miércoles, 29 de julio de 2009

MUJERES CON OJOS EN EL COCOTE

El pasado fin de semana me invitaron en una boda y en el reparto de invitados por mesa me pusieron en una llena de mujeres. Todas eran compañeras de estudios de la novia y todas ejercían como profesionales en obras públicas con la categoría de ingenierías.

En el trascurso de la velada fueron surgiendo temas de todo tipo pero uno desaparecía y volvía a aparecer de forma intermitente. El tema en cuestión, el que se repetía una y otra vez era, que desde que llegaban cada día a la obra la mayoría de los trabajadores, – barones, - los ojos que estaban recibiendo las explicaciones de la mujer que ejercía como técnico estaban distraídos.

Todas las ingenieras coincidían que su trabajo era desafiante por dos motivos: Primero porque les gustaba su profesión de crear caminos, calles y carreteras donde antes solo era campo y segundo porque les gustaba mandar una cuadrilla de hombres para que avanzasen en su trabajo.
Dentro del grupo de profesionales de obras civiles estaba una ingeniera casada con un marroquí, que vive en Marruecos y que por ello, quiere ejercer su profesión en una cultura que tiene unos roles sociales diferentes al resto de donde se desenvuelven sus compañeras.

Tengo que reconocer que casi todo el tiempo escuchaba lo que estaban hablando entre ellas, pero solo estaba atento a lo que decía la musulmana.

La ingeniera musulmana tenía que imponer sus criterios cada día, sus argumentos como técnico en primer lugar en la oficina, a los directivos de la obra, y después colocarse el casco y las botas de seguridad y marcharse a pie de obra, e intentar que avanzase unos cuantos centímetros, unos cuantos metros cada día la calle, la carretera, (…).


Mujeres musulmanas que les ha tocado vivir en una sociedad donde cada día tienen que demostrar que su inteligencia es igual o superior a todos los que le rodean. Ingeniera que en todo momento tienen que estar pendientes, - como lo están los encantadores de serpientes, - que todos los que tienen a su alrededor, le miren a los ojos y se olviden que tienen delante un cuerpo femenino. Convencer a sus jefes que han contratado al mejor técnico para la eficacia de la obra comenzada.

No sé si lo que piensa mi mujer de las profesiones guarda relación con lo escrito, (...). Mi esposa que ya está en los cincuenta, dice que "hay profesiones y profesiones donde encaja una mujer". Por ejemplo su ginecóloga tiene que ser una mujer y el mecánico de su coche un hombre".
A veces es tan tajante que mi postura es de acachar la cabeza, callarme, y sacar otro tema.

Pinchando en google, me he encontrado con un intelectual, teólogo y erudito en el Islam, que nació en Turquía en el 1941, apodado HODJAEFENDÍA ( Fethullah Gülen), que en una entrevista decía:
“Entonces dije que llevar los pañuelos no era tan crucial como los puntos fundamentales de la creencia y los cinco pilares básicos del Islam, y la gente debería elegir entre el pañuelo y la escuela. Mi opinión acerca de dicha cuestión en aquel entonces es que se debía elegir estudiar”.


Marruecos. Tetuán:
¡Que tus mujeres se han puesto a estudiar y en éste caso os han salido UNA INGENIERA EN OBRAS PÚBLICAS!.

Creo que mi compañera de mesa en aquella boda en la Carolina. Jaén. España; es una mujer que será tomada como referencia de un cambio social en nuestro vecino Marruecos.

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