Me imagino a un beninero sosteniendo en un brazo una zambomba, y con el otro haciendo espavientos, cabreao, armando el taco y diciendo:
¿Pero tú que te has creído azafata de Bielorusia o de donde tu madre te trajo al mundo que no puedo llevar como equipaje una zambomba?.
Más o menos ha tenido que pronunciar nuestro paisano (alpujarreño y por más señas beninero) Juan Gutiérrez en un vuelo desde Granada a Barcelona al ver dicha azafata dicho instrumento musical por primera vez en las manos de un pasajero. La cara de la azafata al ver dicho aparato me la imagino. Si llega a ser una azafata nacida en el barrio de Santiago de Jerez, seguro que se hubiese cruzado de brazos y hubiese mostrado una de sus mejores sonrisas al ver llegar a un pasajero con aquel artilugio navideño. Seguro que durante el trayecto, a nuestro paisano en esos momentos de monotonía que tienen los vuelos, la jerezana hubiese cogido la zambomba, hubiese giñado el ojo a Juan y en el reservado del personal de vuelo hubiesen montado una zambobada como se monta en Jerez por estas fechas. Por supuesto que dicho instrumento lo hubiese tocada quien lo ha visto tocar desde que estaba sentada en la sillita, en el carrito, cuando sus padres o abuelos la llevaban a dichas fiestas. Quien lo ha mamado desde chiquitit@.
Amigo Juan que una zambomba no se aprende su manejo en un conservatorio, que se aprende en la calle y que además tienes que ser un virtuoso, (como los violinistas o los pianistas) un dotado para que dicho instrumento suene a ritmo y compas. Que una zambomba se tiene que tensar para cada actuación, como ponen las cuerdas con sus acordes los guitarristas.
Por esta tierra donde vivo, con una zambomba no se forma un coro de villancicos, pero sí, si se quiere salir a la calle a dar la murga a los vecinos y familiares, el que está dentro de la casa, el dueño, es el primero que se levanta para decir: Mi silla para el zambombero. Si no ve el de la zambomba, ni se levanta.
Para las próximas navidades te propongo que programes otros cuatro días para te vengas a mi casa y asistamos a las zambomdas que se montan por estos lares. Te lo digo como buen amigo, ya que te has llevado la zambomba pero te has dejado las instrucciones de su manejo: ¡Seguro!. ¡Que los benineros no sabemos tocar la zambomba con ángel!. Y no quiero mencionar lo de llevar las palmas al compas.
2 comentarios:
Lo que puede dar de si una zambomba...muy gracioso tu escrito,aunque me he acojo..do cuando la azafata me invitaba al reservado para tocar el instrumento.
Gracias por la invitación. Seguro que volvería mas animaiyo que este año...lo notaste de seguida.
Un abrazo para ti y Santi.
Juan Gutiérrez.
Juan me esperaba de ti dos reacciones:
- Un "moquetazo" merecidísimo.
- Que te "acojo ...", con lo de la azafata. Creo que bien razonado no creo que María te dejase que te marchases solo.
Un abrazo.
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