domingo, 21 de agosto de 2016

Hay gente pa tó.

¿Sabes de dónde viene la frase «hay gente pa tó»?
Es  la continuación de Guadalupe la cigarrera, la pobrecica que decidió ni ayudar ni que le ayudasen  en ella se concentra el siguiente comentario, pero que se podrían poner nombres y apellidos de personas como ella que vivían solas, su alimentación dependía del esfuerzo físico trabajando en el campo. La esclerosis en la medida que iba creciendo menos era su capacidad de trabajo de sembrar alimentos básico , menos animales para alimentar para que a su vez le alimentasen y como sus recursos económicos dependían de lo que podía vender de lo cultivado, como le ha pasado a la fuente de la Cañarroda, o al nacimiento de Alcaudique, lentamente ha ido perdiendo caudal hasta que ha llegado el momento en que dichas fuentes se han secado.
Son casos excepcionales ya que la calidad de una vejez en Benínar ni la he visto ni la veré. Además tengo puntos de valoración al conocerla en Inglaterra y al comparar una con la otra, me sale la frase: "Virgencita que nos quedemos como estamos".
Casi coincidiendo  con el crecimiento de la vejez de Guadalupe, de la Bizcocha, etc., llegan las gentes del pantano, van paso a paso valorando casa a casa, huerto a huerto para su expropiación forzosa y a su vez buscando a sus dueños o si ya habían muerto a sus herederos y como la administración lo sabe todo encuentran a sus herederos, o sus herederos estaban pendientes de la llamada.
Los herederos pasaron de si comía, bebía, dormía, etc., sus últimos años  en las circunstancias que vivieron  dichas personas mayores a sabiendas, seguros que ellos eran sus herederos legítimos. Se hicieron los remolones, pasaron tres pueblos de si comían, estaban vestidas, necesitaban cuidados, a sabiendas que si vendiesen la casa donde vivían o el huerto, tendrían dinero en la faltriquera para gastar, al menos lo necesario, en el caso de Guadalupe para ir al estanco a comprarse unos cigarrillos (hasta paquetes de celtas corto).  En el caso de la Bizcocha comprarse cremas y pinturas para sentirse agustito, preciosa  cada vez que se miraba al espejo.
En el comentario que escribí sobre la Bizcocha creo dejar constancia que una vecina (Lolica la de Ramón) al verla totalmente abandonada e impotente se hizo cargo de ella al menos en sus últimos días. Guadalupe nada de nada.
Lo más alarmante en el pueblo en aquellos días fue cuando llegaron de Barcelona los herederos de la Bizcocha, cuando ya estaba enterrada para firmar el finiquito y llevarse libres de polvo y paja el grano que había logrado amontonar o mantener en los atrojes la abuelica Bizcocha.  Atrojes llenos de grano que su dueña pudo vender o cambiar a cambio de pasar sus últimos días con cierta calidad y sin embargo no toma esa determinación.
La reacción del ser humano es imprevisible. Unos dirán:
“Amí me toca una herencia y me desplazo donde sea, … y como sea.”
“Otros dirán ha pasado abandonada toda su vejez ir a por el dinero, …”.

Como dice el título: “Hay gente pato”
  Rafael el Gallole presentaron a José Ortega y Gasset. El genio sevillano preguntó quién era «aquel gachó con pinta de estudiao», a lo que le respondieron: «Es filósofo». «¿Filo qué, ezo qué e?», dijo el matador.
Alguien le explicó en qué consistía tal profesión, que era un señor que analizaba el pensamiento de la gente, que escribía doctrinas orientadas a conocer mejor el obrar de las personas. El Gallo, estupefacto, guardó silencio unos segundos. Hasta espetar con gracia:«Hay gente pa tó».

 (Lo he copiado  ABC)

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