lunes, 2 de agosto de 2010

EL MEOLLO DE LA CUESTIÓN

En el blog que tiene nuestro paisano Pedro Medina, va colocando fotografías de los distintos parajes de Benínar y el nombre de cada lugar, espacios monótonos y uniformes, que si se visitan apenas se puede encontrar una tórtola, una perdiz o un conejo; posiblemente se pueda certificar que si existen es como consecuencia de las repoblaciones que realiza la Asociación de Cazadores de Benínar. Se eliminaron las cementeras y los árboles frutales, por ello, las semillas, su alimento.

En el foro aparece lo escrito por Indaloxes: “… y el día de mañana, nuestros nietos estudiarán la geografía, …”. Tendrán que averiguar la fauna y flora, (el meollo de la cuestión) pero sobre todo se preguntarán: ¿Cómo es posible que de este paisaje casi inerte pudiese vivir toda una población que en un momento de la historia estaban censados en Benínar más de mil habitantes?.

Pues sí, "queridos nietos" cuando os encontréis con dicha geografía dicho paisaje se parecía a una manta alpujarreña, llena de vistosos colores que en las distintas épocas del año tenía todos los del arco iris, con todas sus tonalidades. Otro dato: En un momento de la historia había unas diez manadas entre cabras y ovejas que a una media de 100 cabezas por manada, por la media de 1,5 crías por año (…), salían para su venta en el exterior unos cuantos kilos de carne. Majares en aquellos tiempos fuera del alcance de los beniner@s.

Enero blanco, parecido a lo creado por el rey moro que construyó Medina Azahara rodeado de almendros para en su floración, la amante de dicho rey viese un paisaje blanco como si estuviese nevado, pero el amado al color le añadió el aroma de las flores inmaculadas. El color oro de las cementeras, en junio, siendo antes verde, todo el tiempo casi toda la primavera lo que tarda para granar las espigas, las lentejas, los garbanzos, … El verde de los maizales y de las parras en verano. El color nazareno de las brevas. Las semillas y frutas que alimentaban a su población salía en el límite que marcan las fotos. El pan del trigo y el maíz para las migas, alimento básico por aquellos tiempos, gracias al pacto hombre-tierra. Los beniner@s, con sus animales ponían su trabajo y la tierra el vientre donde cada año nacían los alimentos.

Los que nacimos en las posguerras, (la propia y la de los demás) fuimos gañanes, segadores, recolectores de almendras y aceitunas, que en nuestros molinos y almazaras todo lo que producía la tierra se transformaba en alimento, que una vez alimentados los desperdicios en forma de estiércol volvían como nutrientes a la tierra.

Fueron las máquinas del pantano (contratadas por la persona cuyo nombre no quiero acordarme) las que entraron en Benínar como elefante en una cacharrería las que, según ellos: “Había que preparar las paredes del vaso del pantano, …”. Así fue como los secanos, las huertas desaparecieron y con ello también obligaron a buscar otro lugar para colocar sus nidos las aves. Los granos con que se alimentaban y los insectos que polinizaban, que todos los años acuden a la Alpujarra, y, por Benínar pasan de largo.

"Otra vez estoy llorisqueando" (como escribió anteriormente un anónimo). Pues sí. Tendré la misma enfermedad que en sus últimos días tenía Antoñico Cabras, que cada vez que se acercaba alguien comenzaba a llorar.


Las máquinas del pantano primero eliminaron (puede que en su huida alguno se salvase) a los más débiles a la flora y la fauna hasta que llegaron al pueblo, lo rodearon (…) y al igual que a los seres vivos escrito anteriormente, en la huida los humanos, cayeron unos cuantos, los ancianos, los más débiles y los más jóvenes se dispersaron.

Benínar “queridos nietos”, eran sus secanos como es a comienzos del siglo XXI, es toda la Contraviesa, pero nuestro pueblo tenía por añadidura un rio con una vega que en la actualidad se podría comparar a la que tiene el Rio Verde, el que llega al mar por Motril, pero en nuestra vega sin dudar destacarían las breveras.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Paco, en un futuro próximo espero ver como les explicas a tus nietos como era nuestro pueblo.
Un abrazo.

paco maldonado dijo...

Seguro que cuando los tenga y según su edad, espero tener las suficientes capacidades para seguir escribiendo para ellos.
Caperucita, Alicia, La Sirenita, etc., ten por seguro que vivirán sus aventuras en Benínar. Hasta que el benineri@ se de cuenta y me mande a (...), pase de mis cuentos y coja la "play".
Esperemos ver y poder contarlo.
Un abrazo.