domingo, 1 de abril de 2012

QUISIERA SACAR DEL PECHO

Casualmente hoy, que empieza la Semana Santa quisiera estar en la de mi pueblo, Benínar. Preferiría ir en procesión (cuando a la Inmaculada de mi pueblo, vestida para la ocasión de dolorosa), donde nací, que ir a tan solo hora y media de donde vivo que sacan a la Esparanza Macarena o la Amargura de Málaga. En la ciudad donde vivo El Medinaceli, el Señor de Algeciras.
Preferiría la procesión de Semana Santa de mi pueblo, en La Alpujarra, cuando se sacaba a un niño Jesús (por no tener en la iglesia ningún crucificado), que ir a Málaga estando tan cerca ( la capital donde nació mi mujer, donde nació mi hijo el mayor) para ver sacar al Cristo de Mena por los legionarios de la iglesia de Santo Domingo.
¿Porqué me quitaron el pueblo para construir un pantano, que está vacío, que no se puede llegar al estar lleno de boquetes por donde se escapa el agua, …?.

Ay mísero de mí, y ay, infelice me siento!.
Apurar, cielos, pretendo, ya que me tratáis así qué delito cometí contra vosotros naciendo; aunque si nací, ya entiendo qué delito he cometido. Bastante causa ha tenido vuestra justicia y rigor; pues el delito mayor del hombre es haber nacido en Benínar.

Hoy precisamente Domingo de Ramos (que en Benínar se decía: que el que no estrenaba algo se le caían las manos), me encuentro en mi salón, en mi butaca, totalmente solo y lleno de recuerdos. Si estuviese en mi pueblo, ¿cómo iba a consentir mi madre que estuviese solo, estando el pueblo entero en ebullición, todos estrenando ropa, de bar en bar, …).

Sólo quisiera saber para apurar mis desvelos (dejando a una parte, cielos, el delito de nacer), qué más os pude ofender para castigarme más. ¿No nacieron los demás? Pues si los demás nacieron, ¿qué privilegios tuvieron qué yo no gocé jamás?.

¿Acaso no vuelven todos los capitalinos a su pueblo, a su casa, donde nació y correteó por sus calles, donde están los recuerdos de su infancia?. ¿Acaso no acuden a La Alpujarra entera todos sus hijos repartidos por toda la geografía nacional, a sus casas y sus pueblos, todos están llenos de gentes y de recuerdos?. ¿Cuál es la razón de escoger a Benínar de todos los pueblos alpujarreños, para destruirlo, que no quedase piedra sobre piedra?.

Nace el ave, y con las galas que le dan belleza suma, apenas es flor de pluma o ramillete con alas, cuando las etéreas salas corta con velocidad, negándose a la piedad del nido que deja en calma; ¿y teniendo yo más alma, tengo menos libertad?.

Para más cachondeo, para más sufrimiento, por estas fechas donde vivo, llegan todos los años por esta fecha todos los ruiseñores y comienzan a cantar día y noche, que en vez de disfrutar de sus trinos, de sus cantos, para mí es un recordatorio de los que llegaban a Benínar, anidaban en todas las alamedas del río, por toda la vega y que además mi pueblo entero olía a azahar, como las calles de la ciudad donde vivo.
¿Qué delito cometieron los benineros para ser expulsados de su pueblo, de su entorno con el argumento que el Poniente de Almería necesitaba agua para el llamado progreso?. Seguro que Calderón de la Barca, para escribir esta desgarradora poesía, que he colocado en éste escrito, escuchó los lamentos de un alpujarreño, como yo, que por aquellos tiempos fueron expulsados de sus pueblos.

Termino:
En llegando a esta pasión, un volcán, un Etna hecho, quisiera sacar del pecho pedazos del corazón.