martes, 14 de julio de 2009

JURELES CONGELADOS.

Toda una vida profesional como profesor y no encuentro las palabras adecuadas para que Abdulá Loulanti deje de traerme bolsas de jureles, como recompensa al darle cobijo unos cuantos días al ver su estado de desnutrición y abandono en el que se encontraba.

Temo al levantarme encontrarme con calma chicha en el Estrecho de Gibraltar puesto que en ese mismo día sonará el timbre de casa y aparecerá otra bolsa de jureles.

Hasta arriba están los dos congeladores de casa.

Con otra bolsa más dudo del cierre de la puerta del frigorífico.

El marroquí está en la creencia que su agradecimiento por la acogida queda demostrado realizando tales donaciones de pescado.

No sé cuál es la fase en la que se encuentra Abdulá. Si cuando llegó a Europa en los bajos de un camión para alimentarse empezó a comerse las palomas de la Plaza Alta de Algeciras y en estos momentos ha encontrado la forma de obtener bolsas de pescado o cuando se canse de comer jureles, pasará a la siguiente fase de cazar palomas.

Tendré que definirme lo antes posible en no buscarle más chapuzas entre los conocidos – pintando o arreglando jardines, etc. - puesto qué, para dicha persona, más grande son los agradecimientos hacia mi persona, que se traducen en traerme bolsas de jureles.

Los jureles están riquísimos tanto fritos como asados y sobre todo en caldito de pescado poniéndolo todo en crudo, -tomate, cebolla, pimiento, zanahoria, el aceite y la sal – y añadiendo unas almejas, gambitas y fideos. Mi familia ya está de jureles hasta el último pelo de la cabeza y yo no encuentro las palabras adecuadas para que Abdulá deje de traer bolsas y bolsas del mismo pescado.

Creo que "la publicidad de unos grandes almacenes de alimentar a una persona por un euro al día, se ha basado en la alimentación de Abdulá".

Tanto la cultura musulmana como la cristiana coinciden en que los alimentos no deben desperdiciarse; haber como traduzco al árabe de las montañas de Marruecos el dicho que se decía en mi tierra, las Alpujarras:
“No quiero cuentas con serranos que to lo pagan con papas”.

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