Además de los problemas que fueron apareciendo
durante todos los años de existencia del pantano de Benínar y que ninguno se ha
resuelto, ahora el delegado territorial en la materia dice que tiene problemas de “aterramientos”. Solicito
información al diccionario y me da tres posibilidades: Acumulación de tierra.
Terror. Humillación. Los benineros tenemos entendido desde que nos lo decían nuestros abuelos, la primera
solución no es, puesto qué, quien ha aportado las tierras para la construcción de todos los bancales y paratas que había en el pueblo siempre
fueron las llovías y el delegado dice: … , "porque si el año se
presenta seco podemos tener graves problemas de 'aterramientos'". ¿Será
la palabra terror?. Si es así, es el terror que puede aparecer, que siempre
están presentes en la cuenca baja del
río, si apareciese una tormenta de las ya conocidas por los benineros y por los
abderitanos. La palabra que reune lo que quería expresar el delegado es la palabra
“humillación para los benineros”. Es lo más parecido a la realidad. Es lo que yo siento, humillación cada vez que sale
cualquier noticia sobre el dichoso pantano. Me siento humillado al realizar una
obra con la intención de aportar agua para los invernaderos del El Ejido, que
digo un pueblo para todos los del Poniente Almeriense e incluso para abastecer
a la capital, y dicha construcción ha sido un fracaso. Nos lo vendieron en aquellos días de las obras que el pantano sería lo fundamental para el progreso del Almería y visitando
las hemerotecas se puede comprobar, y según las estadísticas de los casi 500
hectómetros cúbicos que se gastaron en la temporada agrícola del 2012 al 2013, (el año que llovió tanto) tan
solo aportó el pantano 15. Con estos datos que dan las estadísticas en vez de
sentirnos los benineros orgullosos de aportar nada más y nada menos que todo el
agua que necesitan los invernaderos, los datos nos dan argumentos para
sentirnos de todo menos orgullosos por nuestra aportación.
Todos nos sentimos
orgullosos de aportar según nuestras posibilidades (a los benineros nos
expulsaron de nuestro pueblo) lo que necesita un proyecto que aporta beneficios
a la comunidad. Después del tiempo transcurrido y ver que dicho proyecto le han
aparecido grietas y se escapa el agua, (es el argumento que se dan cuando abren
las compuertas cuando llueve en la zona) es tanta la que se pierde que el
presupuesto del arreglo supera casi los costes de la construcción de la presa. Es
tanto el importe del arreglo que nunca (dudo que se tengan localizados por
donde se va el agua, ya que, antes de la construcción de la presa estuvieron
dos años haciendo perforaciones para analizar el subsuelo) se dispuso de dicha cantidad de euros
ni nunca se tendrán. Que la tierra acumulada es tanta que se utilizará (existe
un reportaje donde la alcaldesa de Adra tocaba las palmas de contenta por la llegada
de muchísimos camiones de arena) para aumentar las playas de Adra. Que
cualquier pozo de la zona aporta casi la misma cantidad de agua que aporta la
presa. Son tantos los errores cometidos en su construcción, que la aportación
de cada beninero nos da de todo menos satisfacción. Aportamos nuestras casas, nuestra iglesia, nuestras calles, donde transcurrió nuestra
niñez, juventud y todo lo relacionado
con nuestras raíces. !Ay!, señor delegado si usted supiese.
Seguro que el delegado se
equivoca utilizando la palabra “aterramientos en el pantano de Benínar”.
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