viernes, 5 de marzo de 2010

¿PLANTEARSE LO INCUESTIONABLE?.

Fueron testimoniales los cardos, las cerrajas, los mastranzos que Paco Ramón y María Dolores llevaron al último encuentro que los beniner@s pasamos en el Cerro de las Viñas el pasado día veintiocho de febrero. Los cardos que en este tiempo de matanzas formaban parte fundamental de los pucheros (los garbanzos con carne y huesos del cerdo todos los días se consideraba parte principal de la alimentación). Las cerrajas que desempeñaban el papel que en la actualidad forma parte del menú diario que hoy llamamos ensaladas. Los mastranzos que de forma resumida con el jabón casero es lo que hoy tenemos en todas las despensas como productos de limpieza.

El encuentro se centraba para que niñ@s y jóvenes aprendiesen parte del legado que formó parte de la niñez y juventud de sus mayores: Juegos, canciones, repostería y poco más. No es una crítica a la organización ya que allí todos éramos beniner@s, bien enseñantes, o bien enseñados.

Quiero centrarme en esta ocasión en el tema de todas aquellas plantas que acudíamos a ellas o ellas formaban parte de la alimentación de animales racionales e irracionales, de los aromas, de la desinfección o de combustible para calentarse en el invierno a la vez que se estaba preparándose la fritailla, el puchero o las migas. Como olvidar el esparto que estaba presente de casi todas las labores agrícolas o de las bolinas para fabricar una escoba.

Pocos días han pasado en el que los cristianos (es decir todos los beniner@s al menos de antaño) hemos celebrado el Miércoles de Ceniza, ceniza obtenida de los ramos de olivo guardados del año anterior, los que fueron portados en la procesión del Domingo de Ramos. Los ramos de olivo y los Roscos de san Marcos bendecidos se colocaban en todas las casas en lugar preferente para espantar a los “malos espíritus” durante ese año.

Hoy si se perdiesen la botella de butano, los agricultores dijesen, que cada cual sembrase, cuidase y cosechase sus cosechas, que cada cual preparase todos los productos de higiene y limpieza, desapareciesen las granjas donde se fuerza al crecimiento de los animales, etc., haber que beninerill@ aprende a marchas forzadas la supervivencia cuando sus padres dicha enseñanza la han resumido en recargar día a día el frigorífico.

3 comentarios:

Europa dijo...

Solo puedo hablar de oidas del domingo y he de decir que todos los comentarios han sido para alabar lo que hace y ha hecho la asociacion plaza.
Saludos.

Anónimo dijo...

Pensaba que las cerrajas eran solo alpujarreñas.En un mercado del Pireo, el último día del año,había una parada de cerrajas y cerrajones,que daba gusto verlas.

Un saludo,Juan Gutiérrez.

Encarna dijo...

Por aqui en los supermecados a las cerrajas se le llaman rúcula no se si estare equivocada