ESTAMOS COGIENDO MOSCAS

En una de las fotos que ha colocado la Asociación Plaza de Benínar, en ésta ocasión, 4ª Exposición "Beninar en el Alma" 2011, este año se celebra el 151 aniversario de la primera representación de Moros y Cristianos, en una de ellas, mi hijo el mayor dice:

- ¿Quién ha tomado la foto si me encuentro yo en ella, pero jamás me he vestido de dicha forma ni pasé por dicho trance?.

De los tres hijos que tengo es el que mejor sabe mentir de toda la familia, pero esta vez en su rostro se reflejaba que en aquella foto encontraba un parecido con su padre que hasta aquellos momentos, dicho parecido físico aún no lo había manifestado.

En esta ocasión ha encontrado tiempo para sentarse a mi lado y escuchar de la boca de su padre toda la Historia de los Moros y Cristianos de Benínar y que además estaba relacionada con sus antepasados.

Continúa diciendo mi hijo:

- Quieres decir que en este año si existiese Benínar y se representaran los Moros y Cristianos yo estaría vestido de la misma forma y …?.

Después cuando se marchó con la transmisión oral de la tradición que le conté a mi hijo, me he acordado que muchos paisanos beniner@s, seguro, que han pasado por el mismo momento, (somos muchos los que representamos las batallas en el río) por el mismo reconocimiento y por la vinculación de sus abuelos, padres y muchas generaciones más atrás sobre su pasado, sobre parte de su historia, que a los beninerill@s les corresponden mantener.

Me he acordado de algunas tribus americanas, africanas, etc, que a un pervive por medio de la transmisión oral de sus mayores la identificación y pertenencia a una tribu, a un pueblo y a una seria de acontecimientos que a lo largo del año florecen, como los madroños o se ponen a construir nidos como las golondrinas.

Me he acordado de los cofrades del Gran poder de Sevilla (que pasa de padres a hijos) o del Cautivo del barrio de la Trinidad de Málaga; retengo frescas las imágenes recientes del paseo que se le da en el mar a la imagen de la Virgen del Carmen en la ciudad donde vivo y que en su recorrido le acompañan todos los pequeños barcos a motor (todos los marinos que aún queda en toda la España mediterránea) o a vela, que a bordo, toda la familia realizan dicho recorrido desde hace ya unas cuantas generaciones. Por último lo que ocurre en el pueblo de Alhaurín el Grande de Málaga que la mitad de la población son verdes (unos devotos de la Virgen de Gracia y otros del Cristo) y la otra mitad morados.

Por supuesto que también me acuerdo de estos hijos míos y de casi todos sus amigos que han tirado por la borda todo tipo de tradición y creyendo que el vivir sin ataduras (cuando se tiene su edad) de tradiciones se vive mejor.

Aún no lo he logrado que me acompañen a uno de tantos asilos que existen en mi ciudad (a pesar de insistir en ello con frecuencia) para que charlen con sus moradores puesto que en ellos se ve palpable que el último tramo de la vida que nos toca vivir, se llega a esos espacios vacíos al ir tirando por la borda cuando se tienen fuerzas, capacidades y sentimientos, vínculos de unión con el pasado que se tenían en los barrios, en los pueblos pero sobre todo en las familias.

Las familias se han ido reduciendo cada vez un poco más (como se comprimían las capachas de aceituna triturada en las almazaras de Benínar), hasta llegar en la actualidad, que donde se mide que queda de la familia (en el pueblo no eran solo los vínculos de sangre, entraban muchísima más gente unidos por afectos personales), es en momentos especiales, como son el los casamientos, bautizos, entierros, etc.

Pero realmente lo que colma mi preocupación es lo que apareció en el programa de las fiestas de Benínar, 2011, sobre en una de sus páginas aparece “la noche mágica”. ¿Realmente tan desorientados estamos los beniner@s?. En el pueblo se solía decir a la persona totalmente desorientada, la que había llegado al extremo de no poder mantener una conversación coherente: Está la pobrecilla cogiendo moscas.