Pocos testigos tiene (de los que solemos entrar por estos medios) aquel géiser que apareció en la finca que tenían mis padres en la Mecíla, en los Olivos Nuevos.
La cosa empezó a primeros de los años setenta, cuando
la administración manda a unos cuantos operarios para que hiciesen una serie de
sondeos en todo el término municipal de Benínar. Los testigos o muestras de lo que sacaban
(de los que creo quedan apenas muestras) de todos los sondeos realizados se almacenaban en un almacén de los pocos que deben de quedar
en Las Viñuelas.
No estaría mal volver a recoger aquellos datos
conseguidos para ser un motivo más para argumentar que hacer la presa de
Benínar fue el capricho de algún gobernante (yo sí que tengo el nombre, la
sospecha, de aquel gobernador civil franquista
que se empeñó en que la presa había que
construirla). Aquel político pensaba: "Hágase lo que se tenga que hacer pero la presa se construye". Aunque los datos obtenidos en los sondeos fuesen como fuesen, desde el principio,
aquellos pruebas de las características de como era el subsuelo eran el trámite principal, esencial para justificar las características del
terreno, es decir, no aconsejable la construcción de la presa en aquel lugar.
En base a ellos la consejería de nuestra JA, debe de basarse para arreglar el
boquete por donde se escapa el agua. Si es que llueve.
Lo mismo que el géiser "salió por casualidad", también
por casualidad me hizo pensar en el empeño de aquel gobernador sobre la
construcción de la presa, cuando unos cuantos benineros acudieron conmigo a su
despacho en base a un documento que le fue mandado por correo y a las veinticuatro horas, los firmantes de
aquel documento me estaban acompañado, con la guardia civil al despacho del gobernador al ser yo quien fuese el autor de aquel escrito y el que recogiese las firmas. La verdad es
que esta sospecha mía se basa en todo lo que nos largó aquel político en aquel
despacho que después de casi cincuenta años solo son recuerdos, malos recuerdos,
al menos para el que escribe. Quizás fuese presionado por todos aquellos dueños
de tierras (que se podían contar con los dedos de una mano, cuando empezaron los invernaderos, pero era un negocio) y dueños de invernaderos que en aquellos tiempos estaban creciendo
en todo el Poniente de Almería. Lo cierto es que aquella presa que enterró a mi
pueblo, Benínar, no ha servido para nada viendo las estadísticas del agua que ha
podido suministrar y si no ha podido suministrar el agua demandada que requerían, imaginen la que
les va a suministrar este año, el siguiente y los siguientes. Las dos presas con menos agua almacenada o que acumula durante todo el año dentro de la península las dos están en Almería y son la de Benínar y la de Cuevas de Almanzora.
He escrito que muy pocos testigos tienen aquel géiser
ya que surgió en uno de los sondeos realizados, cuando la mayoría de los
jóvenes que en aquellos tiempos tenía Benínar, todos, estaban estudiando en la capital. (¿El Presidente de Plaza de Beninar no lo vio al estar ya trabajando en Blanes?). Llegó
a la altura de cinco metros y duró unos cuantos días. Decía uno de los técnicos
de los sondeos: “Al carecer de un tubo de plástico o de acero la propia tierra
iría lentamente taponando aquella salida de agua”. Por supuesto que esta imagen como
tantas (me refiero a la agonía de Benínar) otras no llegó a los periódicos de
aquella época. Los que tenían cámara de fotos eran los periodistas y los
políticos, (en el pueblo nadie tenía cámara de fotos). Aquel géiser no
aparecerá en ninguna foto. Aquella imagen tan solo está en la memoria de los
que pudimos verlo y en el reguero de tierra roja que fue depositando el agua que salió por aquel agujero desde el bancal hasta el río. En el pueblo no se hablaba del géiser, (se decía
por las esquinas: “Un chorro tieso de agua que ha salido en La Mecíla que tenía el
color y sabor al agua de Fuente Cuesta Viñas de Valor. Eso no tiene explicación,
…”). Al no encontrar ninguna explicación, los benineros hablaba de las peripecias que sufrieron los trabajadores para poder salvar
aquella maquinaria del sondeo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario