jueves, 27 de enero de 2011

1793-1798 JUAN DE DIOS AYUDA.


Hasta que no he llegado a la página 122 del libro (que tiene 794), publicado por el Instituto de Estudios Almerienses: Almería vista por los viajeros De Münzer a Pemán (1494-1958) no he encontrado nada relacionado con Benínar.

Es el viajero Juan de Dios AYUDA, especializado en examen de las aguas medicinales que hay en Andalucía entre el 1793-1798 llega hasta las Fuentes de Marbella. En su escrito nos da a entender que viaja de Adra a Ugijar.

“Las fuentes que llaman de Marbella están en el mismo camino que lleva de Uxíjar a Adra, y a la distancia de dos leguas y media de uno y otro pueblo”.

“Es verdad que todo aquel sitio es muy templado y ameno, pues además de los sembrados y huertas que proporciona el riego, no faltan chopos, álamos negros, morales, higueras y varios de los sauces, que le dan frondosidad y hermosura, para lo que contribuyen bastante las muchas adelfas de que están pobladas aquellas riberas”.

No menciona para nada de las personas o animales que se ha encontrado por el camino. Tanto este viajero como todos los que me pueda encontrar en dicho libro “presiento que el tema social no merece la pena mencionarlo”. No merece la pena mencionar puesto que a las personas que van dirigidos sus escritos la forma de vestir, si presentan o no desnutrición, si se alejan o se acercan a los recién llegados, si avisan a los demás del pueblo para que acudan, si están lavando o lavándose en sus aguas trasparentes, el cómo reacciona una población aislada ante la presencia de un viajero, esa descripción en aquellos tiempos no interesa. A estos viajeros se les nota que les hace falta enterarse que los alemanes e ingleses se están preparando para inventarse otra forma de escribir, el romanticismo o que Camilo José Cela visitase La Alcarria. Tiempo tendremos de profundizar más en éste tema y me centro en toda aquellas plantas que se encuentran en la rivera del rió.

No menciona para nada las cañas cuando dicho vegetal ha representado tanta utilidad para los benineros. Las cañas se utilizaban para la construcción de todo tipo de cestos para llevar y traer al campo. Todos los techos de las casas era imprescindible los troncos de chopo como vigas o travesaños para formar el techo, pero imprescindibles las cañas, las adelfas y la launa. Las cañas, imprescindible para que las plantas de judías no pasasen el verano arrastrándose por el suelo. Igualmente sin las cañas los tomates estarían en el suelo. Las que se utilizaban para barrear, almendras, olivas y sobre todo para formar el artilugio para coger las brevas de las puntas donde no llegaban las manos. Las cañas eran el recurso más importante para que la chiquillería inventase artilugios pata sus juegos.

Me da la impresión que el viajero confunde el sauce con el mimbre, puesto que un sauce es ornamental (lo que se sembraba en Benínar era en base a su fruto o utilidad) mientras que del mimbre de sus tallos, los gitanos que pasaban por el pueblo construían cestas y canastos pero sobre todo las canastas donde las mujeres guardaban los útiles de costura.

Lo que si refleja, que resulta sumamente interesante, es que durante el verano el río se secaba. Esto da a entender que el problema eterno que siempre tuvieron los benineros por el reparto del agua en los meses de verano ya existía cuando el viajero que estudiaba las fuentes Juan de Dios Ayu paso por el río frente a Benínar.

martes, 25 de enero de 2011

CON LA VENIA.

UN BENINERO ANALIZA:

ALMERÍA VISTA POR LOS VIAJEROS.

Quiero empezar por la viajera Eugenia Doucet que describe sus vivencias en toda la Provincia de Almería en un libro, que dicho sea de paso no es mencionada como viajera. Cierto es, que el libro de la canadiense es publivado en el 1995.

Cuando me encontré por primera vez con dicha publicación, en la biblioteca de la Diputación de Almería (sobre los viajeros de antaño), al hojearlo (con lo que ha caído y falta por caer sobre la paridad) lo que me llama la atención es:

¿Desde el 1494 al 1958, las mujeres no viajaban por nuestra patria chica?. ¿Las mujeres no escribían nada en sus viajes por Almería?.

Como beninero entré en el sinvivir de encontrar escrita la palabra Benínar.

Hasta que no he llegado a la página 122 del libro (que tiene 794), publicado por el Instituto de Estudios Almerienses Almería vista por los viajeros De Münzer a Pemán (1494-1958) no ha aparecido nada, mejor dicho unas migajas que hace referencia el viajero Juan de Dios AYUDA al río que pasaba por Benínar.

Es de esperar que conforme vaya avanzando en páginas tendré que encontrarme con algún viajero que mencione algo relacionado con Benínar para encontrar argumentos, para que éste alpujarreño encuentre motivos en lo descrito por los viajeros del libro para establecer “una especie de diálogo”, o al menos esa será mi intención, dialogar con el visitante.

Otra conclusión que llego, es, que desde el 1494 hasta el 1793-1798, nuestro pueblo no ha existido o al menos para los viajeros que aparecen en dicha publicación. Nada más y nada menos en tres siglos dicho pueblo alpujarreño. Benínar “por él no pasó nadie de cierta relevancia” o si pasaron no tomaron nota de aquellos habitantes, de su forma de vivir, vestir etc.

Espero que los autores del libro me den permiso para empezar por el final, por la viajera que no aparece, por una mujer, una canadiense que llega a España a comienzos de los setenta y sus vivencias son publicadas.

Eugenia Doucet, una canadiense escribe un libro editado en francés, ingles y castellano, en el 1.995 que se llama Vivencias de la Alpujarra y su entorno.

En las primeras páginas del libro aparece el mapa de la Provincia de Almería, y en él son señalados 21 lugares donde Eugenia describe desde un punto de vista poético una forma social y en ella los personajes que se va encontrando.

lunes, 17 de enero de 2011

TODO SE ANDARÁ.

Me suena lo de Montecristo a la tendencia moderna de ponerle a las niñas y niños, nombres más propios de los personajes de las telenovelas sudamericanas que los nombres que siempre se han conocido en el pueblo. Aún más, si afilamos el lápiz. ¿Qué pasa con los nombres de los abuelos o abuelas?.

Menos mal que te llamas Antonio Sánchez y por ello no sigo profundizando en tiquismiquis y otras verdulagas sobre el nombre escogido para ser identificado en el foro. Como beninero sigo con la sana intención de coger a los jóvenes que se habían marchado del pueblo para estudiar fuera y llegaban con moderniuras que no encajaban con lo tradicional. Personalmente (el que escribe) cada vez que volvía al pueblo y los viejos habían escuchado, que yo había dicho, que llevaba puesta una prenda, (…), cualquier persona mayor, (se sentía con la autoridad y que además jamás se la discutí) me llamaba aparte y me daba un repaso de cual era y debería seguir siendo la tradición de lo beninero. En especial recuerdo a don Salvador cada vez que me aprieto el cinturón y a mi querido FRR, llamándome la atención por llevar los bajos de la camisa (los faldones se decía en el pueblo) fuera del pantalón.

Me ha reconfortado como te has identificado como "molino del puente”, cuando colocaste en plaza el recorrido de otra más de las rutas que te quitan el sueño, que le dedicas un tiempo especial como le ocurría a tus antepasados, cuando animal cargado de costales, cogidos a su cola fueron trazando rutas desde Benínar hasta los pueblos cercanos recorriendo, incorporando los muchos cortijos que existían, que en su gran mayoría, en la actualidad, ya desaparecidos o no habitados.

No te puedes llamar Montecristo cuando corre por tus venas, espíritu (modernamente diríamos genes), alma de molinero, como lo fue tú padre, tu abuelo y quien sabe a cuántos más atrás se remonta uno de los oficios de vocación de tu familia por parte de padre. Aquellos molineros para triunfar tenían que tener en su currículum dos carreras, dos vocaciones: Ser un buen vendedor, pero sobre todo contar o inventarse las mejores historias. Los cortijeros (que aún no habían escuchado las palabras radio o TV) no pesaban ni medía el contenido del costal, para ellos lo importante, lo trascendente, era la historia que aportaba en aquella ocasión el molinero.

De todos los beniner@s, o descendientes de ellos, mira por donde tenías que ser tú, (“molino del puente”) como lo fueron tus ancestros, los que marcaban los caminos.

Recuerdo que me contaba una conocida, (que no me lo invento, que se llama Carmen) que su suegra, cada vez que le nacía un nieto acudía rápidamente y lo primero que hacía era mirarle los pies al recién nacido, hasta que se encontró con el recién llegado Andresico. Todos preocupados porque el niño tenía en uno de sus pies seis dedos y la abuela casi gritando daba gracias a Dios y todos los santos, que de todos sus hijos, (siete), de todos sus nietos (un batallón), el cuarto Andrés en la saga era el que había heredado la marca del bisabuelo y del abuelo, los seis dedos.

Algún@s beniner@s debe estar dando gracias (…), en el cielo o en la tierra a que volvemos a tener entre nosotros otro paisano que marca los caminos, que anduvieron nuestros antepasados, los que nos borraron las máquinas del pantano.

PD.

En éste intento de recuperar, nuestros lazos de unión como lo fue en el pasado, agradecemos a los de Murtas, Berja, Turón, Hirmes, Darrícal, Adra, Ugijar, que al volver a ponerse a andar los beniner@s no nos han dejado solos, salen a nuestro encuentro.

sábado, 15 de enero de 2011

LUNA MENGUANTE.

Los recuerdos más entrañables que tengo de la luna era cuando los arrieros de Benínar sin despertador, sin relojes de pulsera, se asomaban a la ventana para ver la posición de la luna. Ella y algunas estrellas les marcaba cuando tenían que levantarse y salir de noche para llegar a tiempo de vender sus productos a los pueblos vecinos.

La luna y las estrellas iluminaban su camino y compartían con ellos parecidos sueños que están descritos en el cuento de La Lechera.

Al meollo de la cuestión, a lo que me preocupa en estos momentos:

Se ha empecinado mi aparcero Alfonso en que hasta que no esté la luna en cuarto menguante no sembramos las papas. No es solo mi amigo el que las fases de la luna para él marcan la poda, la siembra, injertar, la siembra de la almáciga, (…), e incluso tiene una aliada en este tema que es mi mujer (por estar trabajando unos años en el hospital en el servicio de maternidad), ella “tiene la experiencia” que en el cambio de luna de creciente a llena es cuando más niños nacen en todos los hospitales. Pero, si es que hasta el cura de mi parroquia se ha unido a ellos dos diciendo que este año la Semana Santa cae en la penúltima semana de abril como consecuencia que dicha celebración se tiene que hacer en la semana en que la luna está plena, llena. Cuando el cura estaba argumentando lo de caer tan alta la Semana Santa, miraba a mi comadre Luchi con el rabillo del ojo y pensando, (por condicionar la fecha de Pentecostés), vestida de faralay camino de la Ermita del Rocío recorriendo las arenas del Coto de Doñana. Va a pasar más calo, que cogiendo almendras en pleno mes de agosto en la Contraviesa

Me niego a llamar a algún pariente de los que trabajan en el Poniente de Almería si en sus invernaderos para comprobar, para preguntarle si ellos tienen presente la siembra, la poda, los tratamientos, cambian los fertilizantes, (…), número de riegos, (por lo de la savia de la planta), siguiendo la costumbre de sus antepasados alpujarreños teniendo presente el estado de la luna.

Tampoco llamaré a mi compañero y amigo Antonio Pua para preguntarle (para ampliar argumentos sobre las mareas y las fases de la luna) cuando se producen las mareas más altas en la Playa de los Lances, en Tarifa, puesto que, si la memoria no me falla, es, cuando el mar invadía toda la playa en la pleamar, era precisamente en la luna llena de enero. Éste tarifeño es una enciclopedia sobre el paso de los peces por el Estrecho de Gibraltar. Por esta fecha decía que pasaban los calamares al Mediterráneo. Me lo demostraba con una potera, que se le enganchaba una sardina y desde el muro del puerto la tirábamos al agua.

Pero al tema que en estos momentos me interesa, es sembrar ya, las papas puesto que hace más de una semana que las tengo partidas y por la manía, de ligar siembra con la luna, Alfonso hasta que la menguante no se pueden sembrar, aunque la tierra en estos momentos después de las lluvias se encuentra en el momento optimo (semejante al periodo fértil de una hembra) de recibir en su seno (la teoría de Alfonso, que la tierra es semejante al vientre de una mujer, …) las puyas de papa para cosechar lo que consumimos de dicho tubérculo durante medio año.

No sé si los inspectores de la Consejería de Agricultura de la Junta de Andalucía, le piden a cada agricultor las fechas del calendario lunar de las plantas. Si así lo hiciesen sería todo un pelotazo de márketing de todas frutas y verduras que exportamos a Alemania sobre todo, publicitando que siguen las pautas o fases de la luna. ¡Los superamos en este campo. Tanto. ¡Tantísimo!. Ellos con inundaciones y nosotros esperando que la luna mengue. Ellos pueden sembrar al año tan solo una cosecha de papas y nosotros cuatro. Las demás comparaciones con los alemanes, de crecimiento, paro, (…), para otro artículo.

jueves, 13 de enero de 2011

CONTIGO PAN Y CEBOLLA

Esta frase se solía decir en Benínar con ironía cuando chic@, se enamoraban y uno de ellos “no tenía donde caerse muerto”, es decir: “Más pobre que las Ánimas Benditas”, las que vivían de la caridad (y eso que solo necesitaban una vela de cuando en cuando) de los arrieros que pasaban por delante de su puerta. Para refrescar la memoria de mis paisanos, me refiero a la ermita de las ánimas, las que cuidaba mi tía Frasquita, que según todos los beniner@s, tenían su morada a la entrada del pueblo, y la verdad es que eran pobres, puesto que, (a sabiendas de todos los beniner@s) se le había construido una ermita de tan solo cinco metros cuadrados y allí se suponía que estaban todas las almas del purgatorio de todos los beniner@s que habían muerto desde tiempos de (…), desde incluso antes “de tiempos de María Castaño”.

- “¿Contigo pan y cebolla?. ¿Estás seguro mi cielo?. ¿Estás segura, Nina?”.

- ¡Sí!.

Contestaba Nina (la persona con la que esta mañana desayunamos juntos) al preguntarle casi todos sus conocidos, sabiendo que con el novio (de toda la vida) con el que se iba a casar, (con fecha de boda fijada antes del accidente) se había caído dentro de un ascensor desde el décimo piso en un bloque de apartamentos en construcción en Torremolinos. Antonio durante un periodo bastante largo de hospitalización solo pudo mover la lengua. Todo su cuerpo o estaba roto o fuera de su sitio.

Pues se casaron. Tuvieron dos hijos. Un profesor de música y una notaria. Pero ella esta mañana se lamentaba (al hablarle de aquellos tiempos) que en el año 1.973, ya casada, tomó la determinación de sacarse el carnet de conducir, y, por no tener el número de horas suficientes que se exigían, del servicio social, abandonó, y, entre otras razones, por haber agotados todos sus ahorros. En aquellos momentos comprendí una de las posibles razones, que mi madre no se sacase el carnet de conducir al tener que presentar la cartilla, (imprescindible para matricularse) de haber realizado el servicio social que gestionaba en aquellos tiempos la Sección Femenina de Falange. Atando cabos, la verdad, es que me resulta francamente imposible que mi madre realizase en Benínar, el dichoso servicio social.

Me olvidé en aquellos momentos de las razones jamás escuchadas de mi madre sobre el carnet de conducir y me interesaba mucho más todos los esfuerzos sociales, casi diarios (al dedicar todo su tiempo a ayudar a las mujeres, … ¿llenas de impotencia?), que estaba realizando Nina dentro de su parroquia.

Casi a punto de despedirme, casi, se me escapaba por la lengua la pregunta:

- ¿No tendrás tantos conocimientos de “derecho Notarial” como tu hija, en los argumentos que me cuentas relacionadas con …?.

La respuesta la deduje rápidamente al saber que antes de ser notaria la chiquilla, la hija de Nina, sentaba a su madre delante de ella (simulando al “ilustrísimos tribunal de notarios de España”) y le cantaba todos los días uno de los temas de las oposiciones. De todo lo escuchado, a Nina, a la madre de la notaria, mi amiga, ¿algo se le quedaría?. ¿O no?.

Al margen de los conocimientos en “derecho Notarial” que pueda tener mi amiga, lo que siempre he estado seguro es que la frase: “Contigo pan y cebolla”, para much@s de la generación de Nina, se asumió con todas sus consecuencias y ésta Tarifeña de nacimiento es un claro ejemplo.

domingo, 9 de enero de 2011

LOS CANUTOS

Cuando me encuentro un poco desanimado. Cuando quiero que disfruten todos mis sentidos, ya que vivo en una zona privilegiada, (todo el Campo de Gibraltar) me pongo lasbotas, …, para un beninero las catiuscas y al monte.

“Este es uno de los tesoros naturales escondidos del Parque de los Alcornocales. Debido a la humedad casi siempre constante tanto con vientos del oeste en otoño, invierno y primavera, como del este en verano, estos estrechos valles aun contienen laurisilva y vegetación como helechos, rododendros y laureles. Esto lo he copiado de: http://www.descubrirandalucia.com/”.

Esta tarde como tantas otras que termina de llover, que el viento aún no se ha definido si soplar para poniente o para levante (en tarifa se suele decir: “La madre que pario al levante o la que pario al poniente”), me “he tirado al campo”, en el buen sentido de la palabra. Me he puesto las botas de agua y he comenzado a andar delante de mí casa. Siempre que salgo estas tardes de pleno invierno siempre suelo traer a casa o un puñado de espárragos o una bolsa de tagarninas

De verdad que me he acordado de unos cuantos beniner@s, que sé que disfrutan en un paseo por el campo (sin ir más lejos las rutas que se han programado para salir de Benínar y llegar,…).

Estos campos son diferentes sobre todo los canutos (en nuestro pueblo se les nombraba como barrancos), bóvedas llenas de vegetación y en estos días brotando agua por todas partes, árboles arrancados por las avalanchas de agua de los últimos días. En éste lugar en concreto con las aguas turbias y con el mismo aroma que tenían las aguas del río de Benínar. Pero en aromas, nada como en estos momentos como está perfumado el campo con un bulbo que nace en esta fecha que en Tarifa se le da el nombre de mea de zorra.

Estos campos nunca están solos puesto que las vacas, los cerdos, las cabras aquí viven siempre en el campo. Acuden a sus dueños en el tiempo en que se les ordeña, en base que en dicho tiempo sus dueños suelen darle grano.

En ninguna tierra como esta para las colmenas en pleno invierno. En estos momentos el brezo está en plena floración y es de donde se suele sacar el polen a las colmenas.

En el cielo bandadas de estorninos que se centran todas las tardes haciendo figuras en el cielo después de atiborrarse de acebuchinas.

No siempre salgo solo sobre todo cuando acudo a las salidas programadas de los colegas del bonsáis y los de los hongos, ¡pero!, … en cierta medida me gustaría dos cosas. La primera tener los conocimientos en estos medios tiene muestro paisano Pedro Medina para llenar la pantalla de preciosas fotos y segunda me gustaría que me visitasen mis paisanos con la intención de mostrar el entorno donde vivo puesto que creo que es único. Es como se disfruta todo: Compartiendo, en éste caso con mis paisanos beniner@s..

viernes, 7 de enero de 2011

COSECHA DE AJOS.

Hoy me he encontrado con Clarica que entre suspiros me dice:

- Mi madre ya muy mayor termina de caerse y romperse la cadera y por ello está hospitalizada, mi marido tiene un cabreo de mil pares de demonios al tener planificado jubilarse como funcionario este año, pero, como la ley (…), le dice que son siete años más, ... La cara se le transforma y continúa: ¡Pero!. Mi hija ha parido unos gemelos, que es una bendición del Cielo. Su nacimiento nos ha transformado.

En Benínar, en la Vega Murciana, (…), y hasta en Estambul, se decía y se tiene que seguir diciendo: “Días que pasan de enero kilos de ajos que pierde el ajero”. ¿Qué comida de todo el arco del Mediterráneo no comienza con un refrito y que refrito no empieza con unos cuantos ajos?.

El ajo como el aceite de oliva es la base de toda LA DIETA MEDITERRÁNEA DECLARADA PATRIMONIO DE LA HUMANIDAD desde el pasado mes de noviembre.

Eugenia doucet desde canada me manda la siguiente receta:

Paco, “Que mensajes tan maravilloso últimamente estoy repartiendo”.

“Últimamente la vida me parece mejor porque tengo mejor salud.
Por los signos que me dan mis hijos amigos y todos los que rodean. Bueno también hago trabajo con los Veteranos que viven en otra parte de este edificio, son personas impedidas que no pueden valérselas por ellas mismas.. De 2 a 3 horas junto con cuatro mujeres lo dedicamos a escucharlos, a cogernos de las manos, a darle y arrancarle sonrisas, pero sobre todo a hablar con ellos sin medir el tiempo. Al salir me gustaría que vieses la cara de satisfacción mía y de mis acompañantes. En un principio creíamos que nosotros íbamos a dar (…), pero no es así, digamos que al final empatamos en satisfacciones los visitados y los visitantes. Son las únicas visitas que reciben a lo largo del año. He vuelto a ponerme delante del ordenador y las musas me visitan y juntas volvemos otra vez a escribir como cuando estaba en la casa de Andrés el Regalado en Benínar y de allí salió el libro: “Vivencias en la Alpujarra. He pasado las Navidades en la casa de Suzanna y la de Conrad. Raymonde y Caro y su hijo han pasado las fiestas con Magdalena y su marido. Saludos de cada. Un abrazo. Con cariño a todos aquellos beninerillos que cantábamos en la puerta de Juan y Carmen mientras que Marícarmen su hija tocaba la guitarra. Eugenia

Eugenia, una persona muy cerca de los noventa años, con once hijos, con cerca de treinta años vividos en España y con una fortuna, que no se mide en dólares canadienses ni en Euros. Su herencia se mide en “ajos”, (enlazando con el dicho Mediteráneo). Su fortuna se mide en tiempo de escucha a los que necesitan ser escuchados, en coger las manos a las que ya habían descartado apretar una mano que transmitiese calor, a llevar todo artilugio de labranza capaz de labrar la mente de los desahuciados para que broten sonrisas en rostros que parecían estériles, (…). En ser coronada como reina cada vez que la familia Doucet se reúne en cada una de las conmemoraciones que marca el calendario.

Una mujer canadiense que posiblemente aprendió (escuchó lo de los ajos) en la Alpujarra, en Benínar y sacó la conclusión que los besos, abrazos, sonrisas, caricias, (…) todo lo positivo, la cosecha de este año hay que gastarla en todas las comidas y en enero sembrar para la cosecha del año próximo. Los ajos no nos valen de un año para otro. No los podemos guardar para aumentar nuestra herencia. Los ajos de un año para otro se pudren. O se gastan durante todo el año o se siembran.

Al pedir autorización a Eugenia sobre el escrito ella me puntualiza:


“Los veteranos son soldados de la segunda guerra mundial. Tienen que estar enfermos para entrar donde están. La planta prueba tener diversión cada día para ellos porque la salud mental, es tan necesario que los cuidados físicos. Todos tienen más de 80 anos, y bastante tienen más de 90. Vamos el sábado de las 2 a las tres, hacer lo que podemos. También aquí, Paco, pruebo dar a otros lo que me ha dado una persona cuando he llegado aquí....una sonrisa cada vez posible. Cada uno aquí tiene una pena, física o mental. Creo que si todavía estoy aquí es porque hay algo que tengo que hacer antes de irme. Tú tienes razón en tu conclusión con tu ajo. Tus palabras me han emocionado.
He llamado a la casa de Juan el de María, el padre de Mari Carme. He hablado con él y con Carme. Que recuerdos tengo.
Felices fiestas hoy”.

miércoles, 5 de enero de 2011

QUERIDOS REYES MAGOS.


Por ser el penúltimo día de poder cantar villancicos. Por ser el día en que los niños algecireños salen de sus casas arrastrando una ristra de latas y se concentran en el puerto donde llegan en barco los Reyes Magos. Por terminarse otro periodo más de tiempos de añoranza y mucho más.
Este villancico de "vengan pastores, ...,", como el de "campanitas que vais repicando, ...," quizás sean de los que más pasión los que en estos días cantamos a la Navidad.
Este villancico lo aportó al coro una compañera que la identificamos como Carmen Campillo.
Al ser una prolífera poeta y tener en el coro varias canciones suyas, éste en concreto, el que aparece, no sé si fue inventado por ella o lo aprendió en su pueblo: Campillo. Málaga.

Ya llegan los Reyes Magos
los he visto por el río,
traen montañas de regalos
vienen cargaitos perdios,
al pesebre vienen a dorarlo,
traen oro incienso y mira
al portal van a llevarlo,
y van a llevarlo.

Estribillo:
Vengan pastores, vengan al portalillo,
traigan se los tambores, guitarra y bombo
que en el portal vamos a contemplar:
Que María esta bailando,
San José taconeando
y el niño que está en la cuna
las palmas está tocando.

Mi padre toca el pandero
y mi madre la guitarra
y mi hermano el pequeño
dando to el día la tabarra,
y el abuelo, baila que te baila,
Ya estamos to los pastores,
pues ha venio mi hermana,
ha venio mi hermana.

Estribillo.

En el pueblo hemos decidido
entre todos hacer un belén
y hasta el alcalde ha venio
pa su figurita poner
y al momento de enchufar las luces
se ha quemao el pesebre
y hasta San José, hasta San José.

Estribillo.

Traigo unos mantecaitos
traigo unos tragos de vino
y este que viene conmigo
está borracho perdio.
Cuando mi madre lo vea
no vea lo no se que le dirá,
le diré que le deje
que estamos en Navidad,
estamos en Navidad.

Estribillo.

domingo, 2 de enero de 2011

AZAFATAS PARA ESTOS DÍAS DE JEREZ.


Me imagino a un beninero sosteniendo en un brazo una zambomba, y con el otro haciendo espavientos, cabreao, armando el taco y diciendo:

¿Pero tú que te has creído azafata de Bielorusia o de donde tu madre te trajo al mundo que no puedo llevar como equipaje una zambomba?.

Más o menos ha tenido que pronunciar nuestro paisano (alpujarreño y por más señas beninero) Juan Gutiérrez en un vuelo desde Granada a Barcelona al ver dicha azafata dicho instrumento musical por primera vez en las manos de un pasajero. La cara de la azafata al ver dicho aparato me la imagino. Si llega a ser una azafata nacida en el barrio de Santiago de Jerez, seguro que se hubiese cruzado de brazos y hubiese mostrado una de sus mejores sonrisas al ver llegar a un pasajero con aquel artilugio navideño. Seguro que durante el trayecto, a nuestro paisano en esos momentos de monotonía que tienen los vuelos, la jerezana hubiese cogido la zambomba, hubiese giñado el ojo a Juan y en el reservado del personal de vuelo hubiesen montado una zambobada como se monta en Jerez por estas fechas. Por supuesto que dicho instrumento lo hubiese tocada quien lo ha visto tocar desde que estaba sentada en la sillita, en el carrito, cuando sus padres o abuelos la llevaban a dichas fiestas. Quien lo ha mamado desde chiquitit@.

Amigo Juan que una zambomba no se aprende su manejo en un conservatorio, que se aprende en la calle y que además tienes que ser un virtuoso, (como los violinistas o los pianistas) un dotado para que dicho instrumento suene a ritmo y compas. Que una zambomba se tiene que tensar para cada actuación, como ponen las cuerdas con sus acordes los guitarristas.

Por esta tierra donde vivo, con una zambomba no se forma un coro de villancicos, pero sí, si se quiere salir a la calle a dar la murga a los vecinos y familiares, el que está dentro de la casa, el dueño, es el primero que se levanta para decir: Mi silla para el zambombero. Si no ve el de la zambomba, ni se levanta.

Para las próximas navidades te propongo que programes otros cuatro días para te vengas a mi casa y asistamos a las zambomdas que se montan por estos lares. Te lo digo como buen amigo, ya que te has llevado la zambomba pero te has dejado las instrucciones de su manejo: ¡Seguro!. ¡Que los benineros no sabemos tocar la zambomba con ángel!. Y no quiero mencionar lo de llevar las palmas al compas.