóvenes que proceden de familias del sector de la construcción y del sector de cultivo bajo plástico deben de estar planteándose que se encuentran en la edad propia de una preparación universitaria, por lo que pueda tener escondido el futuro para ellos.

Volvemos a plantear en las aulas el siguiente planteamiento:
¿Cuántos universitarios se encuentran en el paro?. ¿Cuántos agricultores y peones de albañil están sin trabajo?.

miércoles, 2 de septiembre de 2009

RECURSOS DE L@S POBRES ENFERMIT@S

En línea de lo anteriormente escrito sobre la actuación de los dos médicos don Emilio y don Rafael los enfermos de difícil tratamiento sus madres sin contar apenas con recursos para viajar hasta los hospitales de Almería o Granada sin pensarlo dos veces se ponen en camino.

A las madres de los beniner@s enferm@s tan solo les faltaba que alguno de los dos médicos le dijesen las palabras mágicas:
! Puedes!.
¡Curación!.

Las primeras que se creían a pie juntillas aquellas palabras eran las madres benineras, las que se quitaban el delantal y el pañuelo de la cabeza y se convertían en huracanes que hasta que no perdiesen fuerza era imposible detener. Cogían @l enferm@ y se ponían en camino pasando tres pueblos de los consejos o críticas rancias de siempre de familiares y vecin@s.

Con muy pocos reales en la faltriquera, - cogían la Alsina o correo - y se plantaban donde su familiar podía ser sanado.

Hasta que dichos médicos no llegan al pueblo, la mayoría de los enferm@s en Benínar, se intentan que sanen a base de rosarios, plegarias, novenas, candelabros llenos de pabilos empapados en aceite y ardiendo por uno de sus extremos y mandas a san Roque.

El que escribe recuerda asistir a uno de estos rituales que al no ser aprobados por el cura se celebraban en las casas de los enfermos.

Los padres o familiares de los enferm@s siempre recurrían a promesas al santo de quemar docenas de cohetes en las fiestas del patrón en la medida a sus recursos económicos.

Es de suponer que más de la mitad de los pueblos del mundo con el número de habitantes que en aquellos tiempos tenía Benínar, creen que quemando pabilos empapados en aceite y tirando cohetes, se pueden curar los enfermos de su comunidad.

martes, 1 de septiembre de 2009

EL MAL DE OJO Y EL MAPA GENÉTICO

Doña Pepita, don Rafael y don Emilio.
Si no tenemos presentes las fotos de los doctores Sánchez Quero, - casi a comienzo del l.900 - las correspondientes tanto a D. Emilio, como a D. Rafael – finales de 1940 y comienzos de los 1. 970 - que creo no haberlas visto en todas las aportaciones de fotos antiguas que se están haciendo por parte de todos los benineros, y que se encuentran recopiladas en el blog Plaza de Beninar; sin dichas fotos de los dos doctores en medicina, las tres décadas están incompletas.

Dentro de unos años si no existen dichas fotografías los que acudan a ver la Historia de Benínar a través de las imágenes, dichos personajes de elevada influencia en la población nadie se preguntará por el paso de dichos médicos por aquel pueblo alpujarreño donde fueron descubriendo y poniendo nombres al mapa – en la actualidad el famoso mapa genético - que representaba los males o enfermedades asociadas al mal de ojo.

Dos médicos que marcan cada uno una época en un pequeño pueblo con poco más de seiscientos habitantes.

El paso de dichos profesionales por aquella población dan para largo puesto que la higiene y las enfermedades de una población, pasaron sus habitantes de enfrentarse al dolor a través de las hiervas que nacían en los montes y en la vega a la llegada al pueblo por primera vez de la Aspirina y la Penicilina.

Con ambos médicos los medicamentos que fueron apareciendo en el pueblo en tres décadas que los tenían que comprar los enfermos; que después de D. Rafael, la llegada del médico que lo sustituyó ya existía la Seguridad Social y dicho médico como los medicamentos eran gratis, dejaba el maletero de su coche abierto, para que los que acudían a por recetas regaladas, dejasen desde el gallo, los conejos, a la fruta y verdura de temporada pero sobre todo patatas.

Centrándonos en D. Rafael y Dª Pepita, los benineros descubren que tanto la maestra como el médico podían sobrevivir sin estar ligados a la autoridad por excelencia que en aquellos tiempos era lo que el cura aprobaba o desaprobaba. Ambas autoridades – maestra y médico - el ir a misa, el rosario, las novenas, etc., no eran tan vitales ni tan fundamentales para que los enfermos se curasen ni que los niños de la escuela pudieran tener la oportunidad de llegar a ser médicos y profesores si ellos y su familia se lo proponían.

La época de ambos profesionales es tan importante para aquel pueblo alpujarreño, que cuando en octubre de 1973 una gran riada barre toda la vega y en el 1982, sus habitantes son obligados a marcharse del pueblo al haber construido un pantano, en la década de D. Rafael y Dª Pepita, se fragua la idea, que aquellos niños podían ir a la universidad, es decir, la juventud de aquel pueblo colgarían los aperos que utilizaban sus antepasados durante todos los siglos de labranza de la tierra para siempre, y se marcharían definitivamente del pueblo.

¿Dª Pepita y D. Rafael, le pedirían a las estrellas fugaces que aparecían en el cielo de Benínar que su juventud dejasen la azada y el arado para que acudiese a la universidad?.

¿A cuántos pueblos de la tierra en la actualidad les hacen falta la llegada de una profesional de la enseñanza y a un profesional de la medicina para que sus habitantes miren al cielo y descubran las estrellas fugaces?.

viernes, 28 de agosto de 2009

ESTRELLAS FUGACES.

Era sé que se era dos profesionales que le colocaron delante una solicitud que tenían que rellenar para darle destino a él como médico de familia y a ella como maestra de escuela.

Es de suponer que ambos no estaban en el mismo edificio puesto que en aquellos entonces - como ahora - sanidad tenía el suyo y educación el propio.

En ambas solicitudes ambos deberían ir colocando por orden de preferencia donde elegían plaza para ejercer como profesionales.

Como les ocurre a las estrellas fugaces que pasan por nuestras cabezas casi todas las noches pero que solo ve el que en esos momentos está mirando el cielo, los dos profesionales coinciden mirando el firmamento y los dos ven esa estrella fugaz y como suele ocurrir en todas las ocasiones se cierra los ojos y se puede el deseo.

El deseo no se debe manifestar puesto que se pierde el hechizo, pero los dos deseaban coincidir en el mismo pueblo. Tenía que ser así. Terminaban de casarse. Ambos habían terminado la carrera en la misma fecha. La intuición les decía que ambos habían coincidido en mirar a la vez pasar a la estrella fugaz y que se cumpliría su deseo. Ambos se habían manifestado esa misma mañana que habían coincidido en colocar en primer lugar la cruz en la solicitud en un pueblo alpujarreño que se llamaba Banínar.

Así es como llegan a nuestro pueblo Dª Pepita y D. Rafael. Ella la maestra de escuela y el ocupando la plaza de médico de familia.

Llegan dos jóvenes universitarios de la Universidad de Granada a aquel pueblo alpujarreño e intentan por todos los medios eliminar de la cabeza de los beninerill@s, que aquella forma de vida en la que es valorada la mujer, - en una población anclada en el pasado – es el eje transversal en la educación de la maestra, – y, la higiene personal, dentro de la familia y de forma colectiva - por parte del médico, - es de suponer que volverían a pedir los dos, - marido y mujer - como meta, al contemplar la infinidad de estrellas fugaces que en aquellos tiempos había en el cielo de Benínar.

sábado, 22 de agosto de 2009

UNA VACA VOLANDO

Sentado en mi terraza contemplo a un grupo de vacas al otro lado del río que cuando comienza a calentar el sol se agrupan en la cima de una colina buscando la brisa, unas se tumban y otras juntan lo más posible las cuatro patas y allí en la solana aguantan las calores hasta que llega la tarde para volver a empezar a comer durante toda la noche los granos de todas las gramíneas que se encuentra.

Es el tiempo en que tanto las aves como la mayoría de los animales no domésticos comienzan bien a mudar las plumas o a cambiar de pelo.
Fotoperio (relación entre el número de horas diurnas y nocturnas) que provocan una estimulación de las glándulas hipofisaria la cual segrega unas hormonas (gonadotropinas) que junto con otras actúan sobre el metabolismo en el proceso de muda.

Etapa de meditación de todos los seres vivos, el tiempo de melancolía, que en el caso de las vacas que contemplo, saben que empieza el periodo más difícil de todos. Se acaba la comida. Comienza el frío. Las noches se vuelven inacabables. Comienzan estos animales a perder peso (de los quinientos kilos por media que pueden pesar en estos momentos) hasta llegar a perder el cincuenta por ciento de su peso, hasta que de nuevo vuelva a brotar la hierba que lo celebran brincando y trotando, dando gracias que fueron capaces de aguantar otro ciclo que la naturaleza ha impuesto.

Recuerdo que en el pueblo donde nací, era cuando volvían las manadas de cabras que habían estado pastando en la sierra durante todo el verano y llegaban de nuevo a sus corrales de siempre, a recorrer los campos marcados de veredas, donde tenían que andar los animales de forma precipitada a disputarse entre ellos una rama, los pepinos de una alcaparra o un puñado de cáscaras de almendra que la pastora les había colocado delante del corral.

En donde vivo, en el Campo de Gibraltar, nos llegan todos los años por éste tiempo un millar de voluntarios desde EE.UU. Rusia y sobre todo de todos los países de la UE, para realizar un seguimiento de todas las aves que muy pronto comienzan a pasar por encima de nuestras cabezas.

Se ha colocado encima y ha empezado a leer lo escrito mi vecinilla Paula y ella es la que ha sacado la siguiente conclusión:
En esta nueva era donde se pueden coger, manipular, sacar y meter células madre en todos o en casi todos los seres vivos, si todos tuviésemos alas, se eliminaría el tema de las fronteras que se han colocado precisamente para todos aquellos seres vivos que no pueden volar.

Los que viven en la frontera Schengen más importante de la UE, desde chiquititos no llegan a inmunizarse en lo referente a los que todos los días de una forma u otra intentan llegar a Europa.