domingo, 20 de marzo de 2011

ESTÁ VISTO QUE EL ESPECTÁCULO NO ES SOLO PARA MI.


Durante toda esta semana la luna llena ha preparado todo un espectáculo en el Estrecho de Gibraltar, haciendo que el mar retroceda como hacía mucho tiempo no se veía. Hoy precisamente después de ser avisado por una vecina que era el momento de ver la bajamar, la mayor, la más grande, ver los erizos, los burgaillos, lapas, las ortigas de mar, (…), las algas de la horilla que parecían estar en una profunda siesta, hoy he cogido a mis dos perros y he escogido el momento cuando más gente estaba en la playa o en los salientes de la tierra al mar del estrecho.

Me he acordado de dos paisanas. La Sebastiana y de la Bizcocha. Las dos vecinas, y ambas vivían en la plaza del pueblo. Benínar. La Alpujarra. Una sacaba la silla y se sentada en la puerta los tres días que duraban las fiestas y en cambio la otra, cerraba su casa con los cuatro cerrojos y aguantaba las fiestas históricamente encerrada en su casa escuchando como la gente se divertía.

Mi perro spi, se lo ha pasado en grande puesto que ha encontrado en la playa a un gran número de perros que a todos los tenía que saludar, oler, moverle el rabo, todo tipo de carantoñas caninas; en cambio mi perra china, pegada a mis piernas, y diciéndome con la mirada, que cual era el motivo de concentración de tanto perro y por ello que regresásemos cuanto antes a casa.

No sé hasta qué punto me parezco más al spí o a la china. No sé hasta qué punto disfruto más con la playa vacía, cuando les saco de paseo, o con la playa llega de conocidos y todos con ganas de dar una parrafada. No sé hasta qué punto me parezco más a mi perra china, que ha salido a disfrutar de las orillas del mar cuando estan luciendo lo escondido como las mocicas benineras la carnes blancas por encima de las rodillas, al arremangarse las faldas cuando tenían que pasar el río, por éste tiempo primaveral, sus tesoros casi siempre escondidos o tapados.

Me parezca a quien me parezca, intento por todos los medios no ser etiquetado tan extrovertido como La Sebastiana que vivía los tres días de fiesta disfrutando a tope, ni introvertido como la Bizcocha que se encerraba y soportaba el bullicio de la gente divirtiéndose. Ni saludando a todo el mundo conocido o desconocido como el spí, ni huyendo de todo bicho viviente por sistema como mi perra china.

Me llega a la mente el comportamiento de algunos paisanos, cuyos nombres, Dios me libre, dejar escrito, de unos cuantos benineros/as, que ni escucharon ni pusieron en práctica la palabra divertimiento.

2 comentarios:

Juan Gutiérrez dijo...

Paco, te ha quedado un escrito precioso, mezclando la actualidad con las añoranzas "reales" de nuestro pueblo.

Un saludo, Juan.

paco maldonado dijo...

Juan, como siempre dando ánimos que es de agradecer.
Ni que decir tiene que nuestra memoria está compuesta por un antes y un después. El pasado y el presente. Que salga las dos memorias en un mismo escrito, creo que cada vez que nos juntamos los benineros/as, siempre aparece.
Gracias.