El olor me llena de
recuerdos.
El olfato, el sentido centinela.
El que siempre está en vela.
En el que siempre
confiamos, y nos fiaremos siempre,
aunque estemos a oscuras
sin luna o sin estrellas
El que me avisa y me
prepara,
me condiciona los pasos
me acerca o me retira.
Quien me prepara el cómo
será la escena.
Que recibimos al nacer sin influencias.
Como el alfarero una masa
de barro
que iremos formando
siempre.
La orza, llenándola, de
aromas y de esencias
que hicimos y hacemos cada
uno a nuestra manera.
El que nos une a la tierra
de procedencia.
La llave de la memoria del
fichero de la cabeza,
el que sabe en qué
estantería está el documento,
qué página de nuestra
historia tenemos que abrir.
El que nos llena de
añoranza y nos serena.
Cuando te digo o te dije te quiero
será cierto o no tan cierto
dependiendo a lo que huela,
lo que muestras o
demuestras.
Los olores siempre nos
invaden
de los pies a la cabeza
dependiendo donde naces
Por las calles o veredas que atraviesas.
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