domingo, 11 de noviembre de 2018

Jureles asados


La copla de El emigrante de Juanito Gualdarrama. Escrito en el 1949, yo también la he cantado con la boca cerrada muchas veces cuando me fuí nada más terminar la carrera para encontrar un trabajo a Barcelona. Mi mujer y yo llegamos a las tres de la mañana y la familia de Fernandez a esa hora nos estaban esperando para acogernos.
Yo soy un pobre emigrante
que TRAIGO a esta tierra extraña,
en mi pecho un estandarte, ...
En un pequeño patio de un bloque de viviendas la mayoría ocupadas o abandonadas, en el barrio más trético de la ciudad donde viven, en Algeciras, me llema Fátima ya que termina de llegar de su trabajo de la mejor pastelería de Tarífa. Cuando llego estaban comiendo los tres jóvenes jureles asados y de primero lentejas. Pues menos mal que tienen comida y alojamiento puesto qué; ya conocí a marroquíes que llegaron a Algeciras (el año actual se han superado todos los recor en emigrantes que un porcentaje seguro importante no tienen resuelto el tema de comer y dormir todos los días), sin conocer a nadie, la comida era cazar palomas en la Plaza Alta o en el parque y comérselas asadas. Que vida más complicada les espera a todos esos que sueñan con llegar a Europa. Las tórtolas que están en las palmeras de mi casa se comen el pienso de mi gato que es a base de poyo con pescado. En el río que hay cerca de mi casa hay un gran número de patos que son alimentados todos los días por el pan que se le pone duro a los vecinos. Otro dato que está diciendo la tva: Los andaluces tiramos a la basura al año 60 kilos de comida.
Fátima se encuentra totalmente desbordada ya que es madre soltera y de sus dos hermanas que viven también en Algeciras, mejor no escribir nada. Nada más abrir la puerta se encuentran con otro más (y ya son tres), que le entra por la puerta pidiendo poder comer y dormir después de haber pasado el Estrecho de Gibraltar en algo que flotaba. En una patera. Ya tenía dos hermanos dentro de casa con cerca de los treinta años y le llega un vecino de la casa de su madre en el pueblo de Marruecos y amigo de sus hermanos que según la anfitriona de la casa no tiene ni padres ni familiares en su pueblo. Otro treintaañero que llega huyendo de su tierra y pensado que una vez en Europa la vida le cambiará: ¿A mejor?.
Me cuenta que la llegada de estos jóvenes es como consecuencia que el gobierno de su país está reclutando jóvenes para el ejército y llevárselos al Záhara. Lo cierto es que Marruecos se esta quedando sin jóvenes, me dice Fátima. Lo comprueba cada vez que vuelve a su pueblo y ve que hay menos gente por sus calles. Lo mismo que pasó en Benínar cuando la mayoría de los jóvenes decidieron marcharse a Cataluña. A las minas de Figol en Cataluña. Recuerdo una canción de los carnabales de principio de los sesenta de mi pueblo que decía: "En Benínar no hay mozos porque se han ido todos a Figo, los tres de Barbarica, el de José Bargas y Vicentillo, ...".
Papeles. !Papeles!. Solo dispone uno de ellos y además parece ser (la documentación que dispone no del todo fiable) que no son de confianza. Es decir que hasta que no justifiquen que llevan en España tres años consecutivos nadie les puede contratar. Son ilegales. En cualquier momento tropiezan con la policía y los pueden expulsar de forma inmediata.
Los contactos que tiene Fátima (lo mismo que todos los benineros tenían y tienen, era tener controlados a sus paisanos en Cataluña, donde viven y donde trabajan); son los marroquíes en salen o entran a Europa por el puerto de Algeciras a cualquier país de Europa. Ha encontrado; localizan a dos mujeres que tienen que pasar por el puerto. Una que va con dirección a la provincia de Almería en concreto a Adra y otra con dirección a Bélgica. Después de una semana me encuentro con ella, Fátima y me dice:
- El vecino sin familia y mi hermano el mayor, se marcharán para Bélgica a trabajar en la construcción y de la paisana que va para Adra, no me fío por lo que me ha contado el trabajo que tendría que realizar mi hermano trabajando en los invernaderos. Continua diciéndome: Te pido que me acompañes a un abogado que se dedica a temas de legalidad y es donde acudimos todos los marroquíes que estamos en Algeciras. Imposible encontrar un trabajo en el Campo de Gibraltar para un joven de veintitantos años. No quiero que estén en mi casa encerrados las veinticuatro horas por temor a que lo coja la policía, ni que terminen, todo el día en la calle y al final pueden que caigan en el tema de la droga como ya han terminado dos hermanos estando en la cárcel unos cuantos años.
Ya te contaré el dinero que hay que tener para poder plantearse salir de Marruecos y después encontrar un trabajo.
Las negociaciones para decidir salir de Marruecos una vez que se decide salir de la tierra donde te has criado son idénticas a las ejercidas por los benineros que salíamos de La Alpujarra con dirección a Cataluña. Bueno la palabra "idénticas" no es del todo correcta puesto que los que nos fuimos a trabajar a Cataluña, nuestros paisanos nos recibieron abriéndonos la puertas de su casas y el tema de obtener una cantidad de dinero por hospedaje y recomendación para conseguir un trabajo en aquellos tiempos ni se mencionaban.
Pensando en el aburrimiento de estar casi todo el día encerrados en casa por temor a que se encuentren con la policía por la calle y los devuelva de inmediato, un tema que les propongo es darle clase de español todos los días. Que el tiempo lo inviertan en estudiar.
Les llevo el primer día una libreta y un bolígrafo para ver como son capaces de rellenar su currículum. No están preparados para rellenar un folio especificando que saben hacer o porque trabajo han pasado. Los rostros de impotencia de los tres es palpable. Se levantan con frecuencia de la mesa donde estamos y no saben donde ir. Toman conciencia que están en España y no saben su lengua. Decido pasar a que copien todo aquello que yo escribía. Intento que Fátima este entre nosotros para facilitar la traducción del castellano al marroquí. La hermana al ver el rostro de sus hermanos, prefiere que debemos de dejarlo al menos por hoy.
Cuando estaban en su tierra fueron contaminados (García Márquez indicó en Cien aÑos de Soledad, que fue una determinada mosca la que contaminaba a la población, ...), por una determinada mosca, los jóvenes, apenas duermen, apenas comen, solo se relacionan los que ya están contaminados, y entre todos van programando la forma de llegar a Europa. Ya están en ella y ahorra está en su cabeza una impotencia, una confusión que ya se equivocan hasta cuando tienen que saludar. ¿Como hacerlo?. ¿Como lo hacemos, como saludamos, como en Marruecos a las personas que nos simpatizan?. ¿Cómo se saludan los amigos en España?. El más pequeño de los tres está tan traumatizado, que Fátima dice que ese hermano no se mueve de su lado.
El lenguaje no verbal me hace pensar, lo leo en sus rostros, la impotencia que tienen los tres:
Con la impotencia del agua que cae sobre la rueda de un molino parado.
Con la impotencia del granado que estaba lleno de flores y los granizos, el agua, las tiró al suelo.
Con la impotencia de estar en la flor de la vida y estar todo el día encerrado en un piso, un bajo por donde no entra ni el sol ni las personas.
Con la impotencia de querer regalar las fuerzas de sus manos y no disponer de cemento que una esas piedras.
Con la de abrazos que tienen acumulados y buscan a quien regalarlos y no encuentran a nadie que los quiera.
La tristeza los envuelven como le envuelve el sol, el aire, al ir por las calles, las aceras y se mete con ellos en la casa forzándolos a estar con ella, sin saber cuando se va y dejar cerrá la puerta.

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