viernes, 26 de junio de 2009

ENCUENTROS CON IDENTIDADES ALPUJARREÑAS

Me encuentro en Alhama de Almería y al recorrer sus calles he comprobado con la facilidad que se han ido cambiando el nombre de las calles desde que éste pueblo las tiene.
Mucho antes de llegar al pueblo tropecé con un letrero: LA ALPUJARRA.
Este trozo de tierra quiere dar a entender su relación con lo árabe, pero se ha vuelto muy selectivo con que nombre, costumbre, tradición, ...., de lo relacionado con los que durante varios siglos vivieron en ésta tierra.
Hasta ahora lo que me he encontrado del 1500 es que en el balneario en el cual me encuentro paso unos días el Cardenal Cisneros, el "que fue amigo" de los Reyes Católicos.
¿Cuantas veces se le habrá cambiado el nombre a las calles de este pueblo desde LAS GUERRAS DE LAS ALPUJARRAS?.
Me acuerdo que en un pleno del Ayuntamiento de Tarifa en el 1999, se aprobó que una de sus calles tenía que llamarse: Dolores Ibarruri, (La Pasionaria). Cada vez que se lo recuerdo a uno de los concejales que estaba en dicho pleno mira automáticamente para el suelo.
No todo de lo que me he encontrado paseando ha sido desolador.
He estado un buen rato apoyado sobre el tronco retorcido de una morera. Por su estructura puede que ha tenido tiempo de ver unas cuantas generaciones que buscaron su sombra. ¿La sembrarían los que hace ya siglos necesitaban sus hojas para alimentar a los gusanos de seda cuando Almería suministraba seda a todos los pueblos del Mediterráneo?.
En éste pueblo había un cibercafe y fue cerrado.
Tan solo he encontrado un ordenador con acceso a internet. Está en el balneario. Media hora cuesta tres euros.

lunes, 22 de junio de 2009

OTRA VEZ LOS YANQUIS

Soy testigo que Eugenia Doucet se marcha de España para volver a Canadá por culpa de la crisis levantada por los americanos.
Recuerdo que al poco tiempo que la canadiense llegase de nuevo al pueblo alpujarreño de Berja, le invitaron a un baile donde acudían personas de su edad. Allí vuelve a repetirse la historia que tiempos atrás viviera Aba Gardner y un torero español; en éste caso Eugenia y Frasquito.
Un día cuando Eugenia escucha en los medios de comunicación que en EEUU, había nacido una crisis económica, exclama:
- ¿No es posible que una crisis económica que nace en EEUU cruce el Atlántico y lleguen sus sacudidas hasta la calle Chiclana en Berja, Almería, España?.
La crisis de los Yanquis poco a poco la canadiense sentía su efecto al acudir todos los meses al banco a recoger los dólares que le mandaban de Canadá para comprobar desolada que cada vez regresaban con menos euros a su casa de la calle Chiclana.
Frasquito con noventa años y Eugenia con ochenta y siete llegó el momento que al levantarse un día después de estar juntos catorce años, (conforme avanza la crisis económica) al preguntarse qué harían aquel día, su forma de mirar fue cambiando hasta que ya se respondían sin mirarse a los ojo.
Una noche fatídica al levantarse se encontraron que alguien había dejado una calculadora en la mesita del salón al lado del mando de la TV.
Desde aquel día Frasquito en vez de vestirse de calle como hacía todos los días, en aquella ocasión, se deja el pijama se sienta en su butaca y coge el mando de la televisión.
Poco tiempo atrás, (antes de la crisis) Frasquito se vestía como San Luis y al salir de casa llenaba de besos y abrazos a su amada; se marchaba todas las mañanas a tomar cafés en cualquier terraza en la plaza de su pueblo, mientras Eugenia, en todo ese tiempo era donde le llegaba la creatividad. Desde que le enseñaron el manejo del ordenador por él su imaginación se escapa tan lejos todos los días que era capaz de cruzar el Atlántico varias veces visitando a cada uno de sus once hijos que tiene en Canadá mientras la olla en el fuego hacía, ¡pus!, ¡pus!, ¡pus!, o la plancha esperaba que Eugenia sacase la raya al pantalón de su torero.
Antes que apareciese la maldita calculadora, llegaba la tarde y ambos tenían que darse su vueltecita por el pueblo para ir saludando a sus conocidos para demostrarle su preocupación por la salud de sus vecinos.
Cuando salían solos utilizaban bastón; al salir juntos se cogían del brazo para llevar seguridad mientras caminaban y siempre terminaban donde ya les conocían, en el bar, en el rincón de sillas negras con asientos redondos; se sentaban donde siempre, les atendía el mismo camarero con una amplia sonrisa adivinando casi siempre lo que les apetecía en aquellos momentos a los dos enamorados.
La crueldad de la crisis que en forma de huracán ha cruzado el Atlántico, ha llegado hasta Berja, ha barrido las sillas de la plaza del pueblo donde Frasquito pasaba las mañanas con sus amistades charlando sobre los acontecimientos diarios del pueblo, la mesita y las dos sillas negras con asientos redondos, donde entre tapas y vinillos cogían fuerzas para un bailecillo, y al caer la tarde, como ocurría siempre, el que siempre en todas las reuniones tiene un despertador en la cabeza, comenzaba a bocear la hora de cierre del establecimiento.
Ya en el aeropuerto de regreso a Canadá Eugenia dice totalmente convencida que aquella máquina estaba programada para convencer a Eugenia y Frasquito, que había sido un sueño las mañanas de tertulia en la plaza del pueblo, recorrer las calles cogidos del brazo para interesarse por la salud de sus vecinos y las tardes noches donde las tapas y el vino a los dos enamorados les daban fuerzas para los dos abrazados moverse al compas de un pasodoble.
El catorce de febrero aparece en la pantalla de la calculadora:
- Frasquito tendrá que solicitar pasar el resto de su vida en una viejería y Eugenia Doucet, será repatriada a su país de origen, Canadá.

viernes, 19 de junio de 2009

DOS MILLONES DE ARGUMENTOS

Dos millones de argumentos pasan todos los años por Andalucía en estos dos meses de julio y agosto con destino al norte del África, que de forma subliminal van a convencer a sus paisanos, por donde pasen a donde lleguen, que sientan la necesidad de inmigrar.

El primer encuentro que van a tener los que van de vacaciones es contemplar la fila de porteador@s que cargad@s como bestias cruzan las dos fronteras, para que ellos los que viven en Europa, los que van sentados en sus coches, los que van a pasar unos días de descanso, sigan teniendo entre otras cosas el papel higiénico al que ellos están acostumbrados.

De los cientos de miles de marroquíes que regresan a su tierra de nacimiento, todos los veranos por estas fechas, y que cruzan por la frontera del Tarajal, es de suponer que algún@s europeíll@s – que han nacido en el seno de una familia de Marruecos - tiene que preguntar a sus padres por aquella fila de “hormigas humanas” l@s porteador@s que están cruzando en aquellos momentos por la loma donde están las dos fronteras.

Los padres de dicha familia – los inmigrantes en Europa - ya están acostumbrados a dicha imagen e incluso tienen algún@ vecin@ que ejerció o ejerce dicho oficio durante algún tiempo.
Los mayores que van en dicho vehículo, esos padres de familia, están derrotados, han decidido marcharse a otro sitio que enfrentarse al problema. Incapaces de eliminar dicha explotación humana, recursos inhumano de subsistencia, jamás encontrarán explicaciones coherentes para intentar convencer a su prole. Las nuevas generaciones jamás aceptarán como válidos argumentos que justifiquen lo que están contemplando nada más entrar en la tierra de sus mayores.

Gracias. Benditas gracias a las generaciones que llegan que no se conformaran con las explicaciones que reciben de sus padres. Benditas diferencias generacionales. De los jóvenes, de ellos va a depender, que cualquier día se bajen del coche, dejarán que sus mayores continúen el viaje, pero ellos se van a unir como protesta, como apoyo a sus reivindicaciones (…). Dedicarán parte de su tiempo en que la vida sea distinta para dich@s porteador@s.

miércoles, 17 de junio de 2009

PALOMAS ASADAS

Algeciras como tantos otros lugares tiene unas aves adaptadas como ninguna otra a vivir entre la gente en sus parque y plazas, aves utilizadas para identificar la paz o utilizadas en las guerras como mensajeras.

En la misma proporción que están decreciendo las palomas, esta ciudad va creciendo en gorrillas.
No sé qué examen les ponen a los aspirantes a dicho oficio, – estamos en tiempos en que todo trabajador ha de pasar unas cuantas pruebas y otras tantas entrevistas para encontrar un trabajo – pero un buen número de personas no las han podido superar.

Vuelven los rumores de antaño que el número de palomas de la Plaza Alta de Algeciras a pesar de ser alimentadas diariamente por los críos con bolsas de gusanitos, parece que disminuyen en números alarmantes.

Es totalmente cierto que el ayuntamiento no ha contratado a una empresa de cetreros para que suelten a sus aves de presa, para asustar a las “pacíficas palomas” y atemorizadas por los halcones huyan muertas de miedo a otros lugares más seguros.

Lo que la gente comenta sentados en las cafeterías de dicha plaza, es que alguien está cazando palomas para comérselas.

Creo que no me equivoco si empiezo a eliminar a las personas que viven en los edificios del centro o tienen el trabajo en dicha plaza como son los banqueros, los notarios, los que frecuentan el casino (…), las chachas que sacan a los críos o a los viejos a pasear, o los que nos sentamos para tomar un café mientras se charla, ni los que acuden a visitar las exposiciones de pinturas al óleo o de viejas fotografías.

Lo que es cierto es que las palomas están disminuyendo de forma alarmante y esta vez los responsables públicos no se han gastado un euro en lograr una de sus inconfesables preocupaciones que es, que el número de palomas disminuya a costa de lo que sea y como sea.

Cantaba la más grade; Rocío Jurado:
“Nadie sabe, nadie sabe, pero todos lo quieren saber,
Ni la clave, ni la lleve, la del cómo ni cuándo y porqué.
Me importa tres pitos que diga la gente, …
¿Quién puñetas se está comiendo las palomas de la Plaza Alta de Algeciras?”.

Personalmente como conozco a un “come palomas”, estoy deseandito de encontrármelo para averiguar el cómo y el cuándo. Prometo contarlo.

viernes, 12 de junio de 2009

SOLO LOS BARRENOS ESPANTAN A LAS MOSCAS. (II)

Cuando alguien llegó al pueblo con una azúcar, afirmando que poniéndola en un platillo encima de la mesa, acudían todas las moscas y caían muertas a los pocos minutos, - como caían los adolescentes en su cama, - había en el pueblo, las que ponían toda la cubertería esparcida por toda la casa con un poco de azúcar, para disfrutar, - esta vez los agredidos - como los agresores se encuentran dominados. Tumbados en el suelo con las patas parriba.

¡Qué gozada ver a tu peor enemigo en aquella posición!.

Aquel experimento del azúcar, no daría buenos resultados. Alguien le achacó el fracaso, a que los animales domésticos también sufrieron fuertes bajas; pero ya la Alpujarra, no se encuentra tan aislada del mundo mundial y pronto aparece el sustituto del azúcar envenenada.

Aparece otro invento por parte de los humanos. Una tira de papel pegajosa que se colgaba del techo y las adolescentes moscas entre bromas y empujones entre ellas mismas, terminarán todas pegadas en dicha tira.

Tampoco fue una solución a largo plazo, puesto que dichas tiras colgadas de todos los techos del pueblo, cuando entraba cualquier extraño, no hacía más que preguntar, si el pueblo había entrado en una eterna fiesta al verse aquellas serpentinas de color naranja por todas partes.

Si mala fue la solución del azúcar que se llevó por delante a casi todos los animales domésticos, peor fue la solución de las serpentinas pegajosas, puesto que, a punto estuvo el pueblo de perder su eslogan por excelencia; lo de: “Benínar y con brevas”, y que fuese sustituido por el de: “El pueblo de la eterna fiesta”.

Después nos llega otro invento y es el da maquinilla de flix. Cuando llega la primera es analizada casa por casa.

!Cuantos movimientos de cabeza y ojos de asombro despertó aquel artilugio de latón!.

Los encargos a los tenderos son confirmados, hasta que llega a su agotamiento y se producen las primeras listas de espera en Benínar. Por supuesto que aquel objeto – colocado encima de la chimenea, altar de la casa donde se depositaba lo trascendente, lo importante, - no podía ser tocado por los niños de la casa, puesto que, no era el valor de aquel invento, se consideraba que tenía que ser manipulado por una persona adulta y punto.

Las madres antes de la siesta, iban desalojando todas las estancias de la casa, cerrando ventanas y puertas y ella incluso hasta que se pasara el efecto de aquel líquido pulverizado totalmente tóxico para todos los seres vivos, se marchaba al campo a por un manojo de hierba para los conejos o la cabra.

!Que satisfacción de ver todas las moscas en el suelo y muertas!. Las benineras era la primera vez que cogían la escoba para disfrutar. Las hubo que las moscas muertas envenenadas por no desperdiciarlas – en el pueblo a todo se le encontraba utilidad - se las echaron a las gallinas para que se las comiesen y perdió más de medio corral.

La pavilla para azufrar y la maquinilla del flix deberían formar parte de todos los museos, de todos los pueblos alpujarreños por lo que representó para nuestros antepasados al ser los primeros inventos que llegan a la zona.
Forzados a comparar, en la actualidad se puede equiparar al teléfono móvil.

Creo que las moscas fueron “más listas que los humanos”, puesto que aún quedaba gente viviendo en el pueblo cuando se escuchaba el cierre de compuertas del pantano y los benineros miraron a su alrededor y se dieron cuenta, que hacía tiempo que se habían marchado muchos animales e insectos, sobre todo las moscas.

jueves, 11 de junio de 2009

SOLO LOS BARRENOS ESPANTAN A LAS MOSCAS. (I)

Nace esta reflexión pensando que en Benínar donde se podían contar por millares a estos insectos era precisamente en aquellos lugares donde se elaboraban los quesos.

Se recurre a los Ñetas los Latin King bandas de adolescentes para que el lector se sitúe, estar viviendo en un barrio donde dichos adolescentes acampan a sus anchas.

Como el que escribe tiene sus medidas y sus referencias relacionadas con los patrones que le fueron impuestas en su niñez, - le tiene que pasar a todos los benineros de mi edad – esas palabras me suenan, y, las relaciono con las bandas de moscas y de adolescentes que teníamos en nuestro pueblo.

Cada casa tenía su corral. Cada corral tenía su zahúrda con uno o dos marranos, y cada corral su banda de moscas. No se puede olvidar que cada animal de carga tenía las propias, distintas a las de la casa y otra variedad que actuaban como las sanguijuelas. A todas, el que escribe las recuerda con unos ojos muy grandes y con muy poca verguenza.

Eternos adolescentes que cambian los tiempos, que cambian sus nombres, pero siempre aparecen, con el mismo propósito: ¡Fastidiar!. ¡Romper!. ¡Destruir! (…). El fastidio y en la destrucción es donde ellos encuentran su gloria.

Las bandas de moscas se agrupaban formando una nube encima de todos los acontecimientos cotidianos sin haber sido ni llamadas, ni invitadas.

Te amorronabas para una siesta. Ponías cualquier alimento encima de la mesa. El plato de puchero o el tazón de sopas representaban para ellas el chapuzón que antes de coger la cuchara ya estaban unas cuantas bañándose. Estando en el campo te entraban los retortijones en la barriga propios de cada día, donde antes no había nada más que sielencio, antes de bajarte los pantalones comenzaban los sonidos propios que terminaban de llegar. Tenías una persona mayor sentada incapaz de levantar las manos había que colocarle un velo por encima de la cabeza. Qué, (…). ¡Malditas bandas de moscas!. ¡Malditas bandas de adolescentes, que cuando se levantaban por la mañana, su objetivo era molestar!. Como se decía en Benínar: “!És, que no respetan ni lo más sagrado!”. ¡És, que no se cansan en todo el día de dar por saco!. Nada más abrir un postigo o encender la luz: ¡Zas!, saltaban como un resorte al centro de la habitación buscando el protagonismo!. Todos los odiosos insectos voladores, era imprevisible donde se posaban. Parecían que de forma consciente planificaban:
- ¿Qué podemos planificar para gozar, para llegar a la desesperación de todos los seres vivos?.

El dicho que se decía en el pueblo: “En boca cerrada no entran moscas”, no solo hacía referencia a que a veces “mejor es permanecer callado (…)”. En aquel pueblo alpujarreño las moscas entraban en todas las bocas que encontraban abiertas.

martes, 9 de junio de 2009

QUESOS CONCINTURONES DE PLEITA.

Noticia copiada de ECODIARIO.
“La tesis doctoral de Antonio M. Martín Platero, dirigida por los profesores Manuel Martínez Bueno, Mercedes Maqueda y Eva Valdivia y publicada recientemente en 'Applied and Enviromental Microbiology', 'International Journal of Food Microbiology' y 'Analytical Biochemistry', basó sus conclusiones en los análisis del ADN extraído de distintas variedades de quesos de cabra artesanales”.

Nunca imaginaría Antoñica la Matias, Rosarico la Leche o tantas otras benineras elaboradoras de queso de cabra y de oveja que su trabajo fuese tema de tesis doctorales.

Fueron muchas las ocasiones en la qué, el que escribe, llegaba con su burra con aguaderas para que fueran llenadas de queso hasta llenar un motocarro para ir a venderlo a Guadix pasando dicho invento de tres ruedas el Puerto La Mora.

Una de los distintivos de las elaboradoras de queso en Benínar era el decir:
- “!És, la más limpia de todas!”, cuando se mencionaba a cualquiera de ellas por la higiene y limpieza en la elaboración.
Otra de las frases sublimes, sin parangón para reflejar la limpieza de las pastoras era:
- “!Como los chorros del oro!”.

Antoñica rodeada de hijos de todas las edades, además, hacía uno de los mejores quesos. Puede que el conseguir el mejor, fuese la proporcionalidad de cuajo con la cantidad de leche.

En aquellos tiempos casi en todas las casas para pesar se utilizaba la romana y para medir la “vara”, (ambos temas interesantes para desarrollar).

Aquella casa estaba rodeada de chumberas, que en tiempos en el que los animales no encontraban, la pastora, cortaba dichas pencas en trocitos, hacía montoncitos alrededor del corral que los animales tragaban con hambre canina. A veces los montoncitos eran de trozos de chumba y la piel de las almendras.

La casa estaba dividida en dos partes y donde le gustaba pasar el rato al aprendiz de comprador de quesos era donde se elaboraban.

La pastora le daba al comprador trozos blancos como las nubes de verano – mientras se charlaba - que sacaba de una tinaja a la par que colocaba puñados en un cilindro.

El queso quedaba marcado con cinturón de pleita. En su parte superior e inferior, aparecía la figura de un sol con sus rallos.

Cada pastora tenía dos tablas - donde se colocaba el cilindro de pleita llenos de cuajada – marcada con una determinada figura que era la identificación de cada pastora. El tallado de aquellas maderas, sus figuras redondeadas, los que la tallaron, seguro que quisieron reflejar muchísimo más que lo que aparece en el cuento de La Lechera.

Después de ser comprimido aquella masa con los puños - para que perdiese todo el líquido – se colocaba otra tabla encima con la misma figura de la base y para su prensado, en la segunda tabla se colocaba una buena piedra que actuaba como prensa.

En aquella habitación había una caña colgada del techo – fuera del alcance de los gatos - donde estaban colgados infinidad de estómagos de cabritillo – que fueron sacrificados a los tres meses – para que se fuesen secando. Una vez deshidratados se cortaba en trocitos, se majaba en el mortero y el resultado se vertía en la orza llena de leche. Se esperaba un tiempo. Se movía en una sola dirección con una especie de bastón y poco tiempo después aparecían grandes trozos de cuajada flotando en aquel líquido que se llamaba suero.

Al poner el comprador de quesos los ojos casi a punto de salir de su órbita – por la conversión de leche en queso – la pastora solía decir:
- ¡Todo un misterio que nadie sabe cómo explicar!.

Aquel suero se le solía echar a los cerdos para engordarlos o se ponía en el fuego y al hervir, volvían a aparecer otros nuevos cuajarones. Aquel líquido se vertía en un paño blanco. Aquel paño se cogía por sus esquinas se colgaba, se dejaba escurrir y otro misterio con mucho más sabor que el primero. Una bola de delicioso requesón que con un poco de miel sin duda alguna es un manjar.

En los villancicos que se cantan en navidad a ningún pastor se le ocurrió llevarle queso al Niño Jesús.
Los pastores le llevaban requesones. ¡Por algo sería!.

lunes, 8 de junio de 2009

UN POCO DE LECHE PARA LOS DESNUTRIDOS.

Sentados en los escalones de la puerta de servicio de la casa de Rosarico La Leche, unas cuantas benineras, conversan a la espera que llegue Barbarica con la burra donde en sus aguaderas traerá los cántaros de leche de las cabras recién ordeñadas en los corrales de La Cañarroa.

A las manadas de cabras y ovejas les quedan escasos días para marcharse a la laderas de Sierra Nevada donde pasarán todo el verano y parte del otoño y por ello en Benínar se dejará de vender leche.

Se les complica la alimentación a las personas que necesitan del tazón de sopas, - por ello están las madres allí sentadas - para salir del estado que presentan totalmente flacos y ojerosos.

Rosarico le dice a la asalariada que amarre la burra en una de las rejas de la casa que quiere hablar con ella.

- Este año tenéis que dejar al menos cuatro cabras que estén dando leche, de las mejorcillas, ya que se las tendremos que dejar a las que están sentadas en la puerta. Se lo dices a tu marido que las seleccione.

Las que esperan con el cuenco en la puerta se sienten aliviadas al ver el rostro sonriente de Barbarica que les está dando a entender, que en tan solo dos o tres días ya tienen permiso para ir a recoger las cabras.

El alquiler de dichos animales será abonado a los dueños de las cabras partiendo almendras, esfarfollando, blanqueando (…) en definitiva en mano de obra que es lo que podían ofrecer los pobres a cambio de un tazón de leche diaria.

Puede que si la necesidad fuese apremiante Rosarico dijese que alguna de ellas que esperase para recoger ese día un requesón o uno de los quesos que diariamente se hacían en un cuarto pegado a la cocina que tenía aquella casa una de las más grandes de Benínar.

pacor. maldonado

viernes, 5 de junio de 2009

!!LLEGÓ EL DÍA (...)!!!

!!LLEGÓ EL DÍA (…)!!!.
Unos necesitan tener el velero amarrado en el puerto, otros son tan felices con pintar una patera con lápices de cera.Llegó el día, por fin que ya es navegable el Río de La Miel. En sus horillas están amarrados los veleros de: guionistas, fotógrafos, músicos, pintores, (…) que regalan a los algecireños la creatividad que son capaces de verter en el Kursaal en tan solo tres días.

jueves, 4 de junio de 2009

EL ÁRBOL QUE PRETENDE ATRAPAR BESOS

Algeciras tiene un edificio diseñado por el tarifeño Pérez Villalta que es el referente a todo lo relacionado con la cultura.

Al entrar y preguntar cómo se llama la figura que se ha creado para un acontecimiento especial en el espacio de la entrada, mis ojos delatan mi asombro y alguien que está a mi lado me contesta:
"Capturar besos".

Mis referencias para valorar lo que está delante de mi tienen unos antecedentes, unas vivencias, una educación (…), lo que diferencia entre otras cosas la idiosincrasia de cada persona.

Perchas. Mis recuerdos asocian dicha palabra con un contenido específico. Recurro al diccionario. Pido información y lo que aparece en la pantalla no se parece para nada a lo que significa las perchas, en mi niñez.

Nací en un pueblo alpujarreño y las primeras salidas del pueblo – casi comenzando a andar - al campo con los paisanos de mi edad la palabra percha estaba relacionada con un canuto para llenarlo de alúas - hormigas con alas - para colocarlas en unas perchas.

Recurro a las personas que son de mi edad que han nacido en Algeciras - la mitad de mi vida la he vivido en dicha ciudad - y al preguntarle sobre el significado de la dichosa palabra, unos renunciaron a dicha descripción popular - la que no aparece en el diccionario pero sí en la tradición verbal del pueblo - y otros reconocen que el contenido de percha en los años cincuenta y sesenta coincide con el contenido que tenía dicha palabra en La Alpujarra.

Pregunto por dicha palabra a una cubana a un marroquí a un mexicono (...), y el contenido lo desconocen. Dicha palabra forma parte de la identidad del que escribe, de mi zona de mi gente.
Los preguntados manifiestan - para mí significa una depreciación no haber vivido la niñez en el campo por lo que significa el sello marcado a fuego que deja en una persona LA MADRE TIERRA - que su niñez está relacionada con la ciudad y por ello el vocabulario propio de la gente del campo lo desconocen.

No quiero tirar por la borda de mi memoria los contenidos de mis primeras palabras propias relacionadas con el campo aunque no aparezcan en el diccionario.

Si estando dentro de dicho edificio tengo que escribir sobre el nuevo contenido de la palabra percha, - que el creador de la obra las utiliza para llenar un espacio que para él significa "un bosque de besos" - cierro los ojos para ubicarme en el mundo donde me encuentro y ya en el siglo XXI, las perchas donde deberían ser colocadas es en todas las entradas tan pequeñas como las de una casa o tan grandes como una frontera. Un gran perchero donde dejamos lo que nos estorba para estar en un lugar donde acudimos a una fiesta o a relacionarnos eliminando todo tipo de tensiones.

Nota:

Invito a que lea en pantalla al diseñador de la obra de la entrada del edificio lo que termino de escribir y me comenta que lo escrito es un artículo sobre las perchas.

El creador de la obra de la entrada del edificio - utilizando infinidad de perchas – dice que ha pretendido reflejar "un bosque de besos. Continúa diciendo:
"Todas las personas que se encuentren con lo representado, pretendo que sientan la necesidad de depositar besos y que sean guardados en los tarros de cristal que cuelgan de las perchas".

Al fin y a la postre todos mas tarde o más temprano nos encontramos en el eterno dilema ante una obra encuadrada dentro del realismo o la representación de lo abstracto en este caso "el arbol de los besos" y lo que yo contemplo, son perchas, paraguas y botes de cristal.