jueves, 9 de enero de 2014

Buscando el "tío pepe" de La Alpujarra.



En mi última visita realizada a la zona del Cerrajón de Murtas, me encontré que en La Alpujarra empiezan a comercializar espumosos cinco bodegas, que por supuesto no sé si describirlos como champán o como cavas sin meter la pata. 
En el año anterior me invitaron a una vendimia en Laujar del Andarax y el lugar donde está colocada dichas viñas en una loma, es realmente bello contemplar aquel llano lleno de viñas y al fondo la sierra. Saco este dato porque en aquella ocasión saqué la conclusión que son bastantes los dueños de los invernaderos que parte de los beneficios sacados de los invernaderos son invertidos en dotarse de una bodega para tener vino propio en primer lugar, pero también para invitar a los amigos cada vez que se tercie, para comerse un choto y unos tragos de vino. Estando allí contemplando aquel paisaje lleno de colores me preguntaba: ¿Llegara de esta procedencia las inversiones que siempre faltaron en toda La Alpujarra para promocionar sus productos?.
Cada vez que he visitado (que fueron unas cuantas y unos cuantos brindis) en la zona donde vivo las bodegas de Jerez , San Lucas, Puerto de Santa María y Chiclana, sin duda alguna las que tienen la mejor solera de España, en cada visita siempre me he preguntado: ¿Cual es la razón que la zona de Cádiz tenga tanto y La Alpujarra tan poco cuando ambas zonas se colocaron en la línea de salida en el siglo XIX, cuando apareció la filoxera?. Cuando me refiero a tanto, me estoy refiriendo a la de cientos de botas, cientos de miles de litros que tienen almacenadas las bodegas más importantes de la zona; mientras que en un paseo por La Alpujarra el viajero no se encuentra con bodegas tanto por los pueblos como por las carreteras, por ello los bodegueros alpujarreños poco es el vino que han almacenado en todo ese tiempo de cultivo. En nuestra zona no existen esos tres toneles donde dicen los gaditanos radica la esencia, la solera y la crianza de todo buen vino. 
De nuevo me llega a la cabeza otros dos extremos, el minifundio y el latifundio. ¿Se podrá transformar el minifundio en todo el Cerrajón de Murtas o en toda la zona del Andarás?. ¿Nacerán cooperativas como han nacido en el Poniente de Almería para enfrentarse de otra manera a la producción y venta del vino?. 
En la última visita realizada a la bodega del Tío Mateo, el guía hacia bastante hincapié en la tradición de unir siempre bodega y apellidos. Nos decía que son tres generaciones enteras unidas y trabajando dentro del negocio familiar.  En este sentido recuerdo que a Benínar llegaban los pellejos de vino (los mismos envases a los que se enfrentó don Quijote de la Mancha) las damajuanas metidas en cestos de caña o de esparto  a la taberna de Antonio Campoy, que eran dos los apellidos que se encargaban del reparto. Los  que llegaban de Ugijar y los que llegaban de Fondón. ¿A que se dedicarán aquellas dos familias que copaban el mercado del vino desde el mar hasta la sierra en toda La Alpujarra?.  
Como olvidar las botas y los porrones que se llenaban en forma de derroche en estos días en los que se mataban los cerdos; aquellas matanzas beninerasque duraban dos días y era la época del año en la que cada familia era protagonista en función del número de cerdos sacrificados y de las arrobas de vino que se compraban.  
Cada vez que me encuentro en el supermercado con las botellas de anís, cierro los ojos para trasladarme a mi pueblo para estar en la matanza primera que recuerdo, la de mi abuela Mamanona. Al amanecer antes de comenzar las faenas, había que tomarse una copita de anís, carraspear, coger un puñado de higos, remangarse la camisa por encima del codo y esperar órdenes.            
Todo esto que escribo me lo ha traído la botella medio vacía de anís que está encima de la mesa que  le coloco un mandil  donde pone, anís regalao, (por la destilería que tenía Andrés el Regalado en Benínar) y el vino que se consume en estos días en mi casa la botella que está en la mesa también tiene un mandil donde pone: Bodegas Reinoso.
Le pediré en la próxima carta a los Reyes Magos que en la Puerta Purchena de Almería aparezca una gran figura con forma de botella encima de cualquier edificio donde ponga el título que identifica el tío ... que identifica el vino de toda La Alpujarra. 
  

 “En el 1835 con 23 años el tío pepe de jerez comienza a sembrar y cosechar su brandy. En el 1856 ya estaba vendiendo dos  millones y medio de botellas en Inglaterra”. 

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