domingo, 18 de noviembre de 2012

LA GUAPA DE BENINAR




Este mes de noviembre quedará marcado en el calendario todo lo acontecido en la tierra donde vivo. No siempre coincide en Cádiz la Cumbre Iberoamericana, la  incesante llegada de pateras al puerto de Tarifa y las moscas cojoneras de los llanitos protestando a nivel de embajadores de España e Inglaterra, con el argumento que los pescadores vecinos se están buscando el pan de sus hijos donde siempre lo hiciesen sus antepasados y ahora les toca a ellos.

No sería bueno largar todo lo que tengo dentro sobre los llanitos, el vecino glotón que cada vez que se le antoja, le pega una patada a la tapia medianera y la vuelve a colocar un poco más dentro de nuestro huerto. Vecino que siempre que se han quedado sin agua, llama a la puerta para enganchar la manguera a nuestro grifo. Por supuesto que la línea de teléfono pasa por nuestra fachada que si nos negásemos se quedaría sin teléfonos fijos. Lo más fastidioso, es, que la basura la deposita en nuestra tierra y cada vez que se le avería uno de los miles de petroleros, todo el petróleo llena de mierda nuestras costas.  Tienen la sede social treinta mil empresas para una población de quince mil habitantes. Paraíso fiscal. Supongo que no seré yo solo de todos los campogibraltareños el que se acuerde de sus ancestros ya enterrados cada vez que me encuentro un vehículo en la carretera con matricula de su graciosa majestad. Cuando dice el cura de mi parroquia que “todos somos hijos de Dios”, yo le contesto: Menos los llanitos que ellos siguen empecinados que son hijos de la Gran Bretaña.
   
El tema que más me llega al alma, puesto que antes fui yo emigrante (está bien escrito lo de emigrantes puesto que en el siglo XXI, existen países y fronteras legalmente, pero no para el currito que tiene que buscar el pan de cada día para él y su familia) son ellos (dichosos ellos que lograron llegar y no se los tragó el estrecho) los que  casi siempre remando en lanchas de plástico llegan a la Tarifa de los fenicios, romanos, árabes, … Tanto me llega al alma el tema de los que pretende llegar como sea a Europa, que he dejado de dar paseos por el litoral del estrecho (paisaje que la naturaleza cambia de tonalidades de colores cada media hora cada día del año) por temor a encontrarme en cualquier recodo, en cualquier cala con un cadáver y que no sea de una ballena, de un delfín, de algún animal marino.

Qué decir del último, el que este fin de semana se está celebrando en Cádiz. No estoy pensando en todos los jefes de estado que llegaron y se comieron unos cuantos ostiones, unas galeras  o unas gambas de San Lúcas. Lo que pienso es de cómo han preparado a la capital más guapa situada donde empieza o termina Europa. Como en mí todo tiene un antecedente, que son mis vivencias de niñez y juventud, Cádiz se parece a la guapa de mi pueblo, qué, al llegar un fotógrafo de fuera de Benínar y verla, comenzó a fotografiar en cada postura que ella ponía lavando en el río. Por delante por detrás, (como Dalí pinto a Gala asomada a la ventana), por los laterales, desde arriba, en cada una de dichas fotos Carmen salía preciosa. Yo en estos momentos me acuerdo de la más guapa cuando se preparó para ser la madrina de cuando se casó su hijo. ¡Quitaba el sentío!. Arrancaba suspiros de todo aquellos que la miraban. Ni la ha habido ni la habrá una madrina tan guapa como ella. Pues así está Cádiz en este noviembre del 2012, como la guapa de Benínar cuando fue madrina. La novia (en aquel tiempo) que debía ser la protagonista, (la cumbre hoy), pasa a segundo plano puesto qué, la ciudad de acogida brilla muchísimo más que todo lo demás.      

No hay comentarios: