SI ME
TENGO QUE DEFINIR SOBRE LA PEPA
Mi amigo Luis Martín me ha mandado un correo de nuestro
profesor José Antonio y como siempre, me induce a buscar información para
tener una visión más amplia de todo lo
acontecido y lo que queda sobre La Pepa en Cádiz la Constitución de Cádiz.
La
Pepa benéfica
José Antonio Hernández Guerrero
Estos
momentos –en los que ya hemos pasado el ecuador del “ilusionante” 2012- pueden
ser los propicios para que realicemos un balance provisional del grado de
cumplimiento de aquellas estimulantes promesas que a muchos nos hicieron soñar
con un reparto más justo y más equitativo de sus posibles beneficios. A mi
juicio, hemos de evitar un paralizante catastrofismo y un ingenuo triunfalismo.
Si es cierto que Cádiz no estrenará este año un nuevo
perfil urbano, económico, social y cultural, y que “El Doce“ no ha servido para
dotar a la Provincia y a la Capital de nuevas infraestructuras como, por
ejemplo, la llegada del tren de alta velocidad o ni para culminar ese segundo
puente sobre la Bahía, que se convertiría en un emblema de la capital; si,
también es verdad que el 2012 no ha sido un revulsivo social, ni aquella divisa
del profundo agradecimiento de todo el Estado a ese “espíritu de un Cádiz,
moderno, generoso y benéfico”, también hemos de reconocer que aquí han tenido
lugar unos relevantes eventos como, por ejemplo, el reciente Seminario sobre
“La Historia olvidada de la Constitución de Cádiz”, la VIII Bienal
Iberoamericana de Arquitectura y la próxima celebración de la XXII
Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y de Gobierno. No podemos menospreciar
tampoco la restauración del Oratorio, la creación del Centro de Interpretación
de la Constitución de 1812, la inauguración del Espacio de Creación
Contemporánea y la Exposición del Señor de Sipán.
¿Recuerdan ustedes cómo,
en las fechas previas, los líderes políticos pugnaban para repartirse la
“tarta” y discutían acaloradamente sobre ¿quién debía repartirla? ¿cómo se
debía repartir? y ¿quién recibiría la mayor parte? Ahora, cuando se ha llegado
a la conclusión de que la “tarta” es muy pequeña, son escasos los que se
deciden a responsabilizarse de su distribución y, aún no aparecido quienes
–haciendo una elemental autocrítica- reconozcan que se equivocaron haciendo
aquellos cálculos tan beneficiosos. Lo cierto es que, por culpa de la crisis y
de otros muchos factores que deberíamos examinar, aquel lujoso buque se ha
convertido en una mera patera en la que no caben, como ocurre casi siempre, los
menos favorecidos.
En mi opinión, el
resultado más rentable de la celebración del Bicentenario de la Pepa debería
ser la aplicación de las principales lecciones éticas, sociales, solidarias y
“benéficas” que, como es sabido, sólo fueron papel mojado en aquella festiva
fecha de 1812. El balance sería positivo si, en ese examen, tras contabilizar
las actividades festivas y evaluar el grado de cumplimiento de las promesas y
de los proyectos anunciados a bombo y platillo, ahora –a mitad de la carrera-
llegamos a la conclusión de que, al menos, merecemos aprobar las lecciones
políticas, éticas y sociales, aquellas “piadosas intenciones benefactoras” que
la Carta Magna contenía.
Los comentarios que
escuchamos sobre el exiguo grado de cumplimiento de aquellas ilusionantes
promesas que, con la mejor voluntad, sembraron los responsables de las diversas
instituciones políticas suelen olvidar unas cuestiones que, a mi juicio, son
importantes. Me refiero, en esta ocasión, a la atención preferente que merecen
esos ciudadanos que, por sufrir algunas minusvalías, tropiezan con serias
dificultades para disfrutar de unos eventos que, probablemente, no se repetirán
en nuestra Ciudad y Provincia. Como se insiste hasta la saciedad, la
Constitución de Cádiz de 1812, derivada de la soberanía nacional y orientada a
consolidar derechos humanos universales, ha adquirido un valor casi
mítico, como perdurable símbolo de libertad, de justicia y, también, de
“beneficencia”.
Ni en estos
momentos resulta estimulante visitar Cádiz (aunque nunca como ahora es cierto
el dicho de ser LA TACITA DE PLATA y por ello perderse por sus calles) para
comprobar lo prometido por los políticos al celebrarse el 200 aniversario, ni tampoco
levanta el ánimo leer lo escrito por: Juan Van-HalenMartin Hume, el historiador inglés tan conocedor de la realidad
de la época. Lo que más me ha llamado la atención es lo que destaca, Jean Detox en marzo 21, 2012 a las 10:54
Dos siglos después, han
nacido 29 estados o territorios:
* 17 estados independientes en América
* 1 estado en Asia: Filipinas
* 1 estado
en Oceanía: Palau
* 7 estados miembros de los
EE.UU.: California, Nevada, Utah, Arizona, Nuevo México, Texas y Florida,
* 1 estado libre asociado en
los EE.UU.: Puerto Rico y
* 2 territorios no
incorporados en los EE.UU.: las Marianas y Guam, en el océano Pacífico.
Pero después de leer y releer, si me tengo que definir
con que Pepa quedarme, sin dudarlo me quedo con las dos horas de espectáculo viendo
a Sara Baras, la Niña de la Isla interpretando a su paisana, la Pepa.
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