DE BENÍNAR A MONTEVIDEO. (I).
Estando hablando con un paisano recientemente ya entrado en los noventa años, pero con una lucidez envidiable me contaba lo siguiente:
- “Recién cumplidos los dieciocho años llegaron al pueblo unos cuantos soldados. Nos juntaron en el ayuntamiento a todos los que teníamos la edad de mi quinta en adelante. Nos dieron un tiempo para recoger el hatillo, mientras ellos se comían unos cuantos conejos en casa de (…), y cuando quedaban dos horas de sol, transponíamos todos los mozos del pueblo escoltados por soldados por el cortijillo los gitanos dirección a Berja, andando, donde nos vestirían de soldados y nos llevarían a Almería para repartirnos por los distintos frentes”.
Mi paisano se para un tiempo mientras termina de comer las pocas uvas que le quedaban a un racimo y me dice:
- “¿Quieres que te cuente lo vivido los tres años de guerra, más los otros tres ya como soldado?”.
- No. Lo de la guerra lo dejamos para otra ocasión.
Pensé en aquellos momentos que al condicionarle lo que él quería contar se me cerraría en bandas, se bloquearía y la entrevista ya había terminado. Es la mujer que estaba a su lado la que viendo mi cara con la expresión del que está mordiéndose los labios y diciendo: “La he cagao”, (...), la que continúa el relato:
- “La noche antes que le diesen la cartilla militar ya sellada y por ello de regreso a su pueblo, su mejor amigo le dice: “Ya que estamos aquí en San Fernando (Cádiz), en vez de irnos a nuestro pueblo, donde no vamos a encontrar trabajo, deberíamos coger un barco, ir hasta Montevideo, que me han contado que allí nada más llegar tenemos trabajo seguro”.
Se levanta del asiento aquella paisana, se coloca a escasa distancia de mi cara y me dice:
- “¿Sabes lo que contesto el mozo?: Antes quiero ir al pueblo casarme y después ya veremos”.
Se gira la mujer y le dice al marido:
- “!Dile la verdad!. ¿Se lo digo yo?”.
El marido se ríe pero no dice nada y es la mujer haciendo aspavientos la que contesta que dijo su marido:
- “¿Y si me quitan la novia?”.
Pensando aquel licenciado del servicio militar que terminada la guerra la moza ya estaría cansada de seguir cumpliendo el juramento y por ello era el plazo convenido aquel día cuando se lo llevaron como soldado. Al otro día su amigo después de los sellos en la cartilla militar toma dirección a Cádiz para embarcarse y el beninero dirección Benínar donde se casaría poco tiempo después. Comenzó a fabricar niñ@s y cuando llegó a "agobiarse" de las bocas que tenía que alimentar, busca la dirección de su amigo en Uruguay, se embarca, y se marcha "para hacer las américas".
Este viaje tiene tres partes más:
- El de Benínar a Cádiz, sin un real en el bolsillo.
- El de Cádiz a Montevideo en un barco con caldera de vapor.
- El regreso triunfal. La llega al pueblo, con dinero contante y sonante, se compra una casa y unas cuantas finquitas.
3 comentarios:
Me ha gustado tu escrito Paco.
saludos
deesos, hubo muchos, en BENINAR unos vorvieron,y otros novolvieron jamas- consufamilia,eso sequedo paraellos. separados parasienpre,-
Querido amigo, sácale punta al lápiz que estamos deseosos de la segunda y tercera parte.
Un abrazo.
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