lunes, 29 de julio de 2013

Inquilinos insoportables.


Esta zona del sur de Europa el Campo de Gibraltar y la frontera entre las dos Correas, seguro que son las que presentan las tensiones más fuertes diariamente en todo el mundo.
Hoy publica el periódico de la zona Europa Sur, que las retenciones en la verja entre La Línea y Gibraltar duran una media de siete horas y pocas horas  son,  me decía un profesor que imparte secundaria en La Linea. Continuaba diciéndome el profesor que la mayoría de sus alumnos acuden tarde a clase con el argumento, que tiene que ir todos los días con su padre a Gibraltar para pasar un cartón de tabaco.
El que guarda un gran parecido a Paquirrín el Presidente de Corea del Norte, también se parece enormemente a las acciones emprendidas desde su nombramiento al presidente uloquesea, de Gibraltar. No sabe cómo dar por saco y en esta ocasión está lanzando bloques de hormigón al fondo marino donde desde siempre están pescando generaciones de linenses, para buscarse el pan nuestro de cada día. Los bloques que está soltando es, con la intención de romper las redes cuando sean lanzadas por los pescadores. Estos bloques de hormigón coinciden con descubrir los medios de comunicación que desde Tarifa salen camiones llenos de arena que dicho material es comprado por Gibrartal.
Que jaztible es el gobernante vecino que seguro habrá nombrado un gabinete para el estudio de cómo incordiar al vecino, puesto que tantas medidas  no pueden ser tan repetidas, con tantas malas ideas y que todas salgan de la mente de dicho gobernante. Repito que no es posible tanta maldades una detrás de otra, salga casi a diario de una persona inteligente, ilustrada u universitaria, ya que Gibraltar lo que nos podemos encontrar es una serie de tenderos que venden combustible, tabaco, leche condensada, chocolate y azúcar a todos los españoles que su modo de vida la tienen montada con el contrabando.
Me decía el profesor de secundaria, que lo mismo que se hace en el puerto de Algeciras a aquellos vehículos sospechosos (la policía no es tonta y se conocen de "toda la vida", se ven casi todos los días) que se les desmontan hasta los asientos para comprobar si llevan o no algún contrabando a todos estos llanitos se les podía aplicar en sus vehículos la misma normativa europea. A los estraperlista linenses que por necesidad tienen que ir toda la familia a pasar mercancía, se debían de contratar para trabajar en la frontera a uno de cada familia con la intención que fuesen desmontando salpicaderos de los coches a los gibraltareños, de todos aquellos que viven como ricos en Sotogrande y que de alguna manera, pasaron o están pasando paquetes y no precisamente de tabaco para invertir (eso se dice, eso se cuenta) en la Costa del Sol todo aquello que ganan sin pagar impuestos en Gibrartar.
Como decía en los medios de comunicación el Presidente de la Cofradía de Pescadores de La Línea: En Gibrartar casi todos son amigos nuestros, menos un puñado de malajes, los que manejan el cotarro, los que tienen las libras, que son los que no encuentran la forma en las negociaciones entre España e Inglaterra lo que ellos quieren lograr, la independencia. Lograr la independencia ya que llevan siglos intentando que  Inglaterra les acepte como hijos de la Gran Bretaña y España con lo coñazos, tal y como tienen montado su forma de vida y su estructura económica, la solución más razonable es que se marchen a la gran puñeta y dejen el inmueble a sus propietarios.      
 Inquilinos a los que se le suministra el agua, la luz, el teléfono, se les recoge la basura, (si no fuese así la basura la tirarían al mar y llegaría a nuestras costas) y se les llenan los tanques de combustible diariamente, desde la refinería española que existe en la bahía para que ellos lo vendan “como puedan”. Salen de su cortijo y está a su entera disposición toda una serie de servicios que pagamos todos los españoles por medio de nuestros impuestos.

lunes, 22 de julio de 2013

Una muerte bien despachá

Se ha marchado, nos ha dejado  Lolica la de Ramón a sus cincuenta años y todos los que la conocíamos, nos ha frenado la vida, nos ha obligado a pensar pero sobre todo en la muerte. Nos invadió la tristeza. ¿Cómo es posible que se marchase de la noche a la mañana una mujer tan llena de vitalidad?.  Es de las muertes más despacha que recuerdo. 
Su marido no hacía más que repetirme: Que me hace mucha falta. 
Por supuesto que no podía responder al tener un nudo en la garganta y en aquellos momentos tan solo me salían lágrimas.  
No recuerdo ningún entierro, de beninera, más lleno de gente y de más silencio. Nosotros tan dados a nada más vernos a preguntarnos por los familiares,  por la vida como nos va, de los recueros de siempre, al tener el alma desgarrada, los corrillos que formábamos eran para guardar silencio.
Me decía un paisano, que todos nosotros (no quedamos más que benineros, benineros, los bautizados con el agua bendita de la Cañarroda nada más que personas jubiladas)  que deberíamos estar donde ella se encontraba en el tanatorio y ella allí de pie despidiéndonos, basándonos en lo inexplicable (así definíamos los paisanos a este tipo de acontecimientos).  ¿Que se marchen los jóvenes y nos quedemos los mayores?. Es difícil digerir que en tan solo unas horas  la que estaba llena de vida, la que cuidaba a su madre, su marido, sus hijos, sus nietos, su invernadero,  su casa, la primera en acudir cada vez que se convocaba algo de, o sobre Benínar, se encuentre en el tanatorio de cuerpo presente. Me lleno de sufrimiento cuando me pongo en el lugar, en la piel de su hijo de dieciséis años, en su marido, del resto de sus hijos, en su madre ya cerca de noventa años, cuando se sienten en la mesa esperando la comida, el beso, el abrazo, la palmada de ánimo para salir a la calle para comerse el mundo y todo eso se ha marchado en un pis paz para siempre.
¿Cómo se puede explicar a la tía Lola que su hija, la que le cuidaba no va a volver?. ¿Cómo se viven esos duelos?. ¿Cómo recuperarse de dicho dolor?. Pienso que en eso nos diferenciamos (entre otras cosas) de los modernos, de los americanos, por ejemplo, en que nosotros los alpujarreños, los pueblos primitivos, que no recurrimos a las gamas de pastillas para evadirnos de este zarpazo que nos da la vida. La ausencia la tenemos que digerir aunque tengamos que comulgar con ruedas de molino tantas veces como sean necesarias.
Yo necesito una canción para tararear cuando me llega a la memoria su recuerdo y encontré, una. Lo de predicar con el ejemplo, con la boca cerrada, subiendo ladrillos mientras descansaban a su alrededor y sobre todo lo de sembrar. La beninera que más ha sembrado, ha regado, ha cultivado, etc. La que nunca dejó de ser llueca.
Va la canción:

“No pretendas nunca amarrar cosas de Dios; pues Jesús tan sólo dijo: “Id y predicar”. Si las amarramos proclamamos nuestro yo. Nuestra misión tan sólo es la de sembrar. Y regar todo aquello que planté. No olvidar que en su nombre yo sembré. Y al sembrar en Jesús los liberé, ¡Oh, Seño”. ¡Ohooooo!, ¡Ohooooo!”.