jueves, 27 de enero de 2011

1793-1798 JUAN DE DIOS AYUDA.


Hasta que no he llegado a la página 122 del libro (que tiene 794), publicado por el Instituto de Estudios Almerienses: Almería vista por los viajeros De Münzer a Pemán (1494-1958) no he encontrado nada relacionado con Benínar.

Es el viajero Juan de Dios AYUDA, especializado en examen de las aguas medicinales que hay en Andalucía entre el 1793-1798 llega hasta las Fuentes de Marbella. En su escrito nos da a entender que viaja de Adra a Ugijar.

“Las fuentes que llaman de Marbella están en el mismo camino que lleva de Uxíjar a Adra, y a la distancia de dos leguas y media de uno y otro pueblo”.

“Es verdad que todo aquel sitio es muy templado y ameno, pues además de los sembrados y huertas que proporciona el riego, no faltan chopos, álamos negros, morales, higueras y varios de los sauces, que le dan frondosidad y hermosura, para lo que contribuyen bastante las muchas adelfas de que están pobladas aquellas riberas”.

No menciona para nada de las personas o animales que se ha encontrado por el camino. Tanto este viajero como todos los que me pueda encontrar en dicho libro “presiento que el tema social no merece la pena mencionarlo”. No merece la pena mencionar puesto que a las personas que van dirigidos sus escritos la forma de vestir, si presentan o no desnutrición, si se alejan o se acercan a los recién llegados, si avisan a los demás del pueblo para que acudan, si están lavando o lavándose en sus aguas trasparentes, el cómo reacciona una población aislada ante la presencia de un viajero, esa descripción en aquellos tiempos no interesa. A estos viajeros se les nota que les hace falta enterarse que los alemanes e ingleses se están preparando para inventarse otra forma de escribir, el romanticismo o que Camilo José Cela visitase La Alcarria. Tiempo tendremos de profundizar más en éste tema y me centro en toda aquellas plantas que se encuentran en la rivera del rió.

No menciona para nada las cañas cuando dicho vegetal ha representado tanta utilidad para los benineros. Las cañas se utilizaban para la construcción de todo tipo de cestos para llevar y traer al campo. Todos los techos de las casas era imprescindible los troncos de chopo como vigas o travesaños para formar el techo, pero imprescindibles las cañas, las adelfas y la launa. Las cañas, imprescindible para que las plantas de judías no pasasen el verano arrastrándose por el suelo. Igualmente sin las cañas los tomates estarían en el suelo. Las que se utilizaban para barrear, almendras, olivas y sobre todo para formar el artilugio para coger las brevas de las puntas donde no llegaban las manos. Las cañas eran el recurso más importante para que la chiquillería inventase artilugios pata sus juegos.

Me da la impresión que el viajero confunde el sauce con el mimbre, puesto que un sauce es ornamental (lo que se sembraba en Benínar era en base a su fruto o utilidad) mientras que del mimbre de sus tallos, los gitanos que pasaban por el pueblo construían cestas y canastos pero sobre todo las canastas donde las mujeres guardaban los útiles de costura.

Lo que si refleja, que resulta sumamente interesante, es que durante el verano el río se secaba. Esto da a entender que el problema eterno que siempre tuvieron los benineros por el reparto del agua en los meses de verano ya existía cuando el viajero que estudiaba las fuentes Juan de Dios Ayu paso por el río frente a Benínar.

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