sábado, 9 de octubre de 2010

OTRO SONIDO DE LOS CERROS DE BENÍNAR

Creo que lo que más llenaba nuestros sentidos era el sonido de los cencerros, cuando los pastores se los colocaban a los animales y antes se daban una vuelta por el pueblo antes de salir de Beninar con dirección a la sierra para estar en ella todo el verano.

La chiquillería de la misma forma que disfrutaba cuando llegaba la banda de música de UgÍjar al encontrarse con sonidos nuevos, cuando pasaban por la calle del pueblo las manadas de ganado, todo el mundo se asomaba a las ventanas y todo, al escuchar los sonidos de los cencerros, por lo menos aquel día rompía la monotonía y sería diferente. Otra forma de ir marcando cada periodo del año.

Ese día era el día de los pastores, al desfilar por el pueblo; vestido para la ocasión y con su morral más nuevo. En las últimas ocasiones, pudimos ver como los pastores agregaban otro animal de ayuda. Los perros del ganado.

Pude valorar el sonido de dicho instrumento, al asistir a una exposición permanente en Extremadura - que su dueño es amigo - y que tendrá al rededor de 1000, ..., !muchos!, coleccionados, de cabras ovejas y vacas.

El que suene cada uno diferente, es gracias primero a su tamaño, pero sobre todo a la mano artesna que al terminarlo, logra arrancar de él, el sonido único e inconfundible. Sonido y animal, para el pastor siempre quedarán unidos.
¿Qué será de aquellos cencerros, de todas aquellas manadas de cabras?.
Yo guardo el sello, que mi abuelo Faustino le colocaba a cada una de sus ovejas.
Les refresco la memoria a mis paisanos, para que se acuerden para que otro acontecimiento extraordinario en el pueblo se utilizaban.

Donde estarán aquellos artesanos que los construían o si aquellos cencerros, llegaban de otra parte de España. Seguro que se comprarían en la Feria de Ugíjar.
En la TV, podemos ver como algunos pueblos dicho instrumento lo utilizan como pieza fundamental para escenificar un determinado acontecimiento.
Dentro de la manada, un cencerro especial se le colocaba al animal de plena confianza para el pastor.
Llegar a aquella confianza mutua para cada pastor tenía un determinado aprendizaje, que en muy pocas ocasiones revelaban su secreto.

No creais, que los cencerros se colocaban "a la primera que llegase". Cada cencerro tenía una determinada familia de cabras - las cabras se desplazan en todo momento y duermen dentro de un clan - y dentro de la familia se le colocaba a una determinada cabra.

Terminado el ritual, todos colocados por categorías, comenzaba el desfile para terminar en el río y comenzar el camino a la sierra.

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