martes, 29 de junio de 2010

En el mes de octubre creo que nació la idea.
Me mandaba la editorial:
loslibrosdeumsaloua.galeon.com

"Hace unos días se puso en contacto conmigo Ana Patricia Santaella, poeta del grupo Azalea de Córdoba, que compartió con nosotros las inolvidables jornadas de Tetuán y Xaouen. En su correo me hablaba del proyecto de editar una antología poética con el fin de recaudar algún dinero para enviar a Gaza ayuda humanitaria por medio de la ONG Mujeres en Zonas de Conflicto".

Versos para derribar muros

Edición y prólogos: Ana Patricia Santaella e Inmaculada Calderón
Ilustraciones: Ana Cesana y Manuel Márquez
I.S.B.N.(13): 978-84-937086-5-8

Cerca de un centenar de poetas han unido sus voces en esta obra coral, variada en cuanto a tonos, edades, poéticas y hasta lenguas, pero unánime en su sentir y en su percepción de la poesía como instrumento contra la atrocidad, la palabra esgrimida como única arma válida con la que unos versos pueden, frente a las bombas y la metralla, hacer brotar la cordura donde sólo hay sinrazón.
Dicha obra ha sido presentada en muchos sitios de España y en la actualidad se sigue presentando.

Mi aportación fue la siguiente:

No me dan miedo los cañones ni las treguas ni las guerras, me dan miedo aquellas minas sembradas en las cabezas.

No le tengo coraje a los muros colocados en las fronteras me dan miedo aquellas minas sembradas en las cabezas.

No lloraré por los muertos que dejan como herencia una guerra, lloraré y estoy llorando por todas aquellas minas sembradas en las cabezas.

Yo no saldré de mi casa a manifestarme con pancartas y con banderas, seguiré a aquel que diga, predique, se acabó de sembrar mas minas en las cabezas.

Yo compartiré mi pan, la sal, mi manta, mi hoguera
compartiremos los versos, los libros y la escuela, con los maestros que proclamen: Se acabaron aquellos días de sembrar minas en las cabezas.

Sentado en mi puerta estoy, esperando que pasen los de mi apuesta, se les quitará la juventud a aquellas generaciones que siembra a sus infantes las minas en sus cabezas.

domingo, 27 de junio de 2010

EL 99.

Tenía pensado colgar un artículo titulado “las cortinas de la Moncloa”, (por lo del chiste del suegro que le dice a su yerno, ...), pero el visitar a la mujer donde estuve parando en Málaga cuando estaba estudiando, me ha dado otro tema para desarrollar.

Aunque no he colocado ningún comentario político, opiniones sobre la actuación de determinados políticos, las tengo y sobre todo en estos tiempos en que (no todos los profesionales a la política, por supuesto, no se puede generalizar), tanto juego nos dan para largar de ellos.

En uno de sus escritos decía Muñoz Molina después que un determinado político ganase en unas elecciones:
- “Como si me hubiese tocado la lotería estoy de contento, puesto que dicho político desde que se levanta hasta que se acuesta meterá la pata muchas veces generará en mí todo tipo de comentarios”.

Hoy no le toca a la política, mi comentario se centra en algo que me ha tenido la cara y el ánimo a tope toda la tarde. Coincide que termino de darme cuenta que es el número 99 de temas colgados en esta blog, y, como el cien por cien nadie lo logra a no ser que seas propuesto para la canonización y eso está al alcance de muy pocos al menos en el 2010, mi querida Señora Juana, la mujer que me entregó no solo su amistad, su casa y sobre todo su cariño, ahora que se encuentra postrada en su butaca, bien merecía una visita, compartir unos cuantos besos, abrazos y sobre todo sin tener en la muñeca el reloj.

Qué alegría poder recordar tantos momentos mágicos vividos con ella y con mis compañeros universitarios.

Fue a última hora cuando dice la Señora Juana a su hija:
- Cuéntale lo de la cartera.
- Mamá, que estás diciendo. Le contesta su hija.
- La que tenía dentro la foto de un caballo.
Dice la hija de la Señora Juana:
- Fue un detalle que nunca se nos olvidará.
Continúa el relato Puri:
Resulta, que una de las veces que volviste de Coin (mi rostro reflejaba que estaba contando una historia que yo no me acordaba).
¡Que sí!.
Tienes que hacer memoria.
Te encontraste una cartera que tenía tres mil pesetas de las del año 1973, y la foto de un caballo. Le dejaste al conductor del autobús nuestra dirección por si aparecía el dueño. Cuando llamaron a la puerta preguntando por ti y por su cartera, el hombre no podía pronunciar palabra puesto que no hacía más que llorar.

Decía aquel coino:
“Yo era pastor en un cortijo, vendía las cabras y con dicho dinero me vine a Málaga a buscar trabajo. Estábamos pasando mucha hambre toda la familia”.

Espero sentado en la puerta que yo llegase de la universidad (o vaya usted a saber cuando un universitario regresa a casa de donde regresa) comenzó a abrazarme y llorando sin dar más explicaciones se marchó.

Aunque aquella acción me saliese para permanecer siempre en el recuerdo de la Señora Juana y su hija, las circunstancias han querido que no sea el cien por cien que lo que hago sea correcto aunque lo intente, ni que lo que ha ido apareciendo en todos los escritos logre el cien por cien que sean comprendidos.

jueves, 24 de junio de 2010

ESTAMOS EN FERIA

La feria de Algeciras comienza un viernes con la coronación de la reina y sus damas en unos de los recintos más hermosos que tiene el Campo de Gibraltar el Parque de María Luisa. Continúa la feria toda la semana siguiente y termina con el lunes de resaca. Todo un derroche de fiesta para el que tenga gana de ella.

Existe una especie de tregua la noche de San Juan cuando todos nos bajamos al paseo marítimo para ver las hogueras y mojarnos los pies en el agua del mar.

Todos los años comienza unos días antes con su polémica correspondiente por lo de la ministra Aídos que es precisamente de esta tierra. De Cádiz. Por lo visto la ministra no quiere reinas, “quiere la igualdad entre el hombre y la mujer” aunque todos los años se presenten un buen puñado de algecireñas al certamen. Pues que sufra la ministra puesto que este año no es tan solo monumental la chica, además en sus declaraciones debe tener un coeficiente intelectual a la altura de una ministra.
Diga lo que diga la ministra para todos los benineros cada beninera es la reina de su casa. !Que se chinche la Aidos!.

Todos pasamos por tres tipos de ferias. Cuando los críos son pequeños y hay que montarlos en los cacharicos. La segunda etapa, (en la que me encuentro) es cuando los hijos en esos días no aparecen por la casa. La tercera cuando es el día de los mayores, el de la caseta, y los días de los compromisos.

En mi caso, las mujeres van vestidas de flamenca y los hombres de corto. Si vestidos de dichas guisas apareciésemos mi mujer y yo en el Cerro las Viñas en Benínar: ¡Tela marinera la que se armería!. Las risitas de guasa que pondría, Antonio, Paco, Dolores, María, etc. etc.

Desde hace muchísimo tiempo tengo asumidas las dos culturas, la beninera y la de Cádiz, sin ningún tipo de complejo ni remordimiento.

Cada año me parezco más a las mujeres que se sentaban en la puerta de la Sebastiana o en la de mi ti Frasquita para ver los que estaban bailando. Cada vez me parezco más a las criticon@s (forma de devertirse por sus comentarios de lo que estabn contemplando) que analizaban a los bailaor@s, con una diferencia que la forma de moverse en el baile para los beniner@s duraba en Benínar todo el año y aquí en Algeciras, (como en tantos otros sitios) apenas si se tiene el sentido en su sitio para darse cuenta de que se está haciendo el ridículo.

El cura que ahora cumple las bodas de oro de sacerdote a los que desafinaban les solía decir: "Niña callete, que eres capaz de desafinar un carro".

Cuando se tiene compas, ritmo y dejas que la música invada cada parte de tu cuerpo, se comienza como a flotar en el aire y volar solo lo pueden hacer los que Dios le dio alas. Con eso se nace. Es un don de Dios que se ve en los niñ@s imitando a los mayores y en los mayores hasta que apenas son capaces de dar una vuelta pero la dan con sus brazos.

Se mueven mejor que cuando la brisa que aparecía por el Cejoz, movía las copas de los álamos que había debajo del puente.
Se mueven mejor que las manos de una matancera como Carmen la de Martirio haciendo los embutidos, o Gador la de Eustaquia haciendo pan o como bailaba Dolores la Corcusa y mi tío Manuel el Rubillo. Se mueven mejor que cuando el aire movía el pelo la melena perfumada de almizcle de mi mujer, cuando nos conocimos, y me dejo oler su cabello, (...), o como Marilyn Monroe en la película CON FALDAS Y A LO LOCO.

Nada más que por ver bailar a la gente del pueblo, las que tienen pellizco, ange, (…), pero ni tienen ni tendrán caché por bailar para disfrutar, pero bailan, que te quedas embobado, te eleva la moral, (...), eso es una delicia. Como se quedaba mis dos familiares las dos hermanas Leocadia y Remedios, con la boca abierta viendo en la Plaza del Doctor Sánchez Quero en Benínar cuando su vista tropezaba con alguna pareja que derramaban ritmo por los cuatro costados. Mis parientas sí que sabían y entendían del arte de bailar y cantar.

miércoles, 23 de junio de 2010

PATADA AL EQUILIBRIO

“El Arca de Noé de las semillas se ha construido en Longyearbyen, un pequeño pueblo minero en la isla de Spitsbergen que pertenece al archipiélago noruego de Svalbard. En sus carreteras se alerta sobre el peligro de los osos polares que campan a sus anchas por todo el territorio”.

Las sandías sin pepitas, pimientos con media docena de semillas, (que las siembras y no nacen o salen plantas deformadas), racimos de uvas que parecen sacadas de un molde, sin grano, sin uvillas pequeñitas, las más sabrosas, investigan (según Paco Ramón) tomates que sepan a chocolate, etc. etc. etc. ¿Qué estamos comiendo?.

Lo que se siembra en los invernaderos de Almería y otros sitios, sus semillas tienen la patente de Holanda o de Israel, la harina que nos comemos en las migas casi seguro es de maíz transgénico, los melocotones que compramos están verdes y con un colorido obtenido en cámaras con carburo durante un determinado número de horas, (…).

Mi prima María la de Clara no tiene breveras y mi prima Lola la de Ramón que tiene un estupendo bancal en Berja regado por la Fuente de Alcauidique, dice que no conserva ninguna brevera, etc., etc., etc.

¿Quién se encargó que desapareciesen los semillas heredadas que se sembraban año a año en Benínar?. ¿Donde está su denominación de origen?.

¿Dónde se trasplantaron los olivos milenarios (que refleja Indaloxes en sus documentos e investigaciones) que había en la vega de nuestro pueblo?. Sé de un beninero (para no faltar a la verdad) que hizo todo lo posible por impedir tal atropello.

¿Quién espantó a los zapateros, las libélulas, las ranas de San Antonio (…) que había en las acequias que alimentaban los molinos?.
¿Quién?. ¿Quién?. ¿Quién?.

“Los créditos” que desarrollamos los beniner@s, en las distintas asignaturas de la relación hombre-naturaleza han sido borrados.
Infinidad de asignaturas, ocurrencias de los profesores de universidad que se inventan para cubrir el horario impuesto, pero que nadie se pone a regar ni a injertar.

Nuestros hijos saben mucho más de lo que nosotros pensamos de todos aquellos bichos que existen en el Serengueti, pero no tienen ni el más mínimo conocimiento de todos los seres vivos que existe en La Alpujarra.

Termino preocupado puesto que mis hijos cuando van a la plaza no saben comprar la fruta, y sobre todo identificar la temporada de cada una de ellas. Lo mismo les pasa con la carne y con el pescado.
Mira que les he dicho que me acompañen para la identificación.

Juan Gutierrez, Encarna Rubillo, todos los que tenéis nietos:
Coger a vuestros nietos antes que entren en el tiempo de la indiferencia los lleváis a la plaza y le enseñáis vuestros conocimientos del tema. Como no toméis carta en el asunto terminarán pidiendo que le invitéis a un perrito caliente.

martes, 22 de junio de 2010

LAS FRUTAS DE BENINAR

Recién estrenado los sesenta por determinas circunstancias, por enfermedades familiares, el que escribe no había llegado a la adolescencia, y las circunstancias le obligaron a estar al frente de la única tienda, (en la actualidad serían las tiendas de veinticuatro horas donde se puede comprar de todo y a todas horas, con la diferencia que en la mía se podían comprar tres varas de tela, medio kilo de arenques y hasta unas albarcas, por ejemplo) que había en Benínar.

Cuando se arrancaba del almanaque el mes de abril y aparecía mayo, el consumo de determinados productos, crecían la venta de una forma alarmante. Los productos en concreto eran los que en aquellos tiempos se creía que podían hacer frente a las diarreas.

De forma colectiva desaparecían los estreñimientos de la población en la misma medida que iban tomando color las brevas, melocotones, duraznos, sandías melones y todos los productos de las huertas.

Los estragos más importantes y primarios aparecían en los beninerill@s al dedicar todas las tardes después de la escuela a guardar la cabra asignada tal labor por sus padres.

Con vista de lince, se enteraban antes que nadie de la población de las frutas que empezaban a madurar y como los gañanes pesaban casi igual que los jilgueros, (aquellos alpujarreños tenían menos grasa que la pantorrilla de un gorrión) trepaban por el tronco, por las ramas y llegaban a las copas de los árboles donde las personas mayores no podían llegar. Un adulto podía ver el color rosa aterciopelado de un melocotón, de una breva rallada, etc., que habían tomado las primeras frutas, pero la persona mayor medía lo que pesaba su cuerpo y lo que podía aguantar la rama, es decir, se le hacía la boca agua de la primera fruta de la cosecha y como además en el pueblo nadie se había inventado las escaleras, para apoyarlas en el árbol para trepar sobre ellas, el adulto, tenía que esperar mientras que los imberbes se convertían en felinos esperando en el brazal a que el lugar quedase despejado.

Un melocotón con color a las mejillas de una moza alpujarreña, era una tentación para madrugar antes que nadie o estar en el campo hasta que cayese la noche para conseguir los mejores manjares que nacían en todo el valle de Benínar.

Aquellos infantes que pasaban falta de todo e incluso de una comida básica o monótona, (migas, puchero, judías, lentejas), cuando llegaban los meses de mayo y junio, las frutas eran devoradas con agonía por todos los trepadores de ramas.

Recuerdo perfectamente ver a beninerillos, que se descosían los pantalones el espacio que podía abarcar el ojete, para llegado el apretón allí donde estaban se ponían en cuclillas y para rematar la faena la primera piedra a su alcance.

Las madres eran las primeras que se daban cuentan del estado de deshidratación en la que había entrado su hijo de tanto comer fruta y era cuando acudían a que yo les vendiese principalmente bacalao para hacerle un caldito de pescado a su niño que estaba en la cama, con una cara más blanca que las paredes encaladas y con unas diarreas que no había forma de cortarlas.

El dicho que se decía en Benínar:
“Más vale una buena panzá que cien panzaillas”, seguro que tal dicho salió de la boca del querido, recordado y añorado doctor, DON EMILIO DURÁN MEDIAVILLA.

jueves, 17 de junio de 2010

MONTUNOS

Recuerdo que en Benínar se les calificaba a los niños que procedentes de un cortijo alejado del pueblo, donde había nacido y permanecido sin relaciones sociales con niños de su edad, cuando llegaban al pueblo, además de esconderse siempre detrás de las faldas de su madre, reaccionaban como animal que estaba libre, se le caza y se le obligaba ser social.

Pariente Juan Manuel, en aquel tiempo, la misa se convertía en el eje principal, el acto solemne para que el domingo o días de fiesta fuesen, realmente cada uno de ellos días únicos e importantísimos como de forma comparativa son los descansillos de las escaleras para que descansen las personas mayores cuando las suben.

Antes solo teníamos el sermón que nos daba el cura cuando íbamos a misa, hoy tenemos sermones directos y subliminares, dados por los políticos y vendedores desde que nos levantamos hasta que nos acostamos. Está claro que sermonero ha triunfado.

En aquel tiempo en Almería las campanas marcaban el tiempo para casi todas las personas cada uno de los actos del día, puesto que, relojes, poquitos en las muñecas. Si volviese (el que escribe) a vivir otra vez en la calle Real de Almería seguro que identificaría las campanadas de Las Claras, San Pedro, La Catedral, Los Jesuitas y las de la Virgen del Mar. Los sonidos que identifican dentro de una multitud el recién nacido con su madre.

¿Almería ha progresado?. Bueno (...). Pero también se ha llevado por delante, no solo el pueblo de Benínar por la construcción del pantano, con el argumento de tener agua potable.

Levantarse temprano, asearse, ponerse de guapo y pasar la mayor parte de tiempo en la calle, donde en este caso, en el Paseo de Almería se encontraban a todos los conocidos, y se charlaba, y se estaba más pendiente unos de otros y cada día de fiesta era una puesta al día del estado de todos los conocidos. Hoy escuchamos muy poco, seleccionamos tela marinera los encuentros y el que necesita ser escuchado se las ve y se las desea encontrar a alguien. Se ha creado un vacío social en éste sentido que veremos cómo y cuando se recupera.

Hoy vivimos en el estado opuesto, impuesto por otras civilizaciones en la que vivimos en un bloque: “Cada uno en su casa y Dios en la de todos”. Es un dicho que se decía en Benínar. Tengo duda sobre la referencia que dios escucha al que lo necesita o el que tiene dicha necesidad acuda al Dios de sus padres.

Nadie pensaba por aquellos tiempos, que llegaría el teléfono para hacer tantos estragos, crear tantas distancias en las relaciones de conocidos, amigos y familiares. Hoy los encuentros los hemos sustituido por una llamada de teléfono.
Darse una vuelta por el Paseo de Almería, hoy se resuelve, sentado en el sofá y cogiendo el teléfono, y ejerciendo cumplimientos (...). Al final del día de fiesta solemos reflexionar:
¡Ea!. ¡Otro día más!. Nos levantamos, nos pusimos las zapatillas y con el mando de la TV en la mano nos preguntamos:
¿A esta hora, con el sol ido, me voy a duchar, vestir para ir a misa?.
Si viviésemos en Benínar al menos aunque fuese un mes al año, no seríamos tan montunos. Tan insociables.
Para los beniner@s sería un reciclado de sociabilidad, una puesta a punto, (¿terapia de grupo se suele decir ahora?) que a tantos nos hace falta.

En las negociaciones entre patronal y sindicatos debería aparecer el apartado donde: “los que se jubilan se les debe facilitar la vuelta a su pueblo de origen para que no se vuelvan montunos”.

lunes, 14 de junio de 2010

COMO HA CAMBIADO EL CUENTO DE LAS CIGÜEÑAS

El primer cuento que me contaron fue el moñeo, la pelea (por sospecha de robo) de dos vecinas por una madeja de lino, que nadie suponía que fueron las cigüeñas las que se la llevaron para hacer el nido. El segundo que las cigüeñas eran las encargadas de repartir los recién nacidos.

La última:
En Alhaurín el Grande. Un pueblo de Málaga. Desde siempre, (como se suele decir de toda la vida) existen dos cofradías, los moraos y los verdes. La diferencia entre ellos no es precisamente el color, ni que su Cristo o su virgen tengan nombres diferentes, ni que su ermita se encuentre en sitios distantes, la diferencia, la gorda, donde se centran las disputas todos los años, es haber quien tira el mayor número de cohetes y consiguen las explosiones más fuertes.

Los cohetes es el hilo que tira de la madeja donde están anudados las diferencia de las familias que pertenecen a los verdes o a los moraos.
Como si cada verde se pusiese a contar los cohetes que tiran sus hermanos de hermandad y la de sus contrincantes, medir las explosiones para después por medio de gráficas enfrentarse dialécticamente durante más de medio año en los bares en las partidas de dominó o en las esquinas para encontrar todos aquellos argumentos que los diferencian, comenzando por los cohetes por supuesto.

Este año ha surgido otra cofradía, formada por todos aquellos que sin ser verdes ni moraos, (que son la mayoría de los laurinos) que se pueden sospechar que ya forman parte de la cofradía de “las cigüeñas espantas” y que tienen infinidad de infiltrados (todos los amantes a la naturaleza y a las aves) en la cofradía de los verdes y de los morados.

El tema en cuestión, es que en el mes de marzo llegó por primera vez una pareja de cigüeñas; les dio tiempo a la construcción del nido a la puesta de huevos. Termina el enfrentamiento de los verdes y de los morados, haber quien tiraba más cohetes, miran para el nido y, las cigüeñas se habían marchado y además habían dejado los huevos abandonados. Todos coinciden que fueron los cohetes los que las espantaron.

Desde que eligieron las cigüeñas de todos los pueblos del Valle del Guadalhorce a Alhaurin, los laurinos sacaban cuello para presumir cuando se producía un encuentro con cualquier vecino. Después de las fiestas de los verdes y los morados y marcharse las cigüeñas los laurinos todos miran para el suelo nada más salir del pueblo puesto que todos los vecinos de los demás pueblos les están dando la vara por los cohetes y la espantá de las cigüeñas.

La TV dando caña con el cambio climático, los de la cofradía de “las cigüeñas espantas” culpando (pegando bocados hasta con la boca cerrada) a los que financian la compra de los cohetes, (…), a los laurinos les espera todo un año para reflexionar:

¿Serán capaces las cigüeñas de silenciar en Alhaurín a los jugadores de todas las partidas de dominó y que el año que viene como vuelvan a llegar las cigüeñas en el mes de marzo el alcalde de orden a los municipales que requisen todos los cohetes y petardos que lleguen al pueblo?.

Beninar@s: “Cuando las barbas de tu vecino veas cortar pon las tuyas a remojar”.

martes, 8 de junio de 2010

BENINAR Y CON BREVAS.

No entiendo la razón de los legañosos de investigar años y años para sacar tomates que sepan a chocolate y se han olvidado de la fruta por excelencia que teníamos en Benínar que eran las brevas, fruto de la higuera, árbol único el que solo da dos cosechas, una en primavera y otra en verano.

La fruta más delicada de todas pero también la más deliciosa.

Si había un pastel característico de nuestra zona, es, el soplillo fabricado a base de clara montada de huevo, y almendras que cuando llega a la boca, se tiene la sensación que estás degustando nubes blancas de verano con el punto justo de azúcar de caña. En frutas la misma sensación crea en las pupilas gustativas cuando se está saboreando una breva.

El paisaje de Benínar y su economía no se entendía sin las pesetillas que se sacaba a una fruta que duraba apenas un mes la más delicada de todas, pero que los beninar@s eran capaces de llenar capachos y capachos salir de madrugada y por caminos de herradura, llegar hasta los pueblos cercanos y venderlas.

Me llaga a mis oídos voceando a mi abuelo Ramón por las calles de Murtas:
- ¡A las brevas!. ¡Las más grandes!. ¡Las más ralladas!. ¡Las más dulces!.

El capacho había que forrarlo de mastranzos, mata aromática que nacía de forma espontánea en los brazales por donde circulaba con frecuencia el agua y las manos delicadas de la mujer eran las encargadas de ir colocando tandas sobre tandas de brevas ralladas, en su punto justo de maduración.

El que ha estado en el sitio justo cuando se abría el capacho de mastranzos y de brevas, el impacto de los colores de las brevas y el olor, ese momento jamás se olvida.

Si arte tenía la mujer para colocar dicha fruta que sufriría fuertes recalcones al ser portada por animales por las trochas que salían o llegaban a Benínar, más artimañas tenían los hombres para ir cogiéndolas una a una del árbol que más frágil tiene sus ramas, la brevera.

Puede que su desaparición sea precisamente esa, los accidentes ocasionados por intentar coger de la punta de sus ramas el fruto con la mano. Bien merece este comentario (sobre los accidentes laborales) un escrito aparte.

Al tema de las brevas.
Puede que el microclima que existía en Benínar fuese el propicio para que dicho árbol naciese y creciese como en ningún otro lugar y que su fruta fuese la más grande, la más rallada y la más dulce de todos los pueblos de alrededor.
A los beniner@s, se nos identificaban en todos los pueblos cercanos e incluso en la capital, (al llegar cenachos de esparto o cestos de caña como regalo a un médico o a un funcionario por el favor realizado), con el dicho:
¡Benínar y con brevas!.

lunes, 7 de junio de 2010

CAMPANILLAS DE NATA

La primera comunión de Amanda es sacar el álbum de fotos de comuniones pasadas, vividas y en cierta medida una medida del tiempo.

Es verdad Amanda cómo pasa el tiempo y son momentos cruciales que marcan un antes y un después para una persona sin que sean capaces de cuantificar su importancia del niño o niña que hace la primera comunión. A los cri@s se les dejan que esté enfrascad@s en sus juegos y sus regalos. Ya llegarán a la edad en que determinadas fechas les aparecerán en su mente como les llega la necesidad a las golondrinas de remontar el vuelo cuando están en África para llegar a la Alpujarra para hacer nidos
de barro.

Son fechas (sobre todo para los mayores) que se toman como referencia ante determinados recuerdos donde miras a tu alrededor y no encuentras a las personas que ya no están con nosotros, se suelta un suspiro como válvula de escape y se sigue sonriendo, como siguen las aguas que pasan por el río de Benínar. Es ley de vida, como dirían nuestros seres queridos, para contestar a una pregunta que los padres no sabemos explicar.

Los ojos se detienen, se encuentra con una niña que en muy poco tiempo se convertirá en mujer con una determinada personalidad, donde, en cierto modo, sus padres mientras contemplan a aquella niña vestida de blanco, les llenan de satisfacción. Se acomodan aún más donde están sentados y se justifican, sienten la satisfacción del mejor trabajo realizado sin haber escatimado cariño y esfuerzo.

Uno devuelve las horas de regazo, los achuchones, los besos recibidos (...), las horas de sueño en el sofá (para las benineras las sillas) cuando le salieron los dientes, o le dolía la tripita o no había forma que expulsara el aire del estómago.
En la mayoría de las veces son recuerdos que llegan en ese día, que apenas se comparte, pero que se notan a la legua cuando alguno de los familiares tiene mirada de ausente que está pensando en el tiempo pasado.

Son determinados momentos justo en ese día en que la persona se da cuenta, que toda la ternura que a uno le dieron desde que nació, ya ha llegado a su plenitud y la devuelve sin poner condición alguna.
Es cuando los padres o madres más quieren y más comprenden a sus padres.
Son las fechas del reconocimiento a la maternidad o paternidad. Cuando los padres de los niños que hacen la primera comunión le dan a sus padres los abrazos más largos y más llenos de admiración. Es el poema o el verso más hermoso que en forma de sonrisa o con la mirada le dan los hijos a los padres. Si en ese día no se vive la poesía, creo que será imposible buscarla en otros escenarios.

Son fechas que trae el viento después de haberle dado una vuelta a la tierra donde una multitud de campanillas suenan en aquellos oídos que no perdieron la capacidad de escucharlas que solo suenan cuando los hij@s hacen su primera comunión.

Estas fechas son tan vitales en la vida de una persona que todo el mundo tiene vecinos que renunciaron a ser católicos y se inventan la comunión o el bautizo por lo civil, para vestirse de guapo para que venga el viento que haga sonar las campanillas de nata.

martes, 1 de junio de 2010