lunes, 30 de agosto de 2010

LA DOCTORA TIQUISMIQUI

En el Hospital de la Costa del Sol me había citado con Salvador. Por más que me explicaba donde podíamos tomar una cerveza en el término de Marbella denominado los Monteros, no entendía, no quería enterarme. Lo que realmente necesitaba era verme con él en el hospital que está cerca.

Salvador es el padre de una médico internista. Necesitaba hablar con ella de una forma sosegada, sentados en un bar y sin prisa.

Cuando le explico a Salvador mis intenciones comienza a reírse y me dice:
- Cuando el otro día estuvimos hablando de los hijos te tomates en serio lo que dije de mi hija que era una tiquismiqui.

Después de comunicar en recepción que bajase la doctora, nos sentamos los dos en el bar y sin dejar de sonreír continuó diciendo mi amigo:
“Recuerdo los últimos días de mi abuela y veo a mi hija y son exactamente iguales. Cuando tiene que contestar, se detiene unos segundos para ordenar su respuesta. Anda casi a saltitos. Veo sentada o levantada la misma postura en las dos. (…). Mi abuela desarrollo toda su vida en una huerta dentro de una choza en la Buqueria y mi hija en el hospital donde nos encontramos.

Mi padre estaba a punto de casarse, pero se murió su padre y por ello lo establecido en aquellos tiempos le forzaron a posponer su boda, al asumir ser el cabeza de familia. Hasta que sus tres hermanas no se casasen, él no podría hacerlo.
Salvador deja de contar abuelorios puesto que ve aparecer una bata blanca. Le entra una sonrisa nerviosa que le deja paralizado. La hija se acerca le da un abrazo, tan largo como para que el padre se derritiese. Me mira la doctora y me dice:
- Mi padre necesita de vez en cuando un abrazo de este tipo para seguir funcionando. ¿Qué pasa?.
El padre agacha la cabeza, se sonríe y dice:
- Esta es mi hija la tiquismiqui.
Es una pecha reír como tiene montada su casa. Lo primero que compraron fue un sofá y un buen equipo de música cuando se fue a vivir con su pareja.
Unas buenas estanterías para llenarlas de libros y colocar cuadros.
- Papá, que mi pareja y yo tenemos nuestras prioridades y conforme van apareciendo los ahorrillos compramos lo que con más urgencia necesitamos. Que los nietos llegarán cuando les llegue su hora.
Se miran los dos padre e hija y se les nota que son cómplices.
- ¿Esta vez que escusa tienes para que deje lo que estaba haciendo y acuda para que presumas como la doctora Romero públicamente te da un abrazo?.
Vuelven a mirarse y con la mirada están renovando que se quieren, que se necesitan, mientras la doctora, se levanta y alejándose le dice:
- Tienes que ir a casa con mamá. Tengo todas las fiambreras vacías y apenas me queda fruta.
Salvador se levanta para intentar que su hija vuelva a sentarse para que me atienda lo que quería preguntarle, pero yo le detengo y le digo:
- Parte de mis asuntos internos creo que me habéis enseñado que se pueden resolver. Los otros, ya encontremos otra ocasión para que se me expliquen.

jueves, 26 de agosto de 2010

COSECHA SIN GORRIONES

Mi mujer lleva dos días de forzado duelo ya que la hija de la difunta no podía soportar estar sola en el tanatorio con los restos de su madre.
Cuando llegó mi mujer a casa le pregunto:
- ¿La difunta no tenía dos hijos más?.
- Los ha llamado y no han aparecido.
- ¿Los vecinos?. ¿Los compañeros de trabajo?.
- Han llegado unos tres en total, por lo del cumplimiento, han estado el tiempo justo y se han marchado.

Mi mujer continúa diciendo que todo el día han estado en el tanatorio, tan solo cuatro personas, el del bar, el vigilante y ellas dos. Para no faltar a la verdad, ha aparecido el de la funeraria, presentado las distintas alternativas, la más barata.
La exposición de dicho empleado (continúa diciendo mi mujer) es llegar al sarcasmo en su mayor expresión. El guarda jurado, el empleado del bar, con los forros de los bolsillos al aire y todas las monedas puestas sobre el mostrador, los dos bolsos y monederos de la hija de la difunta y el mío, vaciados encima de la mesa.

Me he acordado de los cientos de ahogados que han aparecido en las playas de Tarífa durante los treinta años que he estado trabajando en dicha ciudad, que fueron enterrados sin el regateo de la funeraria.

Me he acordado de los posibles beniner@s, que se encontraron en la misma situación cuando decidieron ser emigrantes. Me he acordado en especial de aquellos benineros que fueron llevados al asilo de Almería con lo del pantano. Me he acordado de unos conocidos que vivían fuera de Andalucía, que fueron avisados que su madre se había muerto y la gente del pueblo que acudía a cumplir, preguntaba si se le había avisado a sus dos hijos, puesto que allí no estaban, o nadie daba señas de acordarse de sus facciones. Los hijos llegaron justo en el momento para recoger las cenizas, realizando todos los trámites por teléfono.

Volviendo al tema del duelo en que se ha visto forzada mi mujer, el panorama es desolador. Una nacida en un pueblo de Almería, que se encuentra con su madre difunta en Algeciras y que nadie llegue a darle el pésame, es mucho más irracional que el primer plano que se ve en la película Al Sur de Granada, en un entierro en Yegen, en la Alpujarra, cuando se abre el fondo del ataúd (que tenía el pueblo para enterrar a los más pobres) y el difunto cae al fondo del hoyo realizado en la tierra.

La difunta que fue maestra en uno de los barrios de Algeciras debía haber planificado su muerte, al menos para que su hija Marta no se viese en el trance de estar, tremendamente sola.

Tendré que seguir sembrando parras, higueras, girasoles, (…), lo que sea, para que por lo menos me visiten todos los días durante todo el año los gorriones y los mirlos.

lunes, 23 de agosto de 2010

ENTRE ALIMOCHES, PALOMAS Y BENINER@S

El alimoche del Dr. Félix Rodríguez de la Fuente, es criado en cautividad, sin ningún contacto de sus congéneres y cuando llega a adulto, responde como siempre lo hicieron sus ancestros cuando se encuentran delante de una envoltura llena de alimento, con el pico coge piedras, las lanzan sobre el huevo, rompen su cáscara para conseguir lo que contiene su interior.

Si eso lo hacen los alimoches, es de esperar que tarde o temprano, los que ahora son beninerill@s vuelvan, puesto que está grabado en sus genes que tienen que volver a ese trozo del Globo Terráqueo para encontrar el equilibrio buscado. Lo mismo que vuelven los indígenas de toda la Tierra a sus lugares de procedencia. Eugenia Doucet me ha dicho por teléfono que su hija Susana está realizando un estudio sobre los indios de Canadá. Cuando me lo mande comprobareis la gran diferencia de cómo “son tratados” los indígenas, los que heredaron la tierra por los que tomaron posesión de ella en dicho país en comparación con nosotros l@s beniner@s.

En las fiestas de Benínar todos los años aparece alguien que sus raíces le reclaman. El año pasado fue un matrimonio de mi edad que vivía en Barcelona, que no conocía el pueblo nada más que por referencias de sus padres y abuelos. Este año, ha aparecido una mujer diciendo que ella está en una de las fotos que hacía referencia a una primera comunión.

A la vuelta de las fiestas de este año a Algecíras donde vivo, pase por Alhaurín,y uno de los sobrinos de mi mujer, casi nos estaba esperando, para darnos un par de palomas, para que él llegase al convencimiento que las palomas que le habían vendido eran realmente mensajeras. Las metió en una caja, la caja en el maletero y en esa tarde noche cuando llegamos a Algeciras teníamos instrucciones que las teníamos que soltar.

Con las medidas tan desfiguradas (la protección) que en la actualidad tenemos sobre los animales, tanto mi mujer como mi sobrino estaban llenos de dudas sobre el regreso al palomar y además de noche. El que estaba totalmente convencido que dicho experimento daría resultado positivo era yo, puesto que soy beninero y la llamada de la tierra, la experimento todos los años. El vínculo que se grava en la mente de casi todos los seres vivos con el lugar de nacimiento forma parte de nuestra genética aunque no se tenga la capacidad intelectual, u lo que sea, de un alimoche como de una paloma.

Mi mujer permaneció en un duerme vela esperando la llamada del sobrino y el sobrino aún con estrellas en el cielo se levantó para ver si las palomas cumplían con las características especificadas en el contrato de compra o comprobar a grandes rasgos la palabra genética.
Las palomas antes que saliese el sol en Alhaurín ya estaban de vuelta en el palomar después de haber estado volando toda la noche y haber superado una distancia de ciento y pico de kilómetros.

A los que no habéis nacido en Benínar os prometo que cuando regrese a Alhaurín entrevistaré a las palomas para justificar de alguna manera, de forma comparativa, la necesidad imperiosa de volver donde nacieron. Podemos aproximarnos a entender lo que les pasa a l@s beniner@s para volver año tras año, a la tierra donde nacieron.

Menudo chasco se hubiesen pegado las palomas si en vez de encontrar su palomar en dicho lugar se hubiese construido un pantano.

domingo, 22 de agosto de 2010

SÍNDROME BENINERO.

“El Síndrome de Estocolmo, es un estado psicológico en el que la víctima de secuestro, o persona detenida contra su propia voluntad desarrolla una relación de complicidad con su secuestrador, …”.
La definición la he copiado de: www.tuotromedico.com.

La reverencia al señorico, al terrateniente, al que tiene la llave, en la Andalucía profunda, necesito creer que morirá con los hijos de la generación que fueron obligados a firmar la destrucción de su pueblo.

En cada fiesta, cada vez que nos reunimos los beniner@s, en el Camping de Benínar para celebrar algún acontecimiento, siempre aparece la siguiente frase:
Por esta vez, el ayuntamiento nos ha dejado prestadas las instalaciones, para que celebremos las fiestas. Pero: ¿Qué ocurrirá cuando se alquile dicho edificio para ser explotado económicamente?.

Las instalaciones que tiene la Agencia Andaluza del Agua, donde no podemos entrar, no se pueden celebrar cualquier acontecimiento, aun está manteniendo (sus administradores) el culto añejo a la reverencia. Mejor dicho, aún no han llegado ni las personas que logren que se le entregue las llaves, o la persona que representa al organismo con competencia que nos las entreguen. Yo que vivo cerca de Gibraltar, es más o menos lo mismo. Es donde los beniner@s tienen que enseñar su carné de identidad para poder entrar. Es el lugar de todo el valle, el recinto por donde no puede pasar la procesión de San Roque y La Virgen del Carmen.
“Con la iglesia hemos topado querido Sancho”. Es decir que “alguien ha dejado caer, (…), que no es posible”. “A alguien se le ha dicho que diga, que ni se ponga a escribir tal petición, puesto que tal recinto (…)”.
Nos muestran (“como la zanahoria del burro”) la posibilidad de ceder las Viñuelas. Se nos sigue diciendo:
“Limpiaremos de maleza todo el recinto, se derribará un edificio en mal estado, (…). Uds., ponen el resto”. ¿Aun tenemos que seguir poniendo, aportando l@s beniner@s?. ¿No les basta y les sobra con treinta años de culto a la reverencia?.
Noticias de última hora dicha cesión está en el aire, por dos motivos:
- Cambio de gestores y lo firmado “lo están peinando”.
- La fuente mana gran cantidad de agua, como no está canalizada, (…), deslizamiento del terreno.

Aún no ha nacido l@s beniner@s, que “sin armarla, sin mal rollo, basándose en las reparaciones que suelen hacerse en democracia, en el diálogo, que el organismo correspondiente reconozca los atropellos realizados por sus anteriores gestores, (…). Mientras tanto, l@s beniner@s, estamos demostrando y educando a nuestros infantes que en Benínar están sus raíces, la tierra de sus antepasados, que a una generación se le obligo a firmar.

Los expulsados, todos los años, agradecen al ayuntamiento que les preste las instalaciones del camping (que no escatiman todo aquello que se le solicita) y a la agencia del agua, se le tramita todos los permisos (para no despertar a la fiera) para celebrar las fiestas. El eterno reconocimiento de que ellos son los dueños y ellos dan los permisos.

Psicológicamente estamos tocados puesto que nos planteamos:
- ¿El camping fue construido para ser arrendado o para que los beniner@s celebren sus reuniones y actividades?.
- ¿Las viviendas existentes fueron construidas para que sean disfrutadas por los empleados de dicho organismo (para que sus funcionarios pasen las vacaciones) o para que l@s beniner@s, puedan estar unos días para curar su nostalgia, volver a cargar la sabia de sus raíces?.
- ¿Actuaremos como los que tienen el Síndrome de Estocolmo que si llega la policía (algún día) defenderemos, a los que nos prestan (lo que ellos cogieron) y consienten que volvamos a estar donde nacimos y nacieron nuestros antepasados?. ¿Estamos convencidos psicológicamente que los que tienen las llaves son realmente los dueños?.

La reverencia al señorito, al terrateniente aún forma parte de nosotros, (todos, administradores y administrados) de la que fue la Andalucía profunda, la que exportamos los españoles a todas aquellas tierras conquistadas.

Síndrome beninero:
Se llega a un pueblo. Se valora sus casas, sus huertos, sus calles, sus esquinas (…), donde pasaron su infancia, se casaron, enterraron a sus muertos, (…). Se le hace firmar a una sola generación, de todas las pasadas y a las que les queda por vivir, que el cielo, la tierra, el agua, las plantas (…), no les pertenecen. Pero. Dejaron un cabo suelto. A los expulsados los dejaron vivos y llenos de recuerdos. Les pasa como a las golondrinas, a las cigüeñas o los vencejos, se fueron, pero todos los años en una determinada fecha vuelven.
Un fandango de Huelva para terminar, tiene la siguiente letra:
Que si me voy, no me voy, /que si me voy, no me ausento, / que si me voy no me voy, / que si me voy no me voy, / vives en mi pensamiento.

miércoles, 18 de agosto de 2010

LA NOCHE QUE MAITA COGIÓ EL MICRÓFONO

Nos estaban l@s titulares del primer equipo pero l@s suplentes respondieron y lo mejor fue la respuesta de la cantera y las bengalas de los mayordomos.

Faltaba Encicabaños y su hermano Francisquito. María la Plaza. María la de Sebastiana y su hija. Carmen la del Alcalde y sus dos hijas. Maricarmen la de José Mari. La memoria y las voces, donde siempre nos hemos apoyado el resto para seguir las canciones que se cantaban en la iglesia o en los remolinos en la plaza.

El trance. Los nervios. Las indecisiones de comenzar sin l@s titulares se palpaba. La seguridad que siempre nos dieron las cantaoras no la teníamos, nos faltaban. Nos hacían titubear para comenzar a cantar los himnos a San Roque. Tres nada menos nos hemos encontrado rebuscando en la memoria de nuestros mayores. Se habían repartido folios para casi todos los asistentes. La explanada del camping casi repleta. Tan solo un puñaillo nos acercamos para formar el coro para cantarle a San Roque. No temíamos miedo de hacer el ridículo. El deseo que se volviese a escuchar los himnos al patrón era superior. Que llegasen las indecisiones, que nos parásemos en mitad de la canción o apareciesen voces que distorsionasen (…). El miedo escénico nos frenaba pero nos empujaban (…), ¡Dios sabe quién!, a que en los montes y en el Valle de Benínar se volviese a escuchar después de treinta años los himnos. Pienso que las matas blancas, el esparto, la alcaparra, (…) tiraban de nosotros dando seguridad.

Maita junto con su hija cogió el micro y daba las entradas, el tono y la seguridad.
Faltaban palabras en algunos tramos del verso, pero la seguridad de Gaditor, Martín (…) a Clara le llegó el sosiego y la serenidad cuando terminaron los tres y grabados en el móvil tan solo le faltaba las notas musicales para que las generaciones posteriores puedan leer la partitura (…). A su lado su madre sacando pecho al ver que su hija se había convertido en el eslabón que nos faltaba a los beniner@s para poner en pentagramas todas las notas musicales de las canciones que nos cantan nuestros mayores.

No sonarían tan mal las voces, cuando al llegar a escucharlas San Roque en el silencio de las noches alpujarreñas, nos mando unas gotas de lluvia como señal que lo cantado le había llegado, nada más y nada menos que al Cielo donde también estaba en fiestas con todos los beniner@s nos dejaron.

domingo, 8 de agosto de 2010

CENCERROS.

En estos días de fuerte calor me llega a la memoria que l@s pastor@s beniner@s, esos sí que sabían que donde había que estar los tres meses de verano era en las laderas de Sierra Nevada.

Podría poner los nombres de aquellos paisanos que con su morral, su bastón y el hatillo colocado en una burra, salían de Benínar, recién esquiladas las ovejas, con dirección a la sierra. Pero no puedo poner ni su nombres, ni sus apodos, ni na de na; ni escribir referencia alguna sobre ellos, puesto qué, los que seguimos el foro de nuestro pueblo, la intuición nos dice, (por lo que en él se escribe), a los beniner@s, “nos sienta mal, que nuestros nombres aparezcan en las pantallas del ordenador”.

Me explico: No es que le siente mal a los personajes que aparecen en una redacción, puesto que en su gran mayoría no suelen estar por estos lares; “les sienta mal a algunos de los que solemos entrar y salir en dicho foro que escribamos sobre un determinado paisano”. Perdón. Especifico. Podemos escribir sobre las manadas de cabras y ovejas y de las salidas de dichos rebaños del `pueblo que se convertía en todo un acontecimiento. Cada familia (que componían el rebaño) de cabras o de ovejas con su cencerro personalizado al recorrer las manadas el mismo itinerario que cuando se sacaba a San Roque en procesión, llenaban de sonidos imposibles de olvidar a los que vivimos en vivo y en directo tan acontecimiento, pero, “no debemos poner el nombre de los dueños de las manadas”.

Estoy leyendo un libro, que su autora es Angustias M. Martín que se titula: Soportújar pasado y presente y en él aparece el nombre de casi todos los habitantes del pueblo y su profesión. Es de suponer que la autora iría casa por casa del pueblo pidiendo autorización (…). Es uno de tantos pueblos de La Alpujarra, como Benínar y por ello desde el punto de vista social nos teníamos que parecer una jartá.

Como la marcha de los pastores a la sierra socialmente fue todo un acontecimiento anual, tendré que encontrar la autorización de los descendientes de los últimos pastores para escribir la historia con sus protagonistas.

lunes, 2 de agosto de 2010

EL MEOLLO DE LA CUESTIÓN

En el blog que tiene nuestro paisano Pedro Medina, va colocando fotografías de los distintos parajes de Benínar y el nombre de cada lugar, espacios monótonos y uniformes, que si se visitan apenas se puede encontrar una tórtola, una perdiz o un conejo; posiblemente se pueda certificar que si existen es como consecuencia de las repoblaciones que realiza la Asociación de Cazadores de Benínar. Se eliminaron las cementeras y los árboles frutales, por ello, las semillas, su alimento.

En el foro aparece lo escrito por Indaloxes: “… y el día de mañana, nuestros nietos estudiarán la geografía, …”. Tendrán que averiguar la fauna y flora, (el meollo de la cuestión) pero sobre todo se preguntarán: ¿Cómo es posible que de este paisaje casi inerte pudiese vivir toda una población que en un momento de la historia estaban censados en Benínar más de mil habitantes?.

Pues sí, "queridos nietos" cuando os encontréis con dicha geografía dicho paisaje se parecía a una manta alpujarreña, llena de vistosos colores que en las distintas épocas del año tenía todos los del arco iris, con todas sus tonalidades. Otro dato: En un momento de la historia había unas diez manadas entre cabras y ovejas que a una media de 100 cabezas por manada, por la media de 1,5 crías por año (…), salían para su venta en el exterior unos cuantos kilos de carne. Majares en aquellos tiempos fuera del alcance de los beniner@s.

Enero blanco, parecido a lo creado por el rey moro que construyó Medina Azahara rodeado de almendros para en su floración, la amante de dicho rey viese un paisaje blanco como si estuviese nevado, pero el amado al color le añadió el aroma de las flores inmaculadas. El color oro de las cementeras, en junio, siendo antes verde, todo el tiempo casi toda la primavera lo que tarda para granar las espigas, las lentejas, los garbanzos, … El verde de los maizales y de las parras en verano. El color nazareno de las brevas. Las semillas y frutas que alimentaban a su población salía en el límite que marcan las fotos. El pan del trigo y el maíz para las migas, alimento básico por aquellos tiempos, gracias al pacto hombre-tierra. Los beniner@s, con sus animales ponían su trabajo y la tierra el vientre donde cada año nacían los alimentos.

Los que nacimos en las posguerras, (la propia y la de los demás) fuimos gañanes, segadores, recolectores de almendras y aceitunas, que en nuestros molinos y almazaras todo lo que producía la tierra se transformaba en alimento, que una vez alimentados los desperdicios en forma de estiércol volvían como nutrientes a la tierra.

Fueron las máquinas del pantano (contratadas por la persona cuyo nombre no quiero acordarme) las que entraron en Benínar como elefante en una cacharrería las que, según ellos: “Había que preparar las paredes del vaso del pantano, …”. Así fue como los secanos, las huertas desaparecieron y con ello también obligaron a buscar otro lugar para colocar sus nidos las aves. Los granos con que se alimentaban y los insectos que polinizaban, que todos los años acuden a la Alpujarra, y, por Benínar pasan de largo.

"Otra vez estoy llorisqueando" (como escribió anteriormente un anónimo). Pues sí. Tendré la misma enfermedad que en sus últimos días tenía Antoñico Cabras, que cada vez que se acercaba alguien comenzaba a llorar.


Las máquinas del pantano primero eliminaron (puede que en su huida alguno se salvase) a los más débiles a la flora y la fauna hasta que llegaron al pueblo, lo rodearon (…) y al igual que a los seres vivos escrito anteriormente, en la huida los humanos, cayeron unos cuantos, los ancianos, los más débiles y los más jóvenes se dispersaron.

Benínar “queridos nietos”, eran sus secanos como es a comienzos del siglo XXI, es toda la Contraviesa, pero nuestro pueblo tenía por añadidura un rio con una vega que en la actualidad se podría comparar a la que tiene el Rio Verde, el que llega al mar por Motril, pero en nuestra vega sin dudar destacarían las breveras.