
Celebran los hijos de la grandísima Gran Bretaña el día del referéndum de 1974 donde se le pedía a la población su pronunciamiento sobre la soberanía española.
Para el resto de los que vivimos en la bahía es la fecha en la que todos los años nos recuerdan que son los vecinos más indeseables - con más cara que una gata parida - que puede tener una comunidad, y, para colmo de nuestro cabreo, hace unos días, los ha visitado nuestro ministro de exteriores.
Es de suponer que hoy los monos tendrán bufé libre para que se atiborren de cacahuetes.
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