En uno de
los trancos que existen en todos los pueblos de La Alpujarra, donde se sientan
los vecinos para charlar, una persona mayor con ganas de conversar, al ver que
paso por delante de él me pregunta:
-
¿De
dónde es usted?.
-
De
Benínar.
-
¡Dios!.
¿De ese charco que se ve a lo lejos?.
-
Sí
señor. Allí me bautizaron y allí pasé mi niñez y mi juventud.
-
Si
no lleva prisa podía sentarse a mi lado para hablar, ya que los alpujarreños
cuando nos ponemos a charlar, no tenemos que ir explicado, cada dos por tres lo
que significa cada palabra.
¿No le han preguntado alguna vez que son las migas?. ¿Ud. Cree que con decir: Aceite, agua y harina se ha
dicho todo?. Con lo que ha significado un plato de migas para los alpujarreños.
Por él me fui a trabajar a Alemania y por él volví.
Pega un
brinco, se gira y me dice:
-
¿No
será usted., un político?.
-
No.
Un simple jubilado de muchas cosas.
-
También
es verdad, ya que no estamos en tiempo de elecciones y por ello no suelen aparecer
por estos pueblos. No sé cómo le he
podido confundir.
Yo recuerdo un día en la que la gente comenzó a llegar a la plaza del
pueblo, tantas como cuando son las fiestas.
Cuando me enteré de la razón del revuelo en el pueblo yo le decía al que
me encontraba:
!No veas!. Se van a poner moraos. Les va a salir el jamón por las orejas.
Pues resulta que se iba
diciendo de boca en boca por todos los pueblos de La Alpujarra:
“Han llegao unos cuantos
señoricos de la capital, y al parecer, se cuenta, se dice, bla, bla, bla,… “.
Se mete la mano en el bolsillo el alpujarreño
y me da un recorte de periódico. En él ponía entre otras cosas:
Unos
30 millones de euros son los fondos públicos que prevén invertir la Comunidad
andaluza y la Administración del Estado en los 63 municipios de la comarca
almeriense y granadina de la Alpujarra, con la ejecución del Plan de Zona a
Revitalizar contemplado en el Programa de Desarrollo Sostenible del Medio Rural
2010-2015
A
la reunión, presidida (…) por la directora general de Desarrollo Sostenible del
Medio Rural, han asistido el delegado de la Consejería de Agricultura y Pesca
de la Junta, (…) representantes de la
Administración General del Estado y de la Diputación, del Grupo de Desarrollo
Rural Alpujarra-Sierra Nevada y agentes socioeconómicos.
¡Anda ya!, (me dice mi compañero de asiento
que le decía a sus paisanos). Sois más inocente que las Ánimas Benditas!. Esos
políticos que vienen a La Alpujarra es
para jincarse un buen plato alpujarreño. Yo fui a hablar con el alcalde y le dije:
-
Cada vez que salgo o entro del
pueblo para ir al huertecillo me juego la vida. Me va atropellar un coche. No
existe una acera. ¿Qué pasa con un médico en el pueblo?.
Tan solo esas dos cosas y os
dejáis de pamplinas.
¿Sabes lo que me contestó elpamplinas
del alcalde?, que me fuese a vivir a El Ejido que allí tengo hasta hospital.
Me siguió diciendo mi compañero de tranco que
él sabía tres idiomas como todas las personas mayores del pueblo ya que todos
fueron emigrantes y que él tuvo la suerte de ir invirtiendo sus ahorrillos en reformar
la casa, comprar un huerto y ahora vive
como un marajá él y su señora, en la misma casa donde vine al mundo. Muchos
paisanos quieren volver y no pueden. Por muchas cosas. Me da una pena tremenda cuando
empiezan a argumentar que no pueden volver.
Se levanta y me dice que le siga y me va
señalando casa por casa y contándome la historia de sus dueños. Me sigue razonando que los que se fueron a Cataluña, apenas si regresan mientras que los que se fueron a algún país de Europa si que regresan o está en sus deseos. Que me gustaría seguir escuchando la filosofía de este alpujarreño tan llena de fundamento.
Cuando encontré la ocasión, me despedí, muy a su
pesar porque yo realmente lo que buscaba era encontrarme con algún chino que
aún no había encontrado.
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