sábado, 25 de septiembre de 2021

 


Vivir con los pájaros en los árboles.

¿Cómo son capaces de subir la sabia hasta más de cuarenta metros cada árbol o palmera para que crescan sus hojas?. ¿Cómo son capaces de repartir la sabia a cada hoja por igual se encuentre a la altura que este?. ¿Cómo sus raíces son capaces de tener preparada la sabia que necesita cada árbol estén saturadas en agua como en la sequedad?.

Tumbado en la hamaca de la terraza en la mente me aparecen no lo que  he vivido con el paso de los años, los recuerdos;  lo que esta en mi mente, es lo que hay a mi alrededor, la mirada a lo que está ami alrededor, hace que me ocupe en ello, lo que me rodea. Me siento un priviligiado de vivir donde vivo los últimos años de mi vida y no en un piso de un bloque de viviendas.

Hace veinte años  o incluso muchos más ya deje en la tierra escrito lo que yo quería que me rodease cuando pasaran los años. Lo de sembrar árboles lo tenemos escrito en nuestra mente todos aquellos que nacimos y los primeros años de nuestra viva hemos vivido en un pueblo. No somos capaces de adaptarnos a vivir en un piso de un bloque en una ciudad. Bien es verdad que el vivir en un determinado sitio no depende solo de nosotros, depende de lo decidido en la familia. Es el ejemplo de nuestro paisano Antonio Tomillo.

Me llega a la mente el caso de mi paisano Antonio Tomillo que ya cerca de noventa años tambien dejo escrito sobre la tierra lo que el quería que fuese sus últimos años. En un cortijo a veinte kilómetros de donde vive dejo escrito el huerto que el quería que naciese todos los años, las brevas, las almendras,... los nidos de golondrina, los olores que le tenían que llegarle cuando él estuviese sentado, descansando.

Llegan a mi mente los nombres de otros paisanos que no pondré el nombre de todos tan solo el de Paco Ruiz y Antonio Blanco que en cierta medida proyectaron como tenia que  ser y donde pasarlo sus últimos dias de vida que para eso sembraron el huerto donde ellos darán los pasos de su vejez y rodeados de árboles, dejar sus huellas.

La edad que teníamos nosotros cuando empezamos a sembrar es la edad que ahora tienen nuestros hijos y fuera del ambiente de pueblo  los mas jóvenes, mis hijos y la de tantos ni se les pasa por la cabeza el ir preparando esa tierra donde pasarán la vejez. Si donde vivimos o donde viven cada persona pudiesen sembrar árboles para estar rodeados de ellos, esta sociedad sería muy distinta.  Su vinculo con la tierra ha desaparecido. La tierra para la generación acutal es la especulación. La palmera, la higuera, el armez, la viña, ...., señalar donde sembrarán todos los años el huerto, esta generación presente tiene su mente en otro sitio y lo de sembrar si es que se siembra que lo hagan otros. A cada ciclo de la enseñanza se le incorpora otro matiz (la convivencia, la contaminación, la ...) para adaptar a los alumnos a la sociedad en la que viven. Ni ha aparecido y tiene que pasar muchos más años para que se incorpore a educar a los alumnos en la siembra de árboles, de plantas y como  cuidarlos. La sociedad en la que vivimos se ha planteado que uno hace tornillos, otro bloques de pisos, ... y otro sector que siembre árboles y plantas. Creo que no debe ser así. Sembrar árboles no es una profesión. Sembrar es como criar a nuestros hijos, hay que seguir su crecimiento y estar pendientes de ellos toda la vida mientras se viva.    

Que cuando uno se muera,  las cenizas las expandan por  ese trozo de terreno es seguir viviendo mientras las plantas sigan vivas o desaparecer cuando el terreno se haya convertido en un desierto.

Sentado sobre mi hamaca siempre tenemos algo que decirnos las plantas, los pájaros que van de un árbol a otro volando y yo con ellos con la imaginación. Las palmeras para mi son seres que pueden estar con sus hojas secas cortadas, que solo quedan las hojas verdes y aparecer el esqueleto o seguir las hojas donde quedaron en el crecimiento,  que significa que su mente no esta vía que esta llena de recuerdos. Las palmeras con la cabeza llena de brotes que periódicamente los van sustituyendo yo me parezco a ellas y las hojas secas son los  recuerdos que no tienen porque ser eliminados ni retirados como basura. 

Los miracielos, los acebuches los jazmines que ahora me regalan un ramo de esas flores blancas que huelen a biznaga de Málaga cuando me encuentro con ellos. Los frutales de kakis, limón, mandarina, membrillos y los nísperos que son los árboles que tienen asignado la época en la que tienen que dar su frutos para ofrecerte y regalarte sus  sabores únicos. Son muchos más arboles los que están en mi  huerto que cada mes del año me regalan sus frutos pero vuelvo a las palmeras que ellas son las que dan el alimento a la urraca, al mirlo al gorrión y la tórtola, son los pájaros que siempre se están moviendo de una rama a otra para preguntarme: ¿Qué  haces.?. ¿Qué piensas?. Cuando quieras te puedes venir a volar con nosotros

Sigue, háblale a los árboles y a los pájaros si es que los ves desde tu terraza.


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